Intervención En Crisis

INTERVENCIÓN EN CRISIS

INTRODUCCIÓN.

En toda tragedia, se llegan a encontrar consecuencias negativas en las personas que las sufren; su desempeño laboral, su capacidad de interacción, su equilibrio emocional, y sus vidas en general llegan a verse afectadas de forma negativa resultando en la conclusión de “no es lo que solía ser”, refiriéndose a un abandono, un impedimento para poder desarrollarse como antes de la ocurrencia de la tragedia, que les afectó. Este resultado es el que comúnmente llamamos “crisis”.

Una crisis es un estado temporal de trastorno y desorganización, caracterizado principalmente por la incapacidad del individuo para abordar situaciones particulares utilizando métodos acostumbrados para la solución de problemas, y por el potencial para obtener un resultado radicalmente positivo o negativo (Silaikeu, 1988).

Sin embargo, a pesar de las consecuencias que se pueden comprender como negativas en una crisis, esta viene siendo considerada como un punto de cambio, en el cual la decisión que se tome puede mejorar o empeorar a la persona que pase por esta situación. ¿Cómo saber si este cambio podrá ir en mejora o en deterioro de una persona? Eso dependerá de:

• La severidad del suceso que provoca la crisis.

• Los recursos personales de quienes la viven.

• Los recursos sociales presentes en el momento de la crisis.

Si bien habrá personas que al vivir cualquier tragedia, cuentan con los recursos personales y sociales ideales para superar ese evento y adquirir un sano crecimiento y mejora personal, habrá aquellas que necesiten de una ayuda para lograr alcanzarlo, esta ayuda es lo que se conoce como Intervención en Crisis, la cual es un proceso de ayuda dirigida a auxiliar a una persona o familia a soportar un suceso traumático de modo que la probabilidad de efectos negativos como daños físicos o emocionales se aminore y la probabilidad de crecimiento se incremente (Silaikeu, 1988).

FASES Y ESTADOS DE UNA CRISIS.

Caplan, citado en Silaikeu (1988), describe el inicio de una crisis de la siguiente forma:

1. Hay una elevación de tensión, debido al impacto de un suceso externo, el que inicia con respuestas comunes”a la solución de problemas”.

2. La falta de excito en las respuestas a estas soluciones de problemas, más el impacto continuado del suceso estimulante, lo que incrementa el aumento de la tensión así como sentimientos de trastorno e ineficiencia.

3. Debido al incremento de la tensión, otros recursos se movilizan para lograr una solución del problema. En este punto, la crisis puede llegar a las conclusiones:

a) La reducción de la amenaza externa.

b) Tener éxito en las nuevas estrategias de enfrentamiento.

c) Redefinición del problema.

d) Renuncio de propósitos.

Por otro lado, Horowtz (1976), a través de las reacciones ante situaciones graves, como pérdidas inesperadas, explica con mayor detalle las etapas por las que pasa una persona en una crisis. Estas son:

El llanto, que se refiere a las reacciones inmediatas al impacto del suceso y pueden ser unas muy obvias como gritar, llorar, entrar en pánico o desmayarse. Y otras no tan obvias como sentir “un nudo en la garganta” y el llanto silencioso.

La negación, que conlleva el bloqueo del impacto y se puede acompañar de entorpecimiento emocional, no pensar en lo que pasó y realizar actividades como si nada hubiera pasado. La negación también puede presentarse casi inmediatamente al suceso. Es importante hacer notar que esta fase puede estar presente, como un velo delgado, durante todo el proceso del duelo, sirve como una defensa para que la persona no se desplome.

La intrusión, se caracteriza por la abundancia de sentimientos e ideas de dolor sobre la pérdida. En la mente aparecen imágenes del suceso una y otra vez, incluso en sueños que apabullan a la persona, ideas o decisiones muy negativas y riesgosas que pueden ser expresadas o no.

La penetración, es la parte del proceso en el que la persona penetra en sus sentimientos y sentimientos. Los reconoce, los acepta y expresa, entre más los exprese más se llega a aminorar el impacto que le produjo el suceso.

La consumación, es la última fase de la de la crisis. En esta se ha iniciado la integración de la experiencia, o ya ha sido integrada a la vida de la persona. La integración, consiste en que la persona acepta lo que sucedió, admite que el suceso la llevó al desequilibrio, pero es capaz de encontrar en esta una oportunidad de crecimiento. El sentimiento no desaparece pero ya no desequilibra, encuentra un “para qué” a la vivencia, que le permite a la persona enfrentar en el futuro de una mejor manera los sucesos críticos y las situaciones límite. Cuando la persona alcanza la fase de consumación se puede decir que resolvieron la crisis

DURACIÓN DE UNA CRISIS.

Algunos teóricos piensan que la crisis es un estado agudo de desequilibrio repentino y de corta duración. O'connor (1990) habla de que la resolución del duelo es hasta de 2 años.

Cabe hacer una diferencia entre lo que es la restauración del equilibrio y la resolución de la crisis. Restaurar el equilibrio se refiere a la reducción de los síntomas y los signos, pero no equivalente a que se ha resuelto constructivamente la crisis.

Se estima que la recuperación del equilibrio, en una persona que atraviesa una crisis, se logra en un periodo de 4 a 6 semanas. Este tiempo es el esperado para que una persona logre superar la conducta errática que manifiesta durante los momentos de mayor tensión.

El proceso de superación íntegro de todo el problema que llega a provocar la crisis va a variar dependiendo de los recursos personales, sociales, y demás elementos de los que disponga la persona; por ejemplo, el proceso de duelo que deriva de la pérdida de un ser querido puede llegar a ser de hasta 2 años.

TIPOS DE CRISIS.

CRISIS CIRCUNSTANCIALES:

Son accidentales, desgracias inesperadas, apoyadas en un factor ambiental. Presentan un estrés manifiesto, imprevisible y surge de fuerzas externas, ajenas a las personas.

La característica más sobresaliente de estas crisis es el hecho que el evento precipitante (inundación, ataques, muerte de un ser

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