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LA EDUCACION

anasanchez20 de Julio de 2013

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EL ENFOQUE INTRADISCIPLINARIO, INTERDISCIPLINARIO Y TRANSDISCIPLINARIO EN LAS CIENCIAS SOCIALES CONTEMPORÁNEAS.

Los estudios sobre la interdisciplinariedad y la transdisciplinariedad adquirieron auge durante los últimos 30 años. Es la propia sociedad la que nos ha impulsado a encontrar soluciones a problemas complejos desde ambos puntos de vista. A pesar de que los términos se refieren a dos concepciones distintas, su uso indeterminado nos obliga a detenernos en sus distinciones.

La interdisciplinariedad implica puntos de contacto entre las disciplinas en la que cada una aporta sus problemas, conceptos y métodos de investigación. La transdisciplinariedad, sin embargo, es lo que simultáneamente le es inherente a las disciplinas y donde se termina por adoptar el mismo método de investigación. La transdisciplinariedad está entre las disciplinas, en las disciplinas y más allá de las disciplinas.1 Las definiciones son mucho más complejas y nos obligan a repasar históricamente su aparición y uso.

Los estudios históricos de las disciplinas científicas y los fenómenos que la condicionan no son abundantes. Esta condición se maximiza en el caso de las controvertidas disciplinas informativas, las que se entienden como aquellas que aparecen enmarcadas en determinadas instituciones: bibliotecología y archivística, y las que mantienen un carácter completamente independiente de las instituciones: bibliografía y ciencia de la información. En la época actual, la ciencia de la información constituye la disciplina con mayor difusión de la investigación, tanto teórica como histórica.

La investigación teórica sobre las disciplinas que se ocupan del fenómeno informativo en Cuba se inició en la Biblioteca Nacional "José Martí", en la década de los años 1990 del siglo XX. La falta manifiesta en Cuba de una concepción generalizada sobre la bibliotecología y las demás disciplinas informativas es también evidente en otros países. Esas diferencias se agrupan en las tres palabras que Linares empleó en su trabajo, titulado Bibliotecología y Ciencia de la Información: ¿subordinación, exclusión o inclusión?2 y que Setién y Pérez las agrupan de la siguiente forma:

• Las que igualan el contenido de las disciplinas informativas con los planes de formación profesional.

• Las que igualan dichos contenidos con los del trabajo institucional.

• Las que confieren distinto alcance a sus objetos de estudio e implican, en ocasiones, la pertenencia de unas disciplinas informativas a otras.

• Las que abogan por la relativa independencia de las disciplinas.

• Las que manifiestan dudas sobre el carácter científico de las disciplinas informativas.

Las investigaciones realizadas en la Biblioteca Nacional "José Martí" revelaron que la búsqueda de leyes bibliotecológicas universales fracasó bajo el enfoque positivista que subyace en algunas posiciones teóricas, por el reduccionismo del pensamiento que presenta esta escuela y que la lleva a enfocar todos los fenómenos —incluidos los sociales— como fenómenos físicos, lo que constituye, según Budd, una aplicación de formas del pensamiento a un sector de la realidad distinto a aquel en que se desarrollaron.3 La filosofía marxista explica en su desarrollo dialéctico cómo a cada forma de movimiento de la materia —mecánica, física, química, biológica, social— corresponde un análisis cualitativo distinto y, por tanto, una forma diferente de enfocar e identificar su desarrollo sujeto a ley y de enunciar esas leyes.4 En el caso de los fenómenos bibliotecarios, el positivismo se limita, además, cuando tratan de inferir las leyes universales de la bibliotecología sólo a partir del comportamiento de los servicios bibliotecarios, sin considerar el entorno social que los condiciona.

Estas investigaciones, adscritas al discurso profesional que se inserta en la corriente bibliotecológica marxista, y que presenta un sólido fondo teórico, han contribuido a:

• Su enriquecimiento.

• Enunciar la ley fundamental de la actividad bibliotecaria y una de sus regularidades, así como las correspondientes a otros fenómenos, que la teoría denominó bibliológico-informativos (archivístico, bibliográfico, de análisis de información).

• Resolver un problema que el positivismo no pudo resolver y que la propia corriente marxista en otros países no había enunciado de forma explícita, aunque había sentado las bases teóricas e históricas para esto.

En este sentido, hace algunos años se iniciaron una serie de trabajos que sirven de precedente al presente, enmarcados en los discursos teóricos de las disciplinas a escala internacional y ubicada en el contexto nacional. Todo esto conllevó la aparición de la teoría bibliológico-informativa, que en el presente artículo propone un nuevo enfoque sobre la base de su interdisciplinariedad y transdisciplinariedad, concebida por el propio sistema de conocimientos que ella encierra y que posee como principal elemento la "información".

DE LA INTERDISCIPLINARIEDAD A LA TRANSDISCIPLINARIEDAD

La llegada de las especializaciones tuvo su origen en la dualidad sujeto-objeto, materializadas bajo el concepto de disciplina en Francia a finales del siglo XIX. Sin embargo, la raíz disciplina surgió con la aparición de las universidades en el siglo XII. Aún cuando la interdisciplinaridad constituyó una manifestación en avance durante el siglo XX, los orígenes del concepto obligan a recorrer un largo camino histórico que podría dividirse en tres momentos importantes. El primero marcaría su surgimiento y se inicia con el pensamiento occidental, desde los clásicos de la antigua Grecia hasta los pensadores contemporáneos. En esta etapa, en el año 1637, la obra de Descartes, El discurso del método, con la res cogitans, cosa que piensa y la res extensa, cosa medible, describe el primer planteamiento de la división sujeto y objeto, el elemento que origina la variedad de las disciplinas y que puede tomarse como punto de partida. El segundo momento podría ubicarse desde la primera guerra mundial hasta los años 30 con esfuerzos aislados sin connotación en el mundo académico; el tercero, desde finales de la segunda guerra mundial hasta el presente.5

La interdisciplinariedad no es otra cosa que la reafirmación y constante epistemológica de la reagrupación de los saberes. En la ciencia moderna, la preocupación de sus principales exponentes —Galileo, Descartes, Bacon— por la sociedad científica interdisciplinaria fue invariable. La diferencia radica sólo en que añadieron a esta agrupación interdisciplinar la necesidad de una comunicación entre las disciplinas, elemento que retoma la interdisciplinariedad a mediados del siglo XX. Fueron exponentes de estas ideas: Gottfried Wilhelm von Leibnitz y Jean Amos Komenski (Comenio). Este último propuso la pansophia, como pedagogía de la unidad, capaz de eliminar la fragmentación del saber de las disciplinas.6

En el siglo XVIII se desarrolló en Francia el enciplopedismo. Lejos de hallar puntos de contacto intentaron reducir el conocimiento en espacios pequeños. La idea enciclopedista agrupaba el conocimiento en un único lugar para rememorar su pasado: el enkuklios paideia de los griegos y el orbis doctrinae de los romanos. La filosofía se colocaba en un punto elevado. Con grandes esfuerzos, sus iniciadores se prepararon en la elaboración de una enciclopedia que recogiera el saber de la humanidad de aquel entonces, con el objetivo primordial de divulgarlo.6

Durante el siglo XIX, el trabajo científico adquirió cierto esplendor. Los acontecimientos sociales y los saberes precedentes hicieron que las especializaciones llegaran a su máximo grado y surgieran los super-especialistas, que sabían sobre un campo muy pequeño como exponente del "yo sólo sé que no sé nada". Lejos estuvo lo interdisciplinario, marcado por las corrientes filosóficas del momento: el positivismo y el cientificismo. Gusdorf lo describe como la época más pobre del avance interdisciplinar: "el siglo XIX parece caracterizado por un retroceso de la esperanza interdisciplinaria; la conciencia científica parece vencida y como abrumada por la masa creciente de sus conquistas, la acumulación cuantitativa de las informaciones parece exigir el precio de un desmantelamiento de la inteligencia".6

El siglo XX alcanzó renovaciones en el campo de las ciencias y esto lleva a plantearse nuevas expectativas, sobre todo en el marco de las ciencias sociales. Varios acontecimientos históricos propiciaron la necesidad de integrar las ciencias en pos de soluciones históricas concretas. La complejidad del momento entre las dos guerras mundiales obligó a dar soluciones multidisciplinarias que se caracterizaban por la descomposición de problemas en subproblemas unidisciplinarios donde se agregaban subsoluciones a la solución integral. El surgimiento del enfoque sistémico llevó a que los estudios multidisciplinarios no suplieran todas las expectativas, y esto, a su vez, condujo a la aparición de las investigaciones interdisciplinarias que entendían los problemas en su totalidad pero visto desde diferentes disciplinas.

Después de la segunda guerra mundial, en el tercer período de evolución de la interdisciplina, los propios problemas mundiales obligaron a su desarrollo. Se inició entonces en el mundo la cooperación en las áreas económicas, políticas-científicas y culturales. La aparición de la UNESCO como organización para la cooperación internacional impulsó al desarrollo interdisciplinario. A finales de los años 1960, esta organización promovió el trabajo desde perspectivas interdisciplinarias

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