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LA IMPORTANCIA DE LA EVALUACIÓN EN LOS DIFERENTES CONTEXTOS

KriztelR29 de Junio de 2015

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LA IMPORTANCIA DE LA EVALUACIÓN EN LOS DIFERENTES CONTEXTOS

*Kristel Rubí Martínez Sarmiento.

La docencia es una tarea compleja y amplia de realizar, desde cualquier punto de vista al momento de ponerla en acción; en ésta intervienen ciertos elementos con los cuales se debe entablar una convivencia inevitable, que se presentan en cada uno de los ámbitos que se tornan en conjunto con cada uno de ellos.

En este escrito nos centraremos en lo que es el rol docente y el proceso de construcción del conocimiento, enfatizado en la evaluación del alumno; puesto que, después de haber tenido una diversificación constante de referentes teóricos, los respectivos autores nos dan a conocer el trasfondo que contiene e implica este papel. Porque no consiste en saber por saber la información que se emitirá a los alumnos nada más, sino que también se debe conocer el modo en que ese saber se inculcará, previendo el planteamiento, la conducción y evaluación dentro de la práctica.

Al adentrarnos un poco más a este asunto y tomados de la mano con lo que constituye a los paradigmas nos incorporamos a la determinada Teoría del Aprendizaje; ésta se enfoca en la percepción que adquiere el educador como observador y autocrítico de su praxis, porque de su propia estimación profesional irá formulándose una serie de cuestionamientos acerca de que si las metodologías, estrategias o material que pretende utilizar es el adecuado para impartir sus clases, así como muchas otras interrogantes que van surgiendo conforme se experimenta con el grupo, con el fin de hacer siempre el mejor esfuerzo y acatando cada punto que lo lleve a implementar lo mejor de su arsenal de herramientas como maestro, lo que se verá reflejado en el educando.

A lo largo del tiempo y de la historia en sí, centrándonos en lo que consta el campo de la docencia, la manera en que se califica a los alumnos se ha tornado en ciertas configuraciones que permiten indagar más a fondo sobre el verdadero desarrollo integral por el cual los alumnos tienen transición alguna.

Aunque prácticamente, a lo que nos remitimos al hablar de una estimación o valoración premeditada hacia el desempeño que tiene el estudiante en el aula de clases o fuera de ésta se debe a la diversidad de conjuntos de criterios estigmatizados para evaluarlo, tanto cuantitativa como cualitativamente, hoy en día; ya que de un modo explícito o implícito, según sea el caso, se vincula estrechamente con las esferas de desarrollo integral que debe enfrascar el desarrollo del pequeño.

Ahora bien, la forma en la que el maestro llegue a evaluar al niño dependerá del ingenio y recursos que éste tenga a su alcance. Cabe destacar, como se mencionaba previamente, que este hecho se enfocará en los conocimientos que el profesor manipule gratamente y pueda poner en marcha en cualquier situación; ya que estriba en la contextualización que se le dé, basado en cada uno de los niños, o bien, en los ritmos (lento o rápido) o estilos de aprendizaje (visual, auditivo y kinestésico) u otros factores estrechamente ligados al tema. Es así como:

La evaluación aplicada a la enseñanza y el aprendizaje consiste en un proceso sistemático y riguroso de obtención de datos, incorporado al proceso educativo desde su comienzo, de manera que sea posible disponer de información continua y significativa para conocer la situación, formar juicios de valor con respecto a ella y tomar las decisiones adecuadas para proseguir la actividad educativa mejorándola progresivamente (Casanova, 1999, p. 70).

La ventaja de que el docente posea una serie de insumos es para que tome decisiones, sobre cómo evaluar, y no subestime el inicio, el desarrollo o progreso y el producto que el pequeño alcance en un futuro después de haber estimulado al educando en el riel del aprendizaje. Por otra parte, no podemos negar que la evaluación educativa es una actividad compleja, pero que al mismo tiempo constituye una tarea necesaria y fundamental en la labor del magisterio.

Al hacer mención de lo complicado que es este asunto, caemos en cuenta de que dentro de un proceso educativo puede evaluarse prácticamente todo, lo que envuelve aprendizajes, enseñanza, contextos, programas, planes de estudio, aspectos institucionales, etc.; entonces, encaja a medida aquella frase que Albert Einstein escribió: "no todo lo que cuenta es evaluable, ni todo lo que puede evaluarse cuenta. Es decir, exige analizarlo mediante una serie de vínculos abordados desde las temáticas de carácter psicopedagógico, técnico e institucional, así como muchos otros. Por eso es que:

Evaluar es un concepto más amplio que medir o valorar la competencia o el dominio de la lengua. Toda medición o valoración es una forma de evaluación, pero en un programa de lenguas se evalúan aspectos, no propiamente del dominio lingüístico, como la eficacia de métodos y materiales concretos, el tipo y la calidad del discurso producido a lo largo del programa, la satisfacción del alumno y del profesor, la eficacia de la enseñanza, etc. (MCER, 2002, p. 171)

Ya que aportan al profesor un mecanismo de autocontrol que permite regular y conocer las causas de los problemas u obstáculos que se suscitan o la perturban. Sin la actividad evaluativa difícilmente podríamos aseguramos que ocurra algún tipo de aprendizaje, cualquiera que éste fuera, o nos costaría mucho saber sobre los resultados y la eficacia de la acción docente y de los procedimientos de enseñanza utilizados. Sin la información que nos proporciona la evaluación, tampoco tendríamos argumentos suficientes para proponer correcciones y mejoras.

Posteriormente, debemos hacer una diferencia entre lo que es evaluar y lo que es medir, dentro del contexto educativo; en síntesis, podemos enunciar que ésta radica, precisamente, en el fin que tiene cada una.

Por ejemplo: “Medir implica la acción que comparar una cosa con otra. Entonces, se puede indicar que la medición en educación es uno de los medios usados por la evaluación para lograr sus propósitos de valoración” (Soto, 2004, 5). Así que, tras ésta última especificación, aclaramos que las dos posturas van tomadas de la mano.

La medición procura descubrir el grado de dominio que ostenta el estudiante sobre el contenido de determinada disciplina. Aparte está limitada a la simple descripción cuantitativa, debido a que no incluye descripciones cualitativas, ni tampoco aplica apreciaciones de juicios de valor.

En cambio, la evaluación, va más allá de una simple concepción, puesto que nos señala si la información cuantitativa satisface o no los objetivos previamente logrados.

Regresando al asunto de la evaluación, en el apartado de psicoeducativa ha existido un desmesurado interés por los productos observables del aprendizaje. Por lo que: “Desde ciertos enfoques en psicología de la educación, se ha sostenido un planteamiento a todas luces reduccionista por dar un énfasis excesivo en ellos, descuidando los procesos de elaboración o construcción que les dan origen” (Herman, Aschbacher y Winters, 1992; Miras y Solé, 1990; p. 8). Así es como se derivan los diferentes tipos de evaluación.

- Evaluación diagnóstica: “La evaluación diagnóstica es aquella que se realiza previamente al desarrollo de un proceso educativo, cualquiera que éste sea. También se ha denominado evaluación predictiva” (Díaz, 2002, p. 396).

Cesando en la conceptualización que este término expresa, prácticamente es la que se efectúa al inicio de una actividad indefinida, para conocer el trasfondo que poseen los individuos que la realizarán o en qué medida mejoraron o cambiaron de conductas hacia ésta.

- Evaluación formativa: “Es aquella que se realiza concomitantemente con el proceso de enseñanza – aprendizaje por lo que debe considerarse, más que las otras, como una parte reguladora y consustancial del proceso” (Díaz, 2002, 406).

Como bien se destaca, esta evaluación tiene primordial importancia porque es estrictamente pedagógica. Lo que se define en que ocurre durante el proceso antes dicho, ya que reestructura o rectifica lo que ya se conocía.

- Evaluación sumativa: “Ha sido considerada como la evaluación por antonomasia, al punto que cuando se habla de evaluación en las comunidades escolares, inmediatamente se le asocia con ella (Díaz, 2002, p. 412).

Relativamente, también es denominada evaluación final; lo que únicamente quiere decir que se realiza al finalizar un proceso institucional o ciclo educativo pertinente.

Por otra parte, cada una de las diferentes evaluaciones, así como también sus segmentaciones específicas en un rango más detallado, brinda retroalimentación a las instituciones educativas que detectan las fortalezas y debilidades y valoran el impacto de los procesos educativos sobre el desarrollo de competencias básicas por parte de los estudiantes del país.

Los resultados de la evaluación son también un referente concreto para examinar el funcionamiento y los procesos internos de las instituciones, para organizar y diferenciar el grado de participación y responsabilidad de distintos actores y sectores.

Los resultados son insumos fundamentales para tomar decisiones, fijar

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