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LA PAZ.... ALGO QUE SE EXIGE O QUE SE DÁ?


Enviado por   •  12 de Agosto de 2018  •  Exámen  •  514 Palabras (3 Páginas)  •  132 Visitas

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LA PAZ…. ALGO QUE SE EXIGE O QUE SE DÁ?

LA PAZ DIARIA

Pero, ¿es posible la paz? sí, rotundamente sí. La paz lo mismo que la guerra, no es el resultado "de una pretendida fatalidad histórica", dijo Pablo VI. La paz es posible, con tal que de ella se preocupe su progenitor.

Éste es cada uno de nosotros "a condición de que no seamos sólo pacíficos, sino hacedores de paz", en opinión de San Agustín.

La paz no es fruto de decretos, sugerencias o deseos de organismos internacionales. "La paz es, sobre todo, una concepción del espíritu", continúa Pablo VI. Los organismos internacionales pueden regular las relaciones externas entre las naciones, estructurar la vida de las comunidades humanas, pero no pueden decretar el estado del alma de cada hombre, el ser y estar de su espíritu.

Cuando seamos capaces de actuar sin motivos interesados, cuando seamos lo suficientemente fuertes para elegir lo gratuito y noble, que nada busca ni pretende para sí, entonces seremos hombres de paz y encontraremos definitivamente:

La victoria de la esperanza sobre la angustia,

de la comunión sobre la soledad,

de la paz sobre la turbación,

de la alegría y belleza sobre el tedio y la náusea,

de lo eterno sobre lo temporal,

de la vida sobre la muerte.

Buscando la Paz

Había una vez un rey que ofreció un gran premio a aquel artista que pudiera captar en una pintura la paz perfecta. Muchos artistas lo intentaron. El rey observó y admiró todas las pinturas, pero solamente hubo dos que a él realmente le gustaron y tuvo que escoger entre ellas.

La primera era un lago muy tranquilo. Este lago era un espejo perfecto donde se reflejaban unas placidas montañas que lo rodeaban. Sobre estas se encontraba un cielo muy azul con tenues nubes blancas. Todos quienes miraron esta pintura pensaron que esta reflejaba la paz perfecta.

La segunda pintura también tenía montañas. Pero estas eran escabrosas y descubiertas. Sobre ellas había un cielo furioso del cual caía un impetuoso aguacero con rayos y truenos. Montaña abajo parecía retumbar un espumoso torrente de agua. Todo esto no se revelaba para nada pacífico.

Pero cuando el Rey observó cuidadosamente, vio tras la cascada un delicado arbusto creciendo en una grieta de la roca. En este arbusto se encontraba un nido. Allí, en medio del rugir de la violenta caída de agua, estaba sentado plácidamente un pajarito en su nido...

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