TENSION FAMILIAR EN NAVIDAD: TENGAMOS LAS FIESTAS EN PAZ.

Ya pasó la Nochebuena. Y seguro que al final todas las recomendaciones para tener una cena en paz nos las saltamos a la tremenda. Acabamos bebiendo más de la cuenta, metiendo la pata, sacando temas que no deberíamos haber comentado y volviendo a discutir con las mismas personas de todos los años.

En el periodo tras las fiestas navideñas las separaciones de pareja y las rupturas familiares aumentan. “Normalmente en todos los períodos de vacaciones” hay más problemas, y hay más parejas y familias que se rompen.

Las causas son varias: por una parte salimos de un período caracterizado por el estrés y, por otra, esperamos al final de las fiestas para dar el paso definitivo. Es una época complicada porque hay cierta presión social para que estemos contentos y no siempre uno lo está porque los problemas no desaparecen en estos días, sino que nos acompañan en nuestra mente a pesar que los que los rodean nos exigen estar feliz en muchas ocasiones, y esto acaba por dinamitarnos y explotamos.

Además, nos encontramos coaccionados u obligados a tener que juntarnos con mucha gente, con la que en puede que no nos llevamos bien o con las que no hemos resuelto algunas cuestiones que durante este año u años atrás tenemos pendientes. Si a nuestros problemas, encima, le unimos el alcohol y bebemos más, nos desinhibimos y nuestra lengua habla más de lo que en condiciones normales lo haríamos, con lo que se pueden reabrir viejas heridas.

Otro de los problemas es que en Navidad soportamos mucho estrés: compromisos familiares y laborales, hay que gastar mucho dinero porque si no, no está bien visto, hay que hacer muchos preparativos, comprar comida, ropa, regalos…. Sin embargo, estamos acostumbrados, a ser independientes y no compartir muchos momentos con la pareja o familia. Si tenemos vacaciones y esperamos descansar, muchas veces no lo conseguimos, con lo que encima nuestra actitud acaba siendo peor y nuestro enojo se transmite al ambiente creando crispación.

Más posibilidades de conflicto con la familia política.

También está la polémica de todos los años de con quién cenamos en Nochebuena, o Año Nuevo, si con la familia política o la propia. Si finalmente decidimos ir con nuestra familia de origen, éstos “nos siguen dando pautas de cómo debemos comportarnos” como ‘por qué haces esto así, yo lo hago de otra forma’, y se hacen preguntas incómodas como ‘cuando vais a tener niños, si os vais a casar, si tienes que buscar un trabajo mejor…’ si no tienes bien educados a tus hijos, …….“Esto se lo permites a tu madre, pero no a tu suegra”, asegura y suele tener al final de la noche sus consecuencias.

Cuñados y suegros son los principales allegados con los que solemos discutir en estas fechas. Sin embargo, cada familia es un universo. La cuestión es que los límites no están claros en estas reuniones y no siempre todos los que nos reunimos nos caemos bien, con lo que pueden surgir fricciones.

Los conflictos surgen en muchos casos por luchas de poder, conversaciones inadecuadas, temas económicos y de identidad; a veces se marcan límites de manera

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