LA TRANSFERENCIA DE FREUD A LACAN

La transferencia (según el consenso de los analistas) caracteriza el modus operandis del psicoanálisis, el resorte mismo de la cura, su motor terapéutico y el principio de su poder.

Freud trabaja el tema de la transferencia principalmente en los siguientes textos:

- Escritos sobre la Técnica (1911- 1915)

- Estudios sobre la histeria- Caso Dora

- La Psicología de los procesos oníricos

- Mas allá del Principio del Placer

- Inhibición, síntoma y angustia

1) El psicoanálisis era un arte de interpretar: el síntoma era descifrado y se desvanecía después de curas muy breves.

2) Esto se perdió y empezó a analizar las resistencias. Parecía que ese inconciente abierto en principio, hubiese progresivamente retrocedido y se hubiese vuelto rebelde a la intervención analítica.

1911-1915 se dedica a estudiar la técnica para responder a la dificultad que representaba el comienzo de un cierre del inconciente. (Este también evolucionó).

Lacan: dice que “el inconciente está estructurado como un lenguaje” y que la intervención del psicoanalista en el inconciente es de naturaleza tal, que puede modificarlo.

Hay tres formas de transferencias distinguidas por Freud:

1) Identifica la transferencia con la función de repetición

2) Identifica la transferencia con la resistencia

3) Identifica la transferencia con la sugestión.

Lacan pone en el fundamento de la transferencia una función (inédita en Freud): la del Sujeto supuesto al Saber (SsS). Hace su retorno a Freud, pero opero con sus textos logrando una conceptualización inédita.

“El Sujeto supuesto al Saber es para nosotros el pivote con respecto al cual se articula todo lo que tiene que ver con la transferencia”.

Al principio se creyó que el analizante comienza suponiendo que el analista detenta el saber que le concierne; que progresivamente descubre que no es así, pero que el análisis se establece sobre la base de esta suposición.

Lacan trato de deslindarlos con el SsS (pivote a partir del cual giran estos distintos aspectos). Estos pertenecen a los fenómenos que se producen en la experiencia analítica, mientras que el SsS es de otro orden, el de un fundamento transfenomenico de los fenómenos de la transferencia.

1) Freud en los sueños: el sueño se apodera de los restos diurnos para montarlos con un valor distinto, con una significación diferente a la de su emergencia. Son formas vaciadas de su sentido.

Habla por primera vez de transferencia de sentido, de desplazamiento, de utilización por el deseo de formas muy ajenas a él, de las cuales se apodera, a las que carga, infiltra y dota de una nueva significación.

Se trata aquí de disfraces del deseo que, permaneciendo inconciente, se expresa desplazándose de lo reprimido a una representación banal que es aceptable a la conciencia.

El deseo se apodera de formas errantes, que nada valen por sí mismas, que han sido despojadas, separadas de su significación primera (funcionan como letras). Son formas significantes a las que el deseo proporciona un significado diferente y nuevo.

2) A partir del caso Dora emerge la significación precisa de la transferencia freudiana.

En el sentido analítico se produce cuando el deseo se aferra a un elemento muy particular: la persona del terapeuta; en el que el psicoanalista (no su persona) imanta las cargas liberadas por la represión.

Implica: que no hay exterioridad del analista al inconciente. En tanto opera en la cura psicoanalítica, no es exterior al inconciente del paciente. Hay un lugar en la “economía psíquica” que el analista viene a ocupar. El terapeuta aparece interesando especialmente al paciente, ocupa sus pensamientos y sobre todo en los comienzos, desencadena el amor del paciente.

Esta llegada imprevista de la transferencia, la hace primero aparecer como un fenómeno parasitario que perturba la continuación del trabajo.

Freud: reconoce que es una patología inevitable, puesto que el deseo inconciente es movilizado

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