LACAN. SEMINARIO1 LOS ESCRITOS DE FREUD

LACAN. SEMINARIO1 LOS ESCRITOS DE FREUD

El texto de Melanie Klein: el informe de una experiencia. Un muchacho de unos cuatro años, cuyo nivel general de desarrollo está entre los quince y los dieciocho meses. Es éste un problema de definición. Un desarrollo afectivo entre quince y dieciocho meses, esta noción es muy vaga. El niño dispone de un vocabulario muy limitado, incorrecto. Deforma las palabras, y la mayor parte del tiempo las emplea mal; otras veces se da cuenta que conoce su sentido. MK insiste: este niño no desea hacerse comprender, no busca comunicarse; sus únicas actividades más o menos lúdicas son emitir sonidos y complacerse con estos sonidos sin significación, con estos ruidos. Pero este niño posee algo de orden del lenguaje, si no MK no podría hacerse entender. Dispone de algunos elementos del aparato simbólico. MK caracteriza su actitud como apática, indiferente. No por eso carece de orientación. Klein lo distingue de todos los niños neuróticos que ha examinado señalando que en él no hay indicios aparentes de ansiedad de los neuróticos: explosión o bien retracción, rigidez, timidez. El niño mira a MK como miraría un mueble. Subrayo el carácter uniforme que, para él, tiene la realidad. Todo le es igualmente real, igualmente indiferente. El mundo del niño, dice MK, se produce a partir de un continente y de un contenido (los dos: cuerpo de esta madre). El niño se ve llevado a realizar una serie de relaciones de incorporación imaginaria→ morder, absorber el cuerpo de su madre. Con estilo de destrucción. El niño espera encontrar objetos que están provistos de cierta unidad, que pueden serle peligrosos. ¿Por qué peligrosos? Por la misma razón por la cual él es peligroso para ellos. Acentuará su exterioridad respecto a las primeras delimitaciones de su yo, y los rechazará como objetos malos, peligrosos, caca. Serán exteriorizados, aislados de ese primer gran todo que es la imagen fantasmática del cuerpo de la madre, primera realidad infantil. Provistos de acento maléfico los re-introyectará, y trasladará su interés hacia otros objetos menos peligrosos. Diferentes objetos del exterior se constituirán en equivalentes de los primeros, vinculándose por una ecuación I. La ecuación simbólica entre estos objetos surge de un mecanismo alternativo de expulsión e introyección, de proyección y absorción de un juego imaginario. En Dick, observamos un esbozo de imaginarización del mundo exterior. Dick juega con el continente y con el contenido, ya ha entificado ciertos objetos (el trenecito; él mismo es el trenecito en relación a su padre que es el tren grande). El espacio negro es asimilado al interior del cuerpo de la madre en el cual se refugia. No se produce el juego libre, la conjunción entre lo I y R de los objetos. Cuando busca refugio en el interior vacío y negro del cuerpo materno, los objetos no están allí. Porque, el ramillete y el florero no pueden estar allí al mismo tiempo (esquema del espejo) Para Melanie Klein, todo está en un plano de igual realidad, lo cual no permite concebir la disociación de los diferentes sets de objetos primitivos. Para MK, no hay teoría de lo imaginario, ni teoría del ego. Estamos en la relación del espejo → plano de proyección. El término introyección no es lo contrario de proyección. La introyección es siempre introyección de la palabra del otro, diferente de la proyección. Separar lo que pertenece a la función del ego (del orden del registro dual); y lo que pertenece a la función del superyó. El superyó auténtico, es una introyección secundaria respecto a la función del ego ideal.

El niño está allí. Dispone de cierta cantidad de registros significativos. MK hace hincapié en la estrechez del registro I. MK subraya la pobreza del mundo I y la imposibilidad de este niño de establecer una relación efectiva con los objetos en tanto estructuras. La actitud de este niño no dirige ningún llamado. Este niño ya tiene un sistema de lenguaje suficiente, juega con él, lo utiliza para dirigir un juego de oposición contra los intentos de intrusión de los adultos. Por ejemplo, se comporta en una forma negativista. Cuando su madre le propone una palabra y él la reproduce de modo ininteligible. Dick utiliza el lenguaje en forma propiamente negativista. Al introducir el llamado no introduzco indirectamente el lenguaje, sino que ni siquiera es un nivel superior al lenguaje → por debajo del lenguaje. (un animal doméstico, desprovisto de lenguaje es totalmente capaz de dirigir llamados) Al llamado humano le está reservado un desarrollo ulterior, más rico, porque se produce en un ser que ya adquirió el nivel del lenguaje.

Bühler → Teoría del lenguaje, tres etapas: Primero→ el nivel del enunciado como tal, hay que situar en este nivel del enunciado todo lo concerniente a la naturaleza del sujeto. En un imperativo cualquiera hay otro plano: el del llamado. Se trata del tono q se usa. El mismo texto puede tener valores ≠ según el tono. El tercer valor es el de la comunicación: aquello de lo que se trata, y su referencia al conjunto de la situación. Con Dick estamos a nivel del llamado. El llamado cobra su valor en el Interior del sistema ya adquirido del lenguaje. Dick no pronuncia ningún llamado. El sistema está interrumpido a nivel de la palabra. El lenguaje y la palabra no son lo mismo: este niño hasta cierto punto es dueño del lenguaje, pero no habla. → (¿dentro del lenguaje, fuera del discurso?) Está allí pero no responde. La palabra no le ha llegado. El lenguaje no se ha enlazado a su I, de registro pobre: valorización de los trenes, de las manijas de las puertas, del lugar negro. Aquí lo R y lo I son equivalentes. MK debe renunciar a toda técnica. Tiene un material mínimo. No hay juego: Dick no juega. No interpreta pero parte de: Dick tren pequeñito, tren grande papátren.

Entonces el niño jugando le dice la palabra station. Crucial → se esboza la unión del lenguaje con el imaginario del sujeto.

MK le devuelve: La estación es mamá, Dick entra en mamá. Todo se desencadena. El Ñ progresa. ¿Qué hizo MK? Aportar la verbalización. Simbolizó una relación efectiva: la de un ser, nombrado, con otro ser. Ha enchapado la simbolización del mito edípico, para llamarlo por su nombre. A partir de entonces, después refugiarse en el espacio negro para volver a tomar contacto con el continente, la novedad surge para el niño. El niño verbaliza un primer llamado: un llamado hablado. Solicita a su niñera. Produce una reacción de llamado que no es solo un llamado afectivo, sino un llamado verbalizado que supone una respuesta. Una primera comunicación. MK hace intervenir los otros elementos de la situación; el padre desempeña su papel. Fuera de las sesiones las relaciones del Ñ se desarrollan en el plano del Edipo. El niño simboliza la realidad que lo rodea a partir de ese núcleo, pequeña célula palpitante de simbolismo que le dio MK. Q más tarde llama: haber abierto las puertas de su inconsciente. L → El inconsciente es el discurso del otro. No hay en el sujeto ningún tipo de inconsciente. Es el discurso de MK, primeras simbolizaciones de la situación edípica. En el caso de este sujeto que no ha accedido a la realidad humana porque no hace ningún llamado, ¿cuáles son los efectos de las simbolizaciones introducidas por MK (terapeuta)? → Determinan una posición inicial a partir de la cual el sujeto puede hacer jugar lo I y lo R. El niño realiza en una serie de equivalencias, que le hacen pasar de ese intervalo entre las dos puertas, donde iba a refugiarse como si fuera el negro absoluto del continente total, a objetos que lo sustituyen; la palangana de agua, por ejemplo. Despliega y articula todo su mundo. Accede a contenidos cada vez más ricos, y también a la posibilidad de definir el contenido y el no-contenido.

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