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LA ÉTICA PROFESIONAL, ¿UN PROBLEMA ÉTICO DEL CONTADOR PÚBLICO?

LeStJe23 de Enero de 2014

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RESUMEN

El presente artículo tuvo por finalidad un análisis reflexivo de contenido, donde se expusieron algunas consideraciones acerca de la ética profesional del contador público. La metodología utilizada fue de carácter documental, realizándose una revisión bibliográfica. Se fundamentó en las teorías relacionadas con las temáticas abordadas, tales como: Fuentes (2006), Cortina y Conill (2000), Berumer, (2005), (FCCPV, 1996), (IFAC, 2004) Moncho (2003) y Beller (2006). Actualmente, la ética profesional adquiere un importancia relevante en función de determinados valores asumidos, aceptándose que la ética hay que pensarla en la relación dada entre la conducta y el concepto de valor, puesto que la necesidad de la ética en la sociedad es tan importante, que muchos valores comunes se incluyen en leyes para permitir que la sociedad funcione en forma ordenada. De tal manera que se concluye que toda persona tiene un conjunto de valores, aún cuando puede que hayan sido considerados o no en forma explícita, tal como lo expresan los códigos de ética para grupos de profesionales como los Contadores Públicos y los códigos de conducta en organizaciones individuales. Ya que los contadores públicos deben establecer conductas éticas inviolables, en cuanto a su actuación profesional, es deber obligatorio para el contador evitar incurrir en faltas tales como: el encubrimiento de hechos que lleven a conclusiones equivocas ante cualquier caso o circunstancia; negligencia al emitir un juicio sin respaldo profesional o auditoria de parámetros de aceptación general; o inducir y aconsejar el falseamiento de estados financieros a sus clientes. Igualmente, debe guardar discreción para demostrar que es profesionalmente confiable y responsable de todos los casos que estén bajo su tutela, así como de cualquier información que maneje, adquiriendo un compromiso serio y leal con sus clientes de acuerdo a lo previsto en la ley del ejercicio de la profesión.

Palabras clave: Ética, Valores, Ética Profesional, Código de Ética.

ABSTRACT

This article is intended content reflective analysis which presented some considerations about the accountant's professional ethics. The methodology used was documentary in nature a literature review. The basis of theories about the themes addressed, such as: Sources (2006), Cortina and Conill (2000), Berumen, (2005), (FCCPV, 1996), (IFAC, 2004), Moncho (2003) and Beller (2006). Today professional ethics acquires a significant importance in terms of certain assumed values, accepting that ethics have to think given the relationship between behavior and the concept of value, since the need for ethics in society is so important many common values are included in laws to allow society to function in an orderly fashion. So, it is concluded that everyone has a set of values even though they may have been considered or explicitly, as expressed in codes of ethics for professional groups such as the Public Accountants and codes of conduct in organizations individual. As public accountants must establish inviolable ethical conduct in their performance, therefore, is obligatory duty for the counter to avoid infractions such as concealment of facts that lead to wrong conclusions before any event or circumstance, neglect in issuing a trial without professional support or audit generally accepted parameters, lead and advise the distortion of financial statements to its customers. It must also exercise discretion to prove it is reliable and professionally responsible for all cases under their care, as well as any information we managed to acquire a serious and sincere commitment to their customers according to the provisions of the law of exercise the profession.

Key Words: Ethics, Values, Professional ethics, Code of ethics.

Introducción

Las normas morales siempre han perturbado a la persona humana, desde pequeños somos orientados por su existencia, siendo afectados con el fin de tratar de orientar e incluso determinar la conducta humana; puesto que dichas normas existen en la conciencia de cada uno, provocando la existencia de diferentes puntos de vista, lo que conlleva a considerar las diferentes respuestas existenciales que ejercen las personas frente a ellas.

Algunos autores, como Moncho (2003) y Beller (2006), consideran que la ética profesional tiene un sentido más amplio que el de la deontología, puesto que no puede sólo limitarse a los deberes y obligaciones que se articulan en un conjunto de normas o códigos de cada profesión, para dirigirse a las virtudes y roles profesionales.

En ese sentido, Fuentes (2006) define la ética profesional como la parte de la ética general, de forma particular, los deberes y los derechos de las profesiones, donde los códigos de ética sirven de guía para la acción moral, incorporándose a los distintos ámbitos de trabajo, con intención de respetar su profesión, de trabajar con lealtad y de cumplir con la sociedad.

Por ello, puede considerarse que la enseñanza de la ética tiene como objetivo proporcionar instrumentos claves relevantes para tener criterios éticos y capacidad de elección, proporcionados por cada ciudadano que participan en los asuntos públicos.

En este sentido hay un marcado interés por la educación para la ciudadanía, cuyo objetivo es contribuir a formar pobladores más competentes cívicamente, y que puedan comprometerse con las responsabilidades colectivas desde su profesión.

Características de la ética profesional

Cortina y Conill (2000), citados por Fuentes (2006), manifiestan que la ética profesional se caracteriza por lo siguiente:

a. Una actividad humana social, por cuanto es un bien específico indispensable.

b. Es exigida por la sociedad.

c. Además de incluir las normas internas del colectivo, tiene en cuenta una perspectiva más amplia.

d. Su contenido ético dimana del sentido ético que proporciona su fin, el bien que aportan o procuran.

e. Exige la utilización adecuada de la competencia: formación teórica (conocimientos-saber, aprender-cultura, tecnológica y lenguas extranjeras). Formación práctica (destrezas, técnicas y sociales: confianza, independencia, tolerancia, descubrimiento del otro, participación en proyectos comunes, e enriquecimiento intercultural).

f. La pertenencia de un individuo a una profesión significa entonces, que además de la competencia propia de dicha profesión, comparte sus principios éticos inherentes de actuación.

g. Coloca el acento en lo que es bueno hacer; aquello que es propio de cada profesión en el plano del comportamiento moral.

h. Trata las diversas posibilidades de actuar bien en varias actividades profesionales.

En un sentido estricto, la ética profesional se designa solamente a las carreras universitarias. En una expresión más amplia, abarca también los oficios y trabajos permanentes y remunerados, aunque no requieran un título universitario.

Por lo tanto, la ética profesional es definida por Fuentes (2006) como un conjunto de principios, valores y normas que indican cómo debe comportarse un profesional para que su ejercicio sea considerado digno, estableciendo los mejores criterios, conceptos y actitudes para guiar la conducta de él mismo por razón de los más elevados fines que puedan atribuirse a la profesión que ejerce, así como sus relaciones con los clientes, el público y otros contadores públicos, tomando en cuenta la independencia, autodisciplina e integridad moral del profesional.

Deberes y derechos del profesional ético

La elección de la profesión debe ser completamente libre. La vocación debe entenderse como la disposición que hace al sujeto especialmente apto para una determinada actividad profesional. La elección de una carrera profesional, sin tomar en cuenta las cualidades y preferencias, sino, por ejemplo, exclusivamente los gustos de los padres, o los intereses de la familia, fácilmente puede traducirse en un fracaso que, en el mejor de los casos, consistiría en un cambio de carrera en el primero o segundo año, con la consiguiente pérdida de tiempo y esfuerzo.

Por otro lado, la finalidad del trabajo profesional es el bien común. La capacitación que se requiere para ejercer este trabajo, está siempre orientada a un mejor rendimiento dentro de las actividades especializadas para el beneficio de la sociedad, de lo contrario, una profesión se convierte en un medio de lucro o de honor, o simplemente, en el instrumento de la degradación moral del propio sujeto.

Lo ideal es tomar en cuenta el agrado y utilidad de la profesión; sin embargo, todo el mundo se inclina por naturaleza a la consideración de su provecho personal; la profesión gracias a esos mismos trabajos, deja una de las satisfacciones más hondas en el profesional.

Por otra parte, para Cortina y Sánchez (2001), citados por Fuentes (2006), un profesional debe ofrecer una preparación especial en triple sentido: capacidad intelectual, capacidad moral y capacidad física.

La capacidad intelectual consiste en el conjunto de conocimientos que, dentro de su profesión, lo hacen apto para desarrollar trabajos especializados. Estos conocimientos se adquieren básicamente durante los estudios universitarios, pero se deben actualizar mediante los cursos, revistas, conferencias y las consultas a bibliotecas.

La capacidad moral es el valor del profesional como persona, lo cual da una dignidad, seriedad y nobleza a su trabajo, merecedora del aprecio de todo el que encuentra. Abarca, no sólo la honestidad en el trato y en los negocios, en el sentido de responsabilidad y en el cumplimiento de lo pactado, sino además la capacidad para traspasar su propia esfera profesional en un

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