ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

LOS CONTENIDOS DE LA MENTALIDAD BURGUESA

Kiara CsichApuntes27 de Octubre de 2022

3.620 Palabras (15 Páginas)92 Visitas

Página 1 de 15

LOS CONTENIDOS DE LA MENTALIDAD BURGUESA:

La coherencia de una forma de mentalidad está dada, en principio, por un conjunto de criterios básicos.

Hasta ahora se trató de mostrar un cambio en las actitudes sociales básicas, se refleja en un nuevo modo de pensamiento, un nuevo sistema de criterios, que constituye un marco formal, que también es llenado por un conjunto de pensamientos, ideas, de saberes, que en parte vienen de las nuevas experiencias o de la aplicación del nuevo método y en parte del bagaje tradicional, desarticulado de sus anteriores cuadros organizativos y reintroducido en los nuevos.

  1. PROFANIDAD Y REALISMO

El primer tema a analizarse es la realidad misma. El tema es ver la noción de la realidad y la de causalidad vinculada con ella.

Esta forma de la realidad no es del todo clara, hay algunas cosas que son difusas, algunas claras son aquellas que se proyecta en el campo de algunas disciplinas particulares.

La característica de la mentalidad cristiano feudal, en cuyo marco se constituye la mentalidad burguesa, es la interpenetración entre realidad e irrealidad, es decir, la identificación de la realidad sensible con algo que llamamos irrealidad.

En este contexto, la experiencia primaria de los hombres, que viven de y en la naturaleza, aunque naturalmente existe, es invalida por un sistema interpretativo apoyado en un elemento autoritario, sea de naturaleza carismática o simplemente mágica, ellos creían que si algo pasaba era por que a ellos le habían enseñado que era así y si no pasaba como ellos creían, pensaban que eran sobrenaturales.

La aparición de la burguesía, su función disociadora de la trabada relación entre realidad e irrealidad, da un nuevo principio de explicación causal; una causalidad natural.

De la experiencia al establecimiento de un sistema explicativo basado en la causalidad natural, y de allí a la reinterpretación del conocimiento acumulado: he ahí el camino por el que se forma este nuevo marco explicativo de la realidad, prácticamente, de manera previa a cualquier teorización sobre sus fundamentos últimos. Lo que consiguió la experiencia burguesa fue delimitar una realidad operativa, que se comporta de una cierta manera cuando actúa sobre ella, más allá de lo que pueda ocurrir cuando trasciende.

La primera conquista de la mentalidad burguesa consiste en esta delimitación de la realidad, triunfo de la profanidad. La afirmación de que la realidad es sagrada y no profana no implica la negación de la realidad sobrenatural, sino que funciona como acotamiento de un sector, que llamamos realidad operativa. Esto es lo que implica la profanidad.

Los realistas sostuvieron la imagen tradicional, escolástica, de la realidad, en la que realidad e irrealidad se interpretaban. Sostenían que los universales definen, expresaban realidades. Este realismo negaba la realidad de lo sensible y, ateniéndose al esquema platónico, plotiniano y cristiano, sostenía que la única y verdadera realidad era la inteligible, la percibida por la mente, la que expresaba conceptos.

La percepción de que, por el contrario, realidad debía ser solo algo que refiera a la realidad sensible, cognoscible por los sentidos, fue propia de quienes se llamaron a sí mismos nominalistas. La implicación es sencilla: si se niega que el concepto es real, toda la dogmática cristiana se desmorona, porque todo el dogma es de tradición platónica o plotiniana.

Se llega al nominalismo por dos vías, una empírica y otra académica. La vía empírica es la de la burguesía. La segunda vía, la academia, deriva del contacto de culturas producidas por las Cruzadas.

Lo que los nominalistas decían de los realistas en el siglo XII era similar a lo que Aristóteles había dicho a Platón.

El nominalismo se transforma en la teoría del conocimiento burgués, una teoría de una concepción empírica de la naturaleza, y que constituye el fundamento del conocimiento científico. Todo el conocimiento científico será aristotélico, en cuanto es nominalista y no realista.

Todo esto ocurre en los siglos XII y XIII. En las universidades en que se enseña preferentemente Derecho, como Bologna y Roma, donde la discusión filosófica es menor, aparece otro elemento novedoso: la resurrección del derecho romano.

La mentalidad burguesa desglosa la realidad natural o sensible como realidad cognoscible, y separa la irrealidad, o si se prefiere la realidad sobrenatural, admitiendo que no es cognoscible por las mismas vías que la realidad natural. Esta actitud culmina con lo que en el siglo XVIII se va a llamar agnosticismo.

Para cerrar esta parte:

En síntesis, la línea principal de la mentalidad burguesa se limita a definir la realidad como realidad operativa, cuyo comportamiento puede preverse en términos adecuados para la acción. La pregunta acerca de que hay detrás de eso no tiene relevancia.

  1. La imagen de la naturaleza:

Comienza a usarse la palabra realismo: el propósito vehemente de afirmar la existencia de la realidad y el sostenimiento y defensa, casi militante, de los valores implícitos en ese tipo de realidad.

El realismo es una tendencia que se resiste a conferir realidad a aquello que tiene cierto nivel de abstracción.

Enmascarado o no, el realismo considerado como tendencia implica la afirmación de la existencia de una realidad objetiva. Sostener esto supuso disolver la identidad entre realidad e irrealidad, propia del pensamiento cristiano feudal.

Lo característico de la mentalidad burguesa es operar una doble disolución: la del hombre y la naturaleza y la de la realidad sensible y la realidad sobrenatural. La primera operación la convierte en objeto de conocimiento; la segunda operación implica que la naturaleza se conoce a partir de la experiencia y no de la revelación.

El hombre es instrumento del conocer y todo lo demás es cognoscible. Frente a la idea tradicional de que todo lo extraño debía ser sobrenatural, cuantas más variedades se conocen más arraiga la idea de que es posible la existencia de otras variedades de la naturaleza. Hay una tendencia a descarnar lo sobrenatural.

Cuando se la empieza a observar se descubre que la naturaleza funciona de una manera coherente. Entonces se afirma que, además de un objeto ajeno al hombre, que puede llegar a disfrutar estéticamente, a conocer, a dominar, la naturaleza es un sistema.

3) La filosofía como filosofía natural: empirismo y racionalismo.

El problema de cómo conocer la naturaleza y cuáles son los criterios de verdad está detrás de todo lo que han investigado Newton, Galileo o la Royal Society.

El pensamiento de la filosofía ha seguido trabajando la línea de la escolástica. El pensamiento de los científicos que arranca en el siglo XIII, se fue estableciendo como hay que preparar el experimento de modo de asegurarse de que las condiciones en que se han obtenido los datos sean de algún modo comparables y que permitan llegar a conclusiones de carácter general.

Se trata de conocimiento en marcha: sabemos esto, lo que nos permite averiguar mañana esto otro y plantear otro problema, y así sucesivamente. Lo característico de la burguesía es esta concepción progresista, en el sentido etimológico de marcha o dinámica. En cada momento se plantean nuevos problemas, y cuando se averiguan estos, ya están planteados otros.

Bacon denomino el problema de los idola; esquemas mentales de una fuerza tal que pueden desfigurar las nociones provenientes de la realidad, por no atreverse el pensamiento a deshacer la totalidad de lo adquirido. De ellos el más típico es de la abstracción que permite, dado un conjunto de datos, quedarse con una cosa que los comprende a todos. El otro es el conjunto de precauciones que hay que tomar para que los procesos mentales se ajusten al dato obtenido experimentalmente.

En el siglo XVI y XVII, cuando el realismo alcanza cierto límite, se desarrolla el encubrimiento.

Descartes llega a una conclusión categórica, diciendo: la única cosa cuya existencia me consta soy yo. Por un análisis derivado afirma, dentro de lo que él llama idea clara y distinta, que el hombre es capaz de percibir la realidad inequívoca de sus pensamientos y luego una sola cosa del mundo exterior que la extensión. El pensamiento, la extensión y Dios son los elementos con los cuales cree que puede validarse la existencia de un mundo exterior.

Aquí se llega al límite que por entonces alcanza la mentalidad burguesa. Se duda de que las cosas que crea la mente, a partir de la elaboración de los datos que se obtienen de la realidad, sean efectivamente reales, o mejor dicho que correspondan a realidades.

Esta es la concepción de los empiristas y racionalistas del siglo XVII y XVIII. Son los cientificistas del siglo siguiente quienes tienen una confianza absolutamente inquebrantable en que el hombre va a poder llegar a conocer no solo todos los fenómenos sino hasta sus primeras causas.

En suma, la mentalidad burguesa opera creando una teoría para el nuevo tipo de conocimiento destinada a corregir las falacias del realismo. Frente a una, de tipo cognoscitivo, responde con el método científico, elaborado por científicos y por filósofos. Frente a otra, de tipo metafísico, responde con una cierta metafísica, que termina en el agnosticismo.

4) La imagen del hombre.

El tema de la imagen de la realidad estuvo en el centro del conjunto de contenidos que hemos considerado hasta ahora: la naturaleza, el conocimiento, la ciencia. En otro campo, a la imagen del hombre constituye la clave y condiciona todas las actividades en las que el hombre es protagonista: la sociedad, la política, la economía, la metafísica, la historia. En esa idea del hombre, la mentalidad burguesa ha introducido un viraje tan fundamental como en la de naturaleza. Esa nueva imagen es relacionada con el llamado Renacimiento y con el Mundo moderno, no es propia de una época sino de un sector social.

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (23 Kb) pdf (98 Kb) docx (266 Kb)
Leer 14 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com