La Educación Sexual Comienza En El Hogar
gandica14 de Marzo de 2013
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La educación sexual comienza en el hogar
Al crecer, nos damos cuenta que la educación sobre sexualidad comienza en el hogar; los padres y las madres tienen la oportunidad de platicar a diario con sus hijos acerca de asuntos relacionados con sexualidad.
Esperanza para la Familia, A. C. Núm. en Catálogo: 0194 Pag. 2
Desde el nacimiento, los niños empiezan a aprender sobre el amor, el contacto físico y las relaciones. Hasta la etapa de la adolescencia y al establecer relaciones dentro de la familia y en su entorno social, los adolescentes continúan recibiendo mensajes sobre comportamientos, actitudes y valores con respecto a la sexualidad. Esta educación sexual abarca una gama de aspectos, incluidos el desarrollo humano, las relaciones, los valores, las habilidades comunicativas, el comportamiento y la salud sexual; en un esfuerzo por preparar a los jóvenes con los conocimientos y las habilidades necesarias para que tomen decisiones informadas y responsables sobre su salud y su vida. Aunque los jóvenes pueden recibir educación sobre sexualidad fuera del hogar, los padres tienen la oportunidad y responsabilidad de ser los principales educadores sobre sexualidad de sus hijos.
La familia es la base de la base de la comunidad, esto ya lo sabemos, por eso hacemos todo lo posible por mantener a nuestra familia sana y unida. También sabemos que nuestros hijos son nuestra conexión con el futuro y son la supervivencia de nuestra comunidad, es por eso que hacemos todo lo posible para que nuestros hijos tengan todas las herramientas necesarias y les ayudamos a prepararse para su futuro, asegurando su salud, una familia fuerte y una buena educación. Ahora bien, todo padre recordará aquella situación de vergüenza y desconcierto cuando nuestro hijo nos pregunta: “¿de dónde nacen los bebés?”.
Hablar de sexo es algo inevitable y de suma importancia en el buen desarrollo de ellos mismos. Es necesario estar preparados para no cometer errores y saber dar respuesta a todas las interrogantes que muchas veces nos sentimos incapaces de contestar. Para orientar a los padres en esta difícil tarea, nos acompañan los buenos libros, los buenos instructores, los valores morales y la experiencia misma. Y sobre todas las cosas, el prepararnos.
¿Cuándo y cómo empezar a hablar de
sexualidad a los niños?
-¿A qué edad los niños comienzan a cuestionarse sobre temas sexuales?
La educación sexual debería comenzar desde la temprana niñez, es lo que algunos pediatras dicen, sobre todo cuando el niño comienza a desarrollar el lenguaje y puede realizar preguntas. La sexualidad es sólo un tema más entre tantos otros.
Un principio pedagógico arma que “se debe enseñar a partir del interés del niño”; el niño puede indagar por qué tiene una vagina o por qué tiene el miembro viril igual como le preocupa por qué hay estrellas. Si se escuchan sus inquietudes como cualquier otra, el tema sexual pasa también a ser natural, sin más importancia que la que poseen otras preocupaciones y sin la carga del tabú misterioso que habitualmente tiene para los adultos. Si, en cambio, no se le responde o se inhibe su curiosidad, diciéndoles:
“¿Por qué preguntas tonterías? Eres muy pequeño para saber esas cosas”, puede jarse en él la inquietud, sentirse inseguro y creársele dicultades en su forma de relacionarse con los demás. Es importante que los padres comuniquen sentimientos y valores a sus hijos, ellos reciben mensajes de los libros o la televisión, pero éstos suelen ser neutros o confusos. Es función de los padres ser orientadores, transformando, por ejemplo, un aviso publicitario en una oportunidad educativa.
-¿A qué edad los niños ya definen completamente su rol sexual?
El resultado nal del proceso de desarrollo será un conjunto de actitudes acorde con la edad. Pediatra al día comenta: “Al cabo de los cinco o seis años, en el niño estará establecido su rol sexual. La gura de los padres es el eje principal de la identicación sexual, ya que ellos, como modelos o referencias principales, son el estímulo suciente para un desarrollo normal. Son el espejo a través del cual aprende su rol sexual, es decir, la conducta que se espera en un varón o en una mujer. El niño se siente semejante al padre o a la madre y actúa como si fueran modelos”.
- ¿Es bueno esperar a que ellos planteen sus dudas?
No hay que inquietarse, cada niño tiene su propio ritmo y hay que esperar que surja la inquietud.
- ¿Qué hacemos si pasa el tiempo y el niño no demuestra interés?
La curiosidad debe aparecer alrededor de los tres años, si eso no ocurre, hay que aprovechar la maternidad de algún familiar o amistad para abordar el tema y conversar sobre el origen de la vida.
- ¿Es imperioso utilizar desde el comienzo las denominaciones correctas para referirse a los órganos sexuales?
Siempre es útil en los menores ayudarse con todo tipo de grácos o dibujos, ayuda mucho en la pedagogía el escuchar y ver para captar mejor el mensaje.
- En un ambiente social cargado de sexualidad, ¿qué tanto afectan los medios de comunicación en el mensaje sexual que reciben los niños?
Comenzar por dar al menor la conanza que emana de la certeza de que los padres no tienen nada que ocultarle y siempre dicen la verdad. De este modo, no sólo se prepara al niño para una adolescencia serena, sino que se establece
una relación de con anza, afecto, colaboración y respeto mutuos.
Descubriendo la sexualidad
- ¿Cuáles son los conceptos más importantes que los niños deben comprender cuando comienzan las primeras preguntas?
La familia, indiscutiblemente, es el núcleo principal donde se les debe entregar un marco de referencia ético, moral, social y especialmente sexual, puesto que la relación afectiva que une a los padres genera un clima propicio para la comunicación y el aprendizaje. La educación sexual en el colegio debe ser sólo
una extensión de la que se imparte en el hogar; lo importante es que entre la información entregada en la escuela y en el hogar no haya disonancia y tenga como nalidad que el niño se sienta acogido y, además, se aclaren sus dudas.
- ¿Cómo hacerlos diferenciar entre la realidad y la fantasía?
A partir de los tres años orece la imaginación, la fantasía, las inquietudes y surge el juego como la dinámica esencial del proceso de crecimiento. Entre los tres y cinco años lo sexual comienza a ser parte de los juegos. Se invitan a bajarse los pantalones, conversan sobre las partes íntimas, juegan al doctor o al papá y la mamá. Esto es parte del descubrimiento natural de ser hombres y mujeres, por lo tanto es esperable esta clase de actividades, pero los padres de familia deben estar siempre vigilantes. A veces, los niños nada más repiten lo que ven, ya sea en la televisión, en una revista o en un anuncio. Una dosis de juegos sexuales siempre es normal en el niño, es factible que a veces a esta edad les intrigue el por qué de las diferencias anatómicas, la importancia de las distinciones como hombre y mujer, etc. No debes sentirte mal si tu hijo tiene una experiencia de éstas, ya que no lo hacen con la intención de satisfacer ningún deseo sexual, pues en esta edad no tienen deseos sexuales; más bien, lo hacen por imitación. Están tratando de descubrir y no debes empezar a gritarle, a ponerte nervioso, a castigarle o a ponerte histérico, porque lo que vas a trasmitirle es que lo que hizo es algo muy malo y que sus miembros son muy malos y no se deben tocar ni hablar de ellos.
- ¿Cuál es el mejor ambiente en que un niño debe recibir esta enseñanza?
La casa. Existe consenso entre los educadores y padres que una de las funciones principales de la familia es el cuidado de los hijos, lo que involucra también su crianza y educación. Sin embargo, una de las quejas más habituales de los padres frente a los medios de comunicación y especialistas, es que no siempre cuentan con las herramientas necesarias para enseñar educación sexual a sus hijos. Son muy pocos los padres que conversan sobre sexualidad con sus hijos, como lo mencionamos la semana pasada, muchos por vergüenza, por evitar temas que les resultan incómodos, por conocimiento, independientemente de las creencias religiosas que posean y de lo trascendente que consideren la educación sexual. Los profesores tampoco se sienten bien capacitados. Así las cosas, no debería sorprender que los niños y jóvenes se perciban poco informados.
¿Por qué no se habla?
Quizás porque no se sabe cómo y por ello antes de enseñar a los hijos se debe educar el padre, mencionan algunos.
Una enseñanza inteligente
En general se parte de un principio equivocado: la sexualidad identicada sólo como genitalidad, como se piensa popularmente; sin embargo, la sexualidad no apunta solamente a un hecho biológico, referido a que las personas tienen órganos genitales que permiten a la especie reproducirse y sentir placer, sino que abarca una concepción mucho más amplia. Implica asumir una identidad
y rol sexual, dar y recibir afecto, comprometerse, amar y gozar. Sólo teniendo esto en cuenta se asumirá responsablemente la sexualidad, dentro del marco del matrimonio.
Muchas madres de familia se preguntan, “¿es normal que los niños se toquen sus genitales?
¿Qué se debe hacer en esos casos?”
Repito, este tipo de juegos tiene la nalidad de satisfacer la curiosidad, muy propia de su edad. Por lo tanto, si se ven enfrentados a ellos, no le atribuya importancia. Los niños actúan por imágenes y si acarician a sus primos o amigos, o se besan, es porque han visto
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