La Escision Del Yo

SIMPOSIUM APM

26 noviembre de 2011.

“LA ESCISIÓN DEL YO”

Dilemas Actuales acerca de la escisión psíquica

¿Hacia una Tercera Tópica?

Francisco Muñoz Martín

Miembro Titular con función didáctica de la APM

"...En el síndrome del cerebro escindido nos encontramos con dos esferas de conciencia despierta, es decir, dos entidades conscientes o mentes separadas trabajando en paralelo en el mismo cráneo, cada una con sus propias sensaciones, percepciones, cogniciones, procesos cognitivos, aprendizajes, experiencias, memoria y demás”... [...] …"Los estudios de pacientes con SBS (Síndrome del cerebro escindido) han aportado evidencia biológica al hecho de que la conciencia reflexiva (lingüística) solo constituye un aspecto de nuestra vida mental y volitiva, existiendo otros aspectos menos accesibles, pero igualmente importantes en la elaboración de conductas, la generación de estados emocionales o la percepción de la relación de nuestro cuerpo con el entorno Sperry, Roger W. (Premio Nobel de Medicina y Neurobiología, 1981): “Mental unity following disconnection of the cerebral hemispheres”. Harvey Lectures, Series 62. New York: Academic Press. 1968.

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"...en contraste con la estructura de personalidad de los pacientes de fin de siglo, cuyo examen llevó a Freud a concebir una psique dicotomizada y más tarde hablar del conflicto estructural, la organización de la personalidad prevaleciente en nuestro tiempo no está tipificada por la simple escisión horizontal que provoca la represión. La psique del hombre moderno, aquella que describieron Kafka, Proust y Joyce, está debilitada, fragmentada en múltiples partes (escindida verticalmente) y carente de armonía. De ello se desprende que no podremos comprender en forma adecuada a nuestros pacientes y explicarnos lo que a ellos les ocurre si pretendemos hacerlo con la ayuda de un modelo de conflictos inconscientes no apto para ello".

H.Kohut: ¿Cómo cura el análisis? (1984)

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...“Nos estamos enfrentando a una clínica con otras formas de funcionamiento mental en las que las peculiaridades de las defensas puestas en juego contra la angustia dan lugar a una grave mutilación o, en ocasiones, a una no-constitución del propio aparato mental.

En estos casos, ya no es simplemente la represión la que aparta de la conciencia determinados contenidos representativos, sino que es la misma representatividad la que falla; la represión es sustituida por la renegación, la desmentida o la forclusión…/ …Es decir, finalmente, algo queda no ya fuera de la conciencia, sino de la propia vida mental del sujeto”.

R. Cruz Roche

( Presentación del nº 41 de la Revista de Psicoanálisis de la APM “De la Primera a la Segunda Tópica”. Pág. 11. Junio

Introducción.-

El término “Spaltung” (escisión, división, separación) y otros términos similares que designan el mismo fenómeno fundamental en psicoanálisis: la división intrapsíquica, fueron utilizados por Freud, siempre, refiriéndose al descubrimiento del inconsciente. Sin embargo, a lo largo de su vasta obra, Freud solo utiliza la palabra “Spaltung” de manera esporádica sin llegar a convertirla en un instrumento conceptual. Dicho término lo empleó especialmente para describir el hecho de que el aparato psíquico está dividido en sistemas (Inconsciente, Preconsciente-Consciente), en instancias (Ello, Yo, Superyo) y, también, para referirse al desdoblamiento del Yo en una parte que observa y una parte que es observada (Laplance y Pontalis.) 1993).

Al introducir la noción de escisión del Yo, Freud (1938), nos daba cuenta del descubrimiento, dentro de un mismo sujeto, de la existencia de dos actitudes psíquicas diferentes, opuestas e independientes una de otra, algo que ya existía en la misma base de la teoría psicoanalítica de la persona desde los primeros escritos sobre la histeria. Sin embargo, al describir una escisión del Yo (intrapsíquica) y no una escisión entre instancias (interpsíquica: p.e. entre el Yo y el Ello), Freud intentó poner en evidencia un proceso nuevo frente al modelo clásico de la represión y del retorno de lo reprimido. Es decir, uno de los fenómenos específicos de este proceso de escisión es que nunca conduce a la formación de compromiso entre las dos actitudes o concepciones de lo sentido y percibido enfrentadas, (como estamos acostumbrados a observar con lo reprimido), sino que funciona de tal manera que las mantiene separadas simultáneamente, sin que se establezca entre ellas una relación dialéctica.

Las patologías que Freud llamaba psiconeurosis eran tributarias de la terapia psicoanalítica y se expresaban en el ámbito de la cura enmarcadas en la llamada neurosis de transferencia, re-actualizando la neurosis infantil subyacente. Esto permitía su resolución a través del trabajo de elaboración del discurso formado por asociaciones de imágenes y palabras.

Pero es habitual en las últimas décadas, en la posmodernidad, encontrarnos con patologías que no remiten a una neurosis infantil, que tampoco hacen las típicas transferencias y que apuntan más a una estructura peculiar (o incluso a una falta de estructura) del aparato psíquico sin apenas mostrar un despliegue sintomático florido. Son patologías que al decir de Green “oscilan entre la ansiedad de separación y las ansiedades de intrusión” y que usan mecanismos primitivos de defensa como la renegación, la desmentida, la forclusión, la desinvestidura, los cortocircuitos al acto o la expresión puramente somática. Este pasaje al soma se da como manifestación pura de la cantidad pulsional en forma de afecto no significado, proviniendo de una parte del Ello, más allá de lo inconsciente reprimido, que se tiende actualmente a denominar como “lo inconsciente escindido”, tomando como referencia los últimos trabajos freudianos (Freud, 1933, 1937, 1938.)

Los trabajos experimentales de R. W. Sperry (1968)-Premio Nobel de neurobiología 1981-, M. Gazzaniga (1985) y B. Libet (1999 y 2004),sobre los procesos neurológicos conscientes e inconscientes, así como los textos de R. Ornstein (1972 y

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