La Muerte

La muerte es la interrupción de la vida, indicada según la Ley General de Salud por la ausencia completa y permanente de conciencia, la falta permanente de respiración espontanea; la ausencia de percepción y respuestas a los estímulos externos; la falta de los reflejos medulares, la atonía de todos los músculos; el termino de la regulación fisiológica de la temperatura corporal; el paro cardiaco irreversible, y la ausencia total de la actividad cerebral y del resto del sistema nervioso (Gutiérrez-Robledo, L. 2007)

Hablar de la muerte se ha vuelto inconveniente, cuando no síntoma de mala educación. No sabemos qué hacer ante la muerte, no sabemos qué hacer con ella, salvo darle la espalda. Justamente por esto, es preciso ocuparse de ella y pensarla, intentar desentrañar el origen y las causas de su presencia sobrecogedora y terrible, la raíz profunda de nuestra impotencia ante su amenaza (Martínez, J. 2010)

Todos sabemos que hemos de morir algún día, pero nadie lo cree realmente. La muerte es evidente, inevitable y universal; en la dimensión de lo temporal, todo cuanto existe esta condenado a morir y desaparecer. Aceptar la idea de una aniquilación total es algo difícil y raro, incluso entre quienes se dicen materialistas: aun ellos no dejan de alentar cierta esperanza de subsistir acudiendo a las ciencias biomédicas a comparación de otros que se conforman con el hecho de sobrevivir por medio en sus hijos, a quienes han aportado parte de su carga genética (Behar, D. 2011)

La manera correcta para dejar de lado el tabú sobre la muerte, sería trabajar este tema desde temprana edad con nuestros hijos y demás miembros de nuestro entorno familiar, comenzar un proceso de concienciación sobre la importancia de la muerte y afrontarla como parte de la vida. Son muchos los estudios y las investigaciones que, desde hace muchos años, intentan unificarse para explicar dicho concepto.

A lo largo de nuestra vida podemos comprender la muerte de diferentes maneras pues hemos sido educados en diferentes familias, contextos y religiones las cuales han hecho que hoy en día tengamos una perspectiva distinta al proceso del morir.

En definitiva, el misterio de la muerte sigue, y seguirá siendo, abierto para el hombre, porque aunque algunas religiones milenarias (Hinduismo, Budismo, Judaismo, Cristianismo, Islam) hayan creído encontrar el sentido último de la vida, no por ello los seres humanos que dicen profesar esas religiones dejaran de temer, de una manera u otra, ese momento crucial en el que sus vidas físicas se extingan y en el que se encaren, definitivamente y esta vez de verdad, con su autentico destino, cualquiera que sea (De León, J. 2008)

Los padres de familia, los maestros y los médicos no ha sido entrenados para afrontar la propia muerte ni para discutir los aspectos con ella. Esto causa ansiedad, temor, negación e incertidumbre. Lo frecuente entonces es que no

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