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La Psicología Social Y El Desarrollo Sustentable

helen_rodriguez125 de Junio de 2012

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LA PSICOLOGÍA SOCIAL

Y

EL FUTURO SUSTENTABLE

Introducción:

La humanidad ha de hacer frente hoy, más allá de los llamados riesgos naturales, a una situación de auténtica emergencia planetaria, que tiene su origen en nuestra propia actividad y que reclama una profunda revolución tecno científica, política, educativa y sobre todo social para hacer posible un futuro sostenible o sustentable.

El desarrollo sustentable exige un sistema social con una estrategia clara que integre un marco de convivencia democrático cuya esencia sea la participación, la distribución equitativa del ingreso, igualdad de oportunidades y el mejoramiento de la calidad de vida dentro de una estructura jurídica que garantice la protección del hábitat en que radica ese grupo humano.

Objetivo General

En el presente trabajo se pretende crear una conciencia psicosocial que permita no solo conocer el término de Desarrollo sustentable, si no que se puedan adoptar las medidas que nos permitan hacer frente a la actual situación de emergencia planetaria.

El propósito es lograr la atención e implicación de la sociedad dando a conocer las medidas correctivas y concientizando que está en nuestras manos el ponerlas en práctica.

Socialmente hablando se enfatiza en dar a conocer los problemas para informar y “sensibilizar” pero esto creo un sentimiento de pesimismo y favorece la inacción.

Por ello, que insistimos, desde el primer momento, en que estamos a tiempo de actuar, pero que es urgente comenzar ya. Ésa es la posición que exponemos como nuestro principal objetivo.

Objetivos Específicos

- Explicar claramente los términos de desarrollo sustentable y sostenible.

- Crear conciencia de que existe una verdadera emergencia planetaria y dar a conocer las medidas que como sociedad podemos poner en práctica para poner fin a esta situación.

- Identificar cuál es el principal enemigo o factor de riesgo del Desarrollo Sostenible.

- Entender cuál es la posición que ocupa el Psicólogo social y organizacional en la aplicación de medidas para alcanzar un Desarrollo Sostenible.

UN PLANETA EN RIESGO

Hablar de la Tierra como “un planeta en riesgo” encierra una novedad que tiene poco tiempo de estudiarse y tiene que ver con constantes desastres naturales que han estado afectando a la humanidad en los últimos años.

Pero a lo largo de la historia de los seres humanos es difícil encontrar una época durante la cual ningún pueblo haya sufrido las consecuencias de algún “desastre natural”, ya sea los efectos de un Movimiento sísmico, un huracán, una inundación, mas aún, es incluso difícil encontrar algún periodo histórico donde algunos pueblos no hayan sufrido las consecuencias de desastres menos naturales, como invasiones, guerras, esclavitud, o incluso el colapso y desaparición de civilizaciones aisladas, debido a la destrucción del propio hábitat por sobreexplotación.

El riesgo de desastres, de uno u otro tipo, parece, pues, algo a lo que la humanidad ha debido enfrentarse siempre. Pero la expresión “planeta en riesgo” tiene poco que ver con estos riesgos de consecuencias locales y temporales.

Hablar hoy de planeta en riesgo es hablar de una situación de auténtica emergencia planetaria, en el sentido de que los riesgos no están acotados localmente, sino que se extienden a todo el planeta, afectando a todos los ecosistemas y amenazando, si no se adoptan urgentemente las medidas que se precisan, con una nueva gran extinción de la que la humanidad sería principal causante y, en última instancia, víctima.

Resumiremos brevemente en qué consiste esta situación de emergencia planetaria.

Abordaremos seguidamente qué podemos y debemos hacer para hacerle frente. Porque el colapso de nuestra especie puede ser evitado: como señala Diamond (2006), hoy disponemos del conocimiento que permite comprender los riesgos y adoptar las medidas necesarias. Y esto es algo que los educadores deben conocer y dar a conocer en las aulas para contribuir a formar una ciudadanía consciente de los riesgos a que nos enfrentamos y preparada para participar en la toma fundamentada de decisiones. Ése es el objetivo de la década de la educación por un futuro sostenible. Un objetivo que la nueva Ley Orgánica de Educación ha asumido, incorporando a los currículos la problemática de la Sostenibilidad (ver BOE del 5 de enero de 2007).

1. Una situación de emergencia planetaria

La expresión emergencia planetaria, acuñada por el biólogo Richard Bybee (1991), pretende global y estrechamente relacionados a los que la humanidad ha de hacer hoy frente y que podemos resumir así:

• Una contaminación pluriforme y sin fronteras que envenena suelos, ríos y mares, hace irrespirable el aire y está provocando un acelerado cambio climático que amenaza con hacer inhabitable nuestro planeta.

• El agotamiento y destrucción (debida, en buena medida, a la contaminación) de todo tipo de recursos, desde los energéticos a los bancos de pesca, los bosques, las reservas de agua dulce y el mismo suelo cultivable, dando lugar a una creciente desertización y pérdida de diversidad biológica.

• Una urbanización acelerada y desordenada que potencia los efectos de la contaminación (generada por el transporte, aires acondicionados, etc.) y el agotamiento de recursos (con la destrucción de terrenos agrícolas, el aumento de los tiempos de desplazamiento y consecuente consumo de recursos energéticos).

• La degradación generalizada de los ecosistemas (bosques, praderas, glaciares y casquetes polares, humedales, arrecifes de coral), debido a la contaminación e incremento del efecto invernadero, la explotación intensiva, los incendios, la urbanización incontrolada. Una degradación que va acompañada del aumento de la frecuencia e intensidad de los fenómenos extremos (sequías, huracanes, inundaciones, avalanchas de barro), de pérdida de biodiversidad y creciente desertización y que afecta particularmente a los millones de seres humanos que son víctima de una pobreza extrema.

• Desequilibrios insostenibles entre una quinta parte de la humanidad que consume sin control y miles de millones de personas que sufren hambre y condiciones de vida insoportables, mientras sigue creciendo la población mundial, más allá de la capacidad de carga del planeta, ante la falta de políticas educativas adecuadas para hacer posible una maternidad y paternidad responsables.

• Conflictos de todo tipo, desde guerras devastadoras -a menudo asociadas al afán de controlar materias primas- a actividades de las mafias y empresas transnacionales (que imponen sus intereses particulares escapando a todo control democrático), terrorismos, “limpiezas étnicas” y destrucción de la diversidad cultural (un patrimonio de la humanidad constantemente amenazado)

Esta situación de emergencia planetaria – es el resultado de comportamientos individuales y colectivos orientados a la búsqueda de beneficios particulares y a corto plazo, sin atender a sus consecuencias para los demás o para las futuras generaciones. Una actitud criticable por razones éticas y por constituir la expresión de un egoísmo poco inteligente, que no toma en consideración las consecuencias, para nosotros mismos, de las acciones guiadas por intereses particulares inmediatos.

El Teólogo Brasileño Leonardo Boff indica metafóricamente “esta vez no habrá un Arca de Noé para unos pocos, esta vez o nos salvamos todos o nos perdemos todos”

Ése es, precisamente, el sentido de la expresión “un planeta en riesgo”.

Y el corolario es obvio: la búsqueda de soluciones nos incumbe a todos y su estudio ha de convertirse en objetivo básico de los profesionales de todos los niveles y áreas.

Muchos expertos y movimientos ciudadanos basados en los conocimientos señalan medidas para hacer frente a la situación de emergencia planetaria entre ellas:

1. La construcción de un futuro sostenible

El estudio de las medidas a adoptar para hacer frente a la actual situación de emergencia planetaria exige, obviamente, un cuidadoso análisis de los problemas, pero si el propósito es lograr la atención e implicación de la ciudadanía, es preciso dejar claro, desde el principio, que es posible todavía poner freno al proceso de degradación, si se conocen las medidas correctoras y que está en nuestras manos contribuir a su puesta en práctica.

Insistimos en ello porque uno de los mayores obstáculos para que los ciudadanos se sientan concernidos por la situación es la mayor incidencia que suele hacerse en la enumeración de los problemas para informarles y “sensibilizarles”.

La investigación ha mostrado que estudiar exclusivamente los problemas provoca pesimismo y favorece la inacción. Por ello hay que insistir, desde el primer momento, en que estamos a tiempo de actuar, pero que es urgente comenzar ya. Ésa es la posición de los expertos que han advertido de los mayores peligros. Así, por ejemplo, el IV Informe de Evaluación del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de Naciones Unidas (Bangkok, mayo de 2007) está dedicado a las medidas de mitigación del problema y afirma que “Ya

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