La Tolerancia Y La Convivencia
139165054 de Febrero de 2014
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CONVIVENCIA Y TOLERANCIA
El aprovechamiento escolar exige que, no solamente nuestros alumnos, sino toda la comunidad escolar practiquen decididamente la tolerancia, para poder llegar a convivir en paz. Ambos términos son, por tanto complementarios. Somos tolerantes y de esa forma favorecemos la convivencia.
TOLERANCIA
Ser tolerantes es ser respetuosos con las personas que tienen opiniones o costumbres distintas a las nuestras, o incluso a las que habitualmente o mayoritariamente se dan en un entorno social determinado. El límite no está en la diferencia, sino en las normas que obligan a todos y que garantizan la pervivencia del proyecto que se aborda, y en el sentido común, cuando no afecte a ninguna norma, entendiendo el sentido común como lo educado, respetuoso, meditado y lo contrario a lo precipitado o excesivamente apasionado, arbitrario.
Una broma deja, por ejemplo de ser broma si ofende. Para practicarla deberíamos cerciorarnos de que no pasará esto. Ante la duda, es preferible evitarlo. Tendemos al egoísmo, en cierto sentido lógico. Yo, primero. Tolerar será por tanto aceptar el yo del otro, que también entrará dentro de la lógica. Mi yo, tu “yo” en forma equilibrada. Es la intolerancia un problema bastante extendido entre los escolares, y en cierto sentido porque imitan a la sociedad en la que están insertos. Una escuela tolerante, una familia tolerante, un entorno tolerante creará niños tolerantes.
CONVIVENCIA
Deriva de “vivir con”. Un colegio es una reproducción a pequeña escala del entorno social: familia, pueblo. Existen responsables, normas, tareas comunes e individuales, conflictos, y todo lo que existe en el entorno. Convivir nunca ha sido fácil porque supone pensar en que no estamos solos y tenemos que contar con otras personas y otros factores. Convivir supone moverte dentro de las normas y también cediendo constantemente, para imponer los propios criterios. Quizás “vivir y dejar vivir” pueda ser la clave de la convivencia y, como siempre, cuanto antes en el tiempo, los hábitos son más perdurables y asumibles. A veces es tarde cuando se intenta enseñar tolerancia y convivencia.
LA CONVIVENCIA COMO FACTOR DE CALIDAD.
Como se ha indicado, la calidad es una meta y un desafío, un proceso y no un suceso, algo que se va construyendo día a día mediante análisis reflexivo y propuestas innovadoras y que, como hemos indicado, afecta a numerosos factores, entre ellos, por qué no, al del adecuado o inadecuado clima de convivencia que se vive en los centros y en las aulas. El logro de un clima positivo, de un ambiente escolar respetuoso y tolerante resulta un objetivo clave a conseguir en la mejora de la calidad.
¿Cuál sería pues el rol del profesor y cómo puede éste contribuir a la mejora de la convivencia? La tarea del profesor, como de todos es sabido, no es una situación definida, más bien diríamos que tiene un nivel alto de indefinición, dado que ésta se realiza en un marco social y a través de relaciones fundamentalmente interpersonales, y es el profesor quien la tiene que definir en cada momento, en cada grupo de aprendizaje y esto repetidas veces al día.
Además, las situaciones que consideraba convencionales anteriormente y para las que tenía un repertorio de respuestas posibles ya no lo son ahora, las estrategias que le dieron resultado el curso anterior ya no le son eficaces éste. Estas situaciones nuevas, desconcertantes, complejas, pueden ser enriquecedoras y vivirse como un nuevo reto por parte del profesorado, pero no siempre es así.
Si a esto añadimos el convencimiento de que además de enseñar las materias curriculares hay que formar a las personas en el sentido de lo expresado por la profesora Cortina de “alfabetización ética” y de la necesidad de replantearse la construcción de la persona
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