La Voluntad Del Sentido

LA VOLUNTAD DE SENTIDO

Aparentemente, el vacío existencial se entiende cada vez más. La investigación en 500 aprendices aumentó, en los últimos 2 ó 3 años, de un 30 hasta 40% a un 70 hasta 80% (Alois Habinger).

Abundan los casos en los que los pacientes sufren de una falta de <<contenido de vida>>.

Como observa con exactitud Osvald Vymental, director de la Clínica Psiquiátrica Universitaria de Olmϋtz, este vacío existencial <<traspasa, sin permiso, los límites del orden social, tanto capitalista como social>>.

Cada vez que me preguntan cómo me explico que se pueda llegar a ese estado de vacío existencial, suelo señalar el siguiente hecho: contrariamente al animal, los instintos ya no le indican al hombre lo que tiene que hacer, y las tradiciones no le dicen lo que debe hacer y, a menudo, éste ni siquiera parece ya saber lo que quiere. Tanto más se inclina entonces, ya sea querer lo que hacen los demás, o bien a hacer sólo aquello que los demás quieren, se trata de conformismo y totalitarismo.

Junto con el conformismo y el totalitarismo, hace su aparición como tercera consecuencia del vacío consecuencial. El reduccionismo es el nihilismo de hoy. <<Nada más que>>.

El hombre apunta por encima de sí mismo hacia algo que no es él mismo, hacia algo o alguien, hacia un sentido cuya plenitud hay que lograr o hacia un semejante con quien uno se encuentra.

Estoy de acuerdo con Frankl en que las personas que buscan la autorrealización directamente, separada de una misión en la vida, de hecho no lo logran.

El hecho fundamental de que el hombre apunte mas allá de sí mismo hacia un sentido que debe descubrir y cuya plenitud debe lograr, << voluntad de sentido>>.

Para Frankl la voluntad de sentido implica, una clase especial de percepción: el hombre no sólo trata de encontrar una interpretación que lo revelará como un individuo con un propósito que cumplir para completar su Gestalt total, él brega por encontrar una justificación para su existencia.

La voluntad de poder y la <<búsqueda de placer>>, aparecen propiamente cuando se frustra la voluntad de sentido.

La búsqueda de placer como fin no se opone solamente a la autotrascendencia sino que obstruye el camino a la propia consecución del placer. Cuanto más busca el hombre el placer tanto más le diluye. Cuanto más persigue la felicidad, la echa de su lado. El hombre, lo que quiere, en realidad, es encontrar una razón para ello. Cuando encuentra esa razón, el sentimiento de felicidad se presenta por sí solo. El sentimiento de dicha debe ser una consecuencia y no se puede lograr a voluntad.

Se llega a una etapa de madurez sólo cuando la relación no significa un medio para un fin, es decir, cuando la otra ya no se considera como objeto sino como sujeto. En la etapa de la madurez, la relación se ha llevado al nivel humano: es un encuentro en cuyo marco cada uno de los miembros de la pareja es comprendido en toda su humanidad por el otro. Pero se lo vivencia no sólo en toda su humanidad, sino también en su individualidad y unicidad. Entonces el encuentro se convierte en relación de amor.

El que no llega a la etapa madura de sexualidad humana.

La vida puede permanecer plena de sentido aunque las tradiciones del mundo desaparecieran.

En la vida, no se trata de dar sentido, sino de encontrar sentido.

En la búsqueda de sentido el hombre es guiado por su conciencia. La conciencia es un órgano del sentido. Se podría definir como la capacidad de percibir totalidades llenas de sentido en situaciones concretas de la vida.

En nuestra época, la educación debería ocuparse no solamente de transmitir conocimientos, sino también de refinar la conciencia paraqué el hombre sea capaz de escuchar en cada situación la exigencia que contiene.

Una conciencia alerta lo hace capaz de <<resistir>> de manera que no se entregue fácilmente al conformismo ni se doblegue tampoco al totalitarismo.

Nos inundan toda clase de estimulaciones y no solamente en lo sexual. Si el hombre quiere salir airoso en medio de de estos estímulos que lo inundan a través de los medios de comunicación social, debe saber qué es importante y qué no lo es; en una palabra, lo que tiene sentido y lo que no lo tiene.

El sentido no se puede dar sino que se debe encontrar: dar el sentido equivaldría a moralizar.

No podemos enseñar valores, debemos vivir valores. No podemos dar un sentido a la vida de los demás, más bien, el ejemplo de lo que somos.

Cuanto más vivo es el sentido de responsabilidad de un hombre, tanto más fuertemente está inmunizado contra el vacío existencial.

La voluntad de sentido, lo encuentra por tres caminos. Encuentra un sentido de hacer y producir algo, encuentra un sentido en vivenciar algo y amar a alguien.

Existen tres categorías de valores que son:<<valores creativos>>, <<valores vivenciales>> y <<valores de actitud>>, los valores de actitud son más elevados que los creativos y los vivenciales.

La actitud con que enfrentamos el dolor, nos permite <<transformar el sufrimiento en logro>>.

Ser hombre significa estar preparado y orientado hacia algo que no es él mismo. En cuanto una vida humana ya no trasciende más allá de sí mismo, no tiene sentido permanecer con vida; más aún, sería imposible.

Aquellos prisioneros que lograban sobrevivir eran los que estaban orientados hacia un futuro, hacia una meta en el porvenir, hacia un sentido que pudiera cumplirse en el futuro.

TIEMPO Y RESPONSABILIDAD

La logoterapia trata con armas espirituales sobre la lucha espiritual que ocurre dentro del paciente.

La logoterapia conduce a un cambio positivo, debe acentuar al máximo la importancia de la responsabilidad humana respecto de su libertad.

Esta libertad, posee un doble aspecto: positivo y negativo. Desde el punto de vista negativo se halla <<libre de…>>; en el sentido positivo es <<libre para…>>.

El asumir nuestra responsabilidad es el sentido de nuestra existencia humana.

LA TRANSITORIEDAD DE LA EXISTENCIA

La transitoriedad de toda existencia podremos

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