La calidad de vidad

Hay características aproximadas que determinan el inicio de la tercera edad, entre ellas existen unas de carácter físico como son las enfermedades ( artritirs, perdida de reflejos, atrofia muscular, cansancio, alzeimer etc.), otras de carácter social ( pérdida de roles, improductividad, rechazo, anonimato,) y otras de carácter psicológico ( aislamiento, baja autoestima, agresividad, pérdida de amigos o compañero, depresión etc), que van marcando el proceso cuya calidad está relacionada con la forma como el anciano desarrolla sus diferentes roles impuestos por la sociedad y la manera como se satisfacen las necesidades a través del ciclo vital que se fundamenta concretamente en el bienestar social y vinculada directamente con la felicidad.

En Colombia la calidad de vidad se confunde con nivel de vida lo cual se traduce a la forma como vive la gente y la satisfacción de las necesidades básicas medidos en términos como la vivienda, servicios públicos y demás bienes adquiridos, más no relacionan la calidad de vida con características como disfrute de afectividad, respeto por los mayores, felicidad, autorrealización, salud, seguridad social, espacios de esparcimiento etc. lo que nos suscita la necesidad de reevaluar los conceptos y a considerar el apoyo social y los factores culturales como la pérdida de derechos de los ancianos que lo marginan de la sociedad creando estereotipos confundiendo la ancianidad con una enfermedad y como una persona incapaz de producir, limitandolo a asumir tareas o ejercer funciones, sintiendo la necesidad implísita de culminar sus ultimos años en ancianatos que por sus condiciones negativas, no permiten que el anciano tenga calidad de vida y por ende su bienestar.

Es importante estimular y sensibilizar a la sociedad en general respecto a la importancia del adulto mayor, diseñar programas participativos, constitutivos no solo en ayuda material que encierran aportes en salud, recreación, alimentación etc. sino también generar una actitud de respeto, agradecimiento, reconociendo el valor de los ancianos como seres humanos importantes que han enriquecido la sociedad, aportando su conocimiento, sabiduria, experiencia profesional y personal transmitida a las generaciones siguientes.

Actualmente existen políticas públicas como el Fondo de solidaridad pensional, que otorga auxilios para ayudar al pago de cotización a grupos de la población que por sus características y condiciones socioeconómicas no tienen acceso a la seguridad social.

Pero estas políticas no son los suficientemente fuertes para que garanticen medianamente la protección del adulto mayor pues menos de uno de cada 4 adultos mayores reciben una pensión, lo que significa que el resto se encuentra en condición de indigencia o vive con sus familias.

Para el adulto mayor es necesaria un mayor compromiso de la sociedad , el sector privado y las políticas gubernamentales en general

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