La cultura y la crianza.

La crianza de los hijos y la cultura

Introducción

La crianza en los niños  promueve y brinda apoyo en las distintas áreas del desarrollo de los niños. Favorece la actividad física, la actividad emocional, el desarrollo social y el desarrollo intelectual de los niños desde su infancia. El comportamiento y la personalidad de los niños están vinculado a tres influencias principales entre las cuales se encuentran los genes, experiencia personal y la cultura. Siendo la cultura de las partes más fundamentales de la crianza. La cultura implica creencias,  y patrones de conducta de una sociedad. Desde el nacimiento el ser humano está expuesto a la cultura y a sus diferentes prácticas. La cultura y la crianza están completamente entrelazadas, afectarán como el niño ve el mundo. A través de la comprensión de la cultura y como esta influye  sobre un niño y se puede comprender de una manera más clara su personalidad.

La cultura suele verse como algo poco determinado que proviene de afuera o que no tiene una manifestación en la realidad, o como procesos fijos que catalogan a la población en un grupo cultural determinado. La cultura, debe ser entendida como el conjunto de creencias, valores o percepciones, que son aprendidas e internalizadas desde el nacimiento, que luego se adoptan y se expresan en diversas formas como hábitos, costumbres o actitudes. La cultura influye nuestras acciones o interpretaciones que realizamos de las situaciones que vivimos y reflejan nuestros valores.

¿Cuáles son algunas influencias culturales o subculturales que podrían afectar las prácticas de crianza infantil de los padres?

Los niños se relacionan diariamente con su cultura y con quienes los rodean, aprendiendo y adoptando patrones de conducta que formaran su personalidad. Los valores y las creencias que le enseñen en su hogar tendrán gran efecto en ellos. Igualmente cuando los niños se relacionan con amigos ya sea en la escuela, en la comunidad, practicando deportes o en cualquier actividad que realicen también aprenderán y adoptaran costumbres de los demás. En algunas ocasiones las creencias, costumbres y  los valores inculcados en el hogar  van de acuerdo con la mayoría de la sociedad, sin embargo no siempre es así. Muchos padres viven en países que no son sus países de origen y tienen diferentes maneras de pensar en cuanto a la crianza que le quieren dar a sus hijos. Estos tienen que luchar con estas diferencias, ya que  los pensamientos que están presente en el hogar no son los mismos del ambiente que rodea sus hijos.  

Cada país adopta sus prácticas de crianza y por supuesto la cultura influye en las mismas. En Europa tienen una forma más calmada  de pensar a cerca del alcohol y el sexo y no le dan tanta importancia a la religión. Esto podría causar un caos en la vida de muchos padres que quieren criar sus hijos de forma conservadora. Por su parte los padres de Asia y el Medio Oriente estimulan los valores tradicionales de la moralidad y la virtud. En Estados Unidos tienen puntos de vista sobre la crianza que van desde muy conservadores hasta permisivos. Aquí también entra la disciplina. Distintos conceptos culturales influyen en la forma de pensar de los padres respecto a ciertas acciones y conductas de los hijos.

La religión es también otro factor que se ve impactada por la cultura. A través de ella los padres van inculcando en sus hijos las creencias espirituales, los valores y el Dios a quien sus hijos deben seguir. Sería muy común que si naciéramos en un país con otras creencias espirituales distintas a las que hoy tenemos quizás estaríamos creyendo en algo diferente. La religión que mayormente predomina en las crianzas del país de México es católica sin embargo en Turquía es el Islam. Es esto un ejemplo de la diversidad de culturas que tenemos en el mundo y a las que estamos expuestas.

 Pamela Druckerman, autora de "Raising Bebe: One American Mother Discovers the Wisdom of French Parenting", dice que los padres franceses estimulan más independencia en sus hijos que los padres estadounidenses. Los niños franceses, por ejemplo, asisten a campamentos de verano desde los seis años. La mayoría de los padres estadounidenses dudan en enviar a sus hijos pequeños lejos con extraños. Estos padres que se suscriben a la teoría de apego del desarrollo infantil pueden dormir con sus bebés y sus hijos y llevar a sus hijos cargando. Muchos padres europeos considerarían estos hábitos extraños o limitantes. (Christensen, J. 2013). Esta enseñanza de independencia varía a través de la cultura hasta tal punto de que un afroamericano de 16 años de edad pueda vivir por el mismo mientras que una mujer china de 30 años siga viviendo con sus padres. Esto también se presenta mucho en las sociedades latinas las cuales es normal que los hijos sean completamente dependiente de los padres hasta que no terminen sus estudios universitarios e inclusive aun cuando los terminen y esto debido al grado de dependencia que crea este tipo de culturas.

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