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La encrucijada del cuerpo


Enviado por   •  21 de Noviembre de 2019  •  Ensayos  •  2.787 Palabras (12 Páginas)  •  99 Visitas

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LAS ENCRUCIJADAS DEL CUERPO A TRAVES DE LA HISTORIA

Ma. Soledad Pérez

 

Este trabajo tiene como objetivo iniciar una reflexión sobre el concepto de cuerpo a través de la historia, considerando las influencias religiosas y en especial la perspectiva social, incluyendo algunas nociones de género.

 

Me parece relevante aproximarnos al movimiento y construcción del cuerpo a través de la historia considerando sus representaciones sociales, ya que las concepciones actuales del cuerpo llevan arraigadas nociones que se han ido desarrollado a través del tiempo, permeando los pensamientos y acciones de todas/os.

 

Según Giddens, en la modernidad ya no existen patrones definidos, más bien hay una reinterpretación de los sentidos de lo sexual, ya no hay una coherencia y homogeneidad, por lo tanto, el sentido se va construyendo cotidianamente; es así como el cuerpo también esta en transformación.

 

 Cuando pienso en cuerpo, me aparecen ideas, imágenes y sensaciones que me remiten directamente a mi experiencia e historia, las cuales estan íntimamente relacionadas con procesos, cambios sociales e histórico-políticos, que en el caso del cuerpo generalmente han sido polémicos y de difícil consenso.

 

El concepto de cuerpo según Turner, ha estado ausente a través de la historia de la teoría social, a diferencia de la antropología y psicología.  La sociología ha carecido de una teoría social de la corporalidad, es decir, no ha hecho investigación de los rasgos sociales de los cuerpos.  Sin embargo una evaluación cuidadosa del pensamiento clásico muestra que la idea de corporificación social ha estado presente y ha sido fundamental en las evaluaciones radicales y críticas de la sociedad.

 

La psicología, como la antropología y la filosofía han estudiado el cuerpo dentro de los procesos de construcción identitaria y cultural como parte importante de las organizaciones sociales.

 

En la actualidad existe un interés moderno desde la teoría social en el tema del cuerpo, la corporalidad y la sociedad.  Se han recogido los planteamientos de Foucault de la biopolítica como cuestión principal de la política de estado, de las luchas populares y a nuestro parecer también del tema de la política de las religiones sobre los cuerpos (1).

 

 

Este interés en el cuerpo se debe a varios factores, entre los cuales se encuentra la irrupción del feminismo que ha orientado el pensamiento social hacia el problema del cuerpo, de los cuerpos diferentes y de la sexualidad, otro factor  se centra en el mercado de consumo que toma al cuerpo como su objetivo. Agregaría algunos elementos que según Puleo están influyendo en una crisis de la sexualidad y por lo tanto en su interés actual, como las transformaciones sociales de la familia, el surgimiento de grandes urbes capitalistas y la emergencia de minorías sexuales. Todo anterior haría que la sexualidad este presente en los medios de comunicación y en las preocupaciones de las personas en la actualidad.

 

Al hablar de cuerpo y sexualidad  Weeks plantea que es necesario remitirse a su procedencia histórica y cultural, en este caso al contexto occidental donde las imágenes del cuerpo han cobrado una significación relevante, desde la búsqueda de la perfección corporal hasta imágenes tan polares como la aparición del SIDA y sus cuerpos demacrados. Este último hito ha llevado a una creciente confusión y ansiedad ante los cuerpos y sus actividades sexuales.

 

“Los cuerpos están revestidos por nuestras historias individuales y colectivas (2) y no tienen significaciones intrínsecas. En este marco la sexualidad ha estado cargada a través del tiempo de una concepción de peligrosidad, y ha sido vista como un problema.  Algunos teóricos como Reich y Marcuse la consideran como una fuerza benéfica, sin embargo, coinciden en el reconocimiento de su represión por la civilización.  Weeks plantea una construcción social de la sexualidad, que comprendería “las maneras múltiples e intrincadas en que nuestras emociones, deseos y relaciones son configurados por la sociedad en que vivimos”.(3)

 

En esta construcción de la sexualidad, la noción de cuerpo se convierte en un nexo entre la cultura y la propia existencia. Sus representaciones son parte de los discursos respecto del cuerpo, los que van configurando nuestra subjetividad e identidad. El cuerpo asume y reinterpreta las normas de género recibidas, por lo tanto actúa como un locus cultural de significados de género, donde ya no esta claro qué aspectos de este cuerpo son naturales o culturales. Así, “el cuerpo no es un fenómeno estático ni autoidéntico, sino un modo de intencionalidad, una fuerza direccional y un modo de deseo”. (4)

 

A través de la historia, las representaciones que tenemos del cuerpo han estado influídas por concepciones dualistas, desde Aristóteles quien veía al cuerpo como una limitación impuesta al alma, para más tarde distinguirse el cuerpo del hombre/mujer, remitiéndose al plano de la anatomía, considerando sólo a la carne como el material que la conforma.  Se consideró al cuerpo humano como una máquina, se separó al organismo del hombre y se estudiaron todos sus engranajes internos apoyándose en concepciones de la medicina moderna5.  

 

Turner agrega que desde los orígenes de la civilización, han existido modelos dicotómicos de necesidad versus orden, los cuales han concebido la estabilidad de la sociedad como un orden basado en el consenso normativo en contra del “destructor capricho del deseo individual” (6).  De esta manera el desarrollo de la sociedad se encontraría basado en una negación de las energías libidinosas, fundadas en una contención del cuerpo y en la subordinación de la emoción irracional.

 

En la historia de la sexualidad, se puede señalar que ha existido un control de estos temas: “el sexo esta reprimido, es decir, destinado a la prohibición, a la inexistencia y al mutismo, el sólo hecho de hablar de él y de hablar de su represión, posee como un aire de transgresión deliberada. Quien usa ese lenguaje hasta cierto punto se coloca fuera de la ley; anticipa, aunque sea un poco, la libertad futura” (7). La sexualidad, la corporalidad y el sexo es controlado por medio del control de los cuerpos: “El sexo no es cosa que sólo se juzgue, es cosa que se administra. La policía del sexo: la necesidad de reglamentar el sexo mediante discursos útiles y públicos” (8).  

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