La importancia de la Teoría de la Disociación Estructural en el diagnóstico, estudio y tratamiento de los trastornos derivados del trauma complejo.

La importancia de la Teoría de la Disociación Estructural en el diagnóstico, estudio y tratamiento de los trastornos derivados del trauma complejo.

La teoría de la disociación estructural de Van der Hart es un modelo teórico que busca explicar de una manera concreta todos los grados de fragmentación de la conciencia en los pacientes de trauma complejo, esclarecer las múltiples dudas y confusiones alrededor de la disociación y su sintomatología y dar sentido a la tendencia de los individuos traumatizados a alternarse entre los estados de; experimentar los recuerdos traumáticos con abrumadora exactitud, y la total insensibilización y evitación de las memorias.

Este razonamiento contribuiría con el estudio del TEPT-C, el TLP por trauma, el OTDE, el TID, entre otros. Dada su ya establecida importancia, en este escrito busco otorgar al lector una guía básica acerca de esta teoría y reafirmar su condición indispensable para el diagnóstico, comprensión y tratamiento de los distintos trastornos derivados del trauma complejo.

      Desarrollo

Esta teoría parte de la idea de que nadie nace con una personalidad integrada, si no que, los niños más pequeños operan en diferentes “Estados del Yo” que cubren distintas necesidades (comer, explorar, apegarse al cuidador, etc.). Estos se van integrando con el tiempo y forman una personalidad congruente en un proceso que termina alrededor de los 7-9 años.

La disociación, a lo largo de sus 150 años de estudio, empieza con la idea de que los componentes de la conciencia pueden dividirse entre sí bajo condiciones de estrés extremo. Los autores proponen que la disociación patológica refiere a la existencia de al menos dos sistemas de estados psicobiológicos auto-organizados, que son parte de la personalidad, cada uno con su propio sentido del “Yo”.

Sistemas de Acción: las “PAN” y las “PE”.

Estas partes biopsicosociales se denominan “Sistemas de acción” y se dividen en dos tipos: Orientados a la supervivencia (Comer, descansar, estudiar, etc.); y orientados a la defensa frente a una amenaza (Lucha, huida, sumisión, congelamiento, etc.)

El trauma que detona la disociación produce una escisión entre ambos. Las partes disociadas orientadas a la supervivencia se mantienen alejadas del trauma, porque de otra forma no podrían consolidarse como un individuo funcional; mientras que las partes disociadas de defensa continúan atrapadas reviviendo el trauma y defendiéndose de él. Estas partes son las “PAN” o Parte aparentemente normal y las “PE” o parte emocional, respectivamente.

 La alternancia y coexistencia entre la reexperimentación y la evitación del trauma es el mecanismo principal de defensa de todos los trastornos Post-Traumáticos simples y complejos.

        Distintos grados de Disociación.

 La disociación estructural se divide en distintos grados que se derivan de la gravedad y la prolongación del trauma. Estos son:

        Disociación estructural primaria: En este grado se ubican trastornos como el    TEPT y los trastornos disociativos simples. La PE mantiene los recuerdos y emociones reactivos relacionados al evento alejados de la PAN. La PE, cuando gana completo control de la consciencia, pierde la noción del presente y vive atorado en el evento traumático, sintiendo como si le estuviera pasando en ese momento. Mientras que la PAN vive evitando estas intrusiones.

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