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La nueva Intervención arte-terapéutica en mujeres víctimas del conflicto armado en Colombia

SARACD1997Tesis21 de Agosto de 2017

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Intervención a través de la técnica de la Arte-terapia en mujeres víctimas del conflicto armado en Colombia.

          Sara Clavijo Díaz.


Universidad de San Buenaventura.

Facultad de psicología.

Medellín, Colombia

2017

«[…] la división de la forma monstruosa […]

debe tener como resultado, en el plano cosmogónico,

la creación de la pluralidad del mundo.»

(Yevzlin, 1999: 140)

INTRODUCCIÓN.

El presente trabajo es una búsqueda, un intento de entretejer la arte-terapia como una herramienta excelente de intervención en las mujeres víctimas del conflicto armado en Colombia, y, por ende, es también una mirada a la historia de este país, un intento de ver a las víctimas femeninas de ese conflicto armado a través de la re-significación utilizando para ello la técnica de la arte-terapia, pero, ¿por qué elegir estos temas y relacionarlos? Creo que, a lo largo de la historia patriarcal, la mujer ha sido invisibilizada, ha sido tratada como un objeto de trueque e intercambio económico, como un simple útero funcional para la reproducción y el mantenimiento del linaje, un ser sin voz ni voto que debe callar, sonreír y verse bella, y claro, en Colombia se ha convertido en un lienzo en el que escribir insultos sobre el bando enemigo, un pedazo de carne que, si se posee o se conquista, lleva a la derrota inmediata del contrincante, un punto débil que debe abusarse, herirse y destruirse para hacerle daño al enemigo, una persona débil y sumisa, una persona que puede violarse, torturarse, dejarse de espectadora y sobreviviente ante la matanza de sus seres queridos, una persona que puede secuestrarse y utilizarse para extorsionar y manipular, un vientre que puede cargar la semilla del equipo enemigo, y sentir que crece dentro de ella el rival de su esposo, mientras que éste decide entre su dignidad y el amor por su mujer, porque la vida de las mujeres en un país como Colombia, sigue siendo, en muchos casos, decidida por los hombres, que como jueces toman la decisión de si son dignas o no de seguir viviendo, de si le son útiles o si ya es tiempo de deshacerse de la carga… Porque repito, a pesar de que en lo legal se han realizado ganancias para la mujer, y en lo social se han visto un poco reflejadas, los esquemas del patriarcado y la guerra siguen dejando cicatrices en la historia y el presente de la mujer colombiana.

Así pues, con todo ese panorama oscuro en el país del café y la biodiversidad, la arte-terapia llega como un rayo de esperanza, como una posibilidad de re-significar la historia a través de elementos diferentes, pues la premisa de la arte-terapia es permitir que, como su nombre lo indica, a través de las técnicas y materiales artísticos, se llegue a fines terapéuticos, dando lugar a que el mundo interior del paciente, con todos sus sentimientos, pensamientos, emociones y demás, puedan materializarse en el mundo exterior a través de trazos, figuras, colores, movimientos y formas, que además, al trabajar ya no con el lóbulo izquierdo, ligado a lo analítico y las explicaciones racionales, sino con el lóbulo derecho, encargado de la capacidad intuitiva, la emocional y la creativa, hay un acceso más directo al inconsciente (Flórez lázaro & Ostrsky-Solís, 2008), pues tal como Freud lo descubriría, éste trabaja, más que con palabras, con imágenes, colores y demás elementos, viéndose la producción de contenidos inconscientes favorecida por         la actividad artística, siendo ésta una vía simbólica y a su vez, un puente de comunicación entre el paciente y el terapeuta (Casanova dos Reis, 2014). Es por esto que la arte-terapia posibilita que los contenidos ocultos, conflictivos o bloqueados puedan ser manifestados y/o dichos, que puedan tener cuerpo y que los pacientes puedan darles un nombre, para así poder conectarlos con la palabra, la cual es el elemento compositivo del nivel consciente, y, por ende, ese es el nivel al que deben llegar esas experiencias para ser re-significadas, comprendidas y aceptadas. Pues la experiencia con el arte, tal y como plantea Marinovic (1994), permite que las personas logren unificar en un todo con sentido, experiencias aisladas que se encontraban desintegradas.

MARCO TEÓRICO:

Pero para poder seguir delimitando sus encuentros y desencuentros, primero debo definir adecuadamente los términos en los cuales enmarcaré el presente trabajo. Así pues, el primero de ellos, es el de conflicto, pues ¿cómo pensar la intervención de las mujeres víctimas del conflicto, sin tener una definición clara de lo que esto es? Para empezar, me parece pertinente entonces exponer algunas de las diferentes concepciones que de conflicto se han planteado y que, a mi parecer, son las más relevantes. Para comenzar, desde su etimología, conflicto viene de la palabra conflictus, que significa chocar, afligir, infligir y que conlleva a una confrontación o un problema, que generalmente implica una lucha, una pelea o un combate, siendo así una situación anímica desafortunada para todas las personas que se encuentran en él. Asimismo, el conflicto surge cuando dos personas o grupos quieren llevar a cabo acciones que son contradictorias o excluyentes entre sí, por lo que representan una amenaza o un obstáculo para el otro. (Fuquen Alvarado, 2003).

Pero, ¿qué es el conflicto armado en Colombia? Definir un conflicto de más de cincuenta años es todo un reto, y más cuando ha de ser algo sintético, por lo que sólo resaltaré sus características más relevantes para el presente ensayo. Así, la guerra en Colombia ha sido una lucha por la tierra, una lucha de clases, una lucha que integra la inserción a nivel global de los actores del narcotráfico. Todo comenzó cuando el 9 de abril de 1948 asesinan a Jorge Eliecer Gaitán, líder comunitario y candidato a la presidencia que era el rostro de los cambios sociales necesarios de la clase baja del país, era la esperanza de los pobres, y por ende, frente a la imposibilidad del cambio, y la visión de que en un país como el colombiano, todo se resuelve con sangre y balas, los campesinos comenzaron a dividirse, yéndose unos a la ciudad a trabajar en las industrias a cambio de un poco de pan, y otros se fueron al monte a armarse y levantar las armas frente a un gobierno injusto, y así, es como nace la guerrilla. (Nieto García & Hoyos Gómez, 2016).

Así, aunque primeramente fue una lucha de partidos, liberales contra conservadores, posteriormente se convirtió en una guerra por los ideales, capitalismo versus comunismo, el estado contra las FARC (fuerzas revolucionarias de Colombia), y así, la guerra se hizo más costosa, y con la caída del muro de Berlín, los financiadores internacionales entraron en crisis, haciéndose necesario el narcotráfico para seguir financiando la guerra. Pero entonces, ¿Qué es lo que hace tan particular el conflicto colombiano? Hay seis puntos que me parecen importantes antes de continuar conceptualizando los otros términos que se manejaran en el presente ensayo. (Villa Gómez, 2011)

El primero, es que la guerra en Colombia ha estado marcada por los conflictos de baja intensidad, no porque las confrontaciones estén ausentes, sino porque son menos intensas que los conflictos directos de otros países. El segundo, es que la táctica guerrillera y contrainsurgente se ha ido empleando de tal manera que cada parte tiende a parecerse a la otra, utilizando tácticas similares tanto la guerrilla y las FARC como las fuerzas armadas militares de Colombia. El tercero es que la distinción del derecho internacional humanitario entre el que es combatiente y el que no es muy clara en la realidad. El cuarto es que el Estado colombiano es un estado central, que no logra consolidar su poder en el ámbito regional, pero que sí ha conseguido generar mecanismos de intervención, transacción y articulación, que permite que haya un flujo entre el poder de facto local y las dinámicas de un Estado democrático formal. (Villa Gómez, 2011)

La quinta es que en Colombia coexisten dos conflictos, el primero es que hay una gran exclusión de grandes sectores de la población y de la marcada polarización económica, ricos – pobres, en un país con tanta riqueza, donde los jóvenes de los barrios marginales, son jóvenes de “no futuro”; el segundo es la inserción de los grupos armados dentro de las dinámicas económicas de producción de la riqueza. Y la sexta y última, es en torno a la población civil, en la que se plantea que la guerra en Colombia no es una guerra horizontal en la que la población civil se involucre de manera activa en la guerra, sino que por el contrario es una guerra vertical en la que la población civil se ve azotada por una violencia que viene de diferentes bandos. (Villa Gómez, 2011).

Así, es posible ver que la guerra en Colombia, ha sido una lucha de intereses y de clases, que tienen como comodines, escudo, amigo y enemigo, según la conveniencia, a la población civil, que se ha visto golpeada por la ambivalencia y que ha presenciado como se roban a sus hombres para la guerra y eligen a sus mujeres para utilizarlas como bombas de tiempo, que tras dejarles semillas de odio y dolor esperan que exploten, y en su auto-destrucción se lleven parte de sus enemigos. Una guerra en la que los pobres son los principales títeres y afectados, los hombres sólo sirven para las balas, y los niños y las mujeres no tienen voz.

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