La práctica deportiva y el deporte competitivo como generador de dependencia emocional

Administración deportiva, espacio académico: Ciencias de la salud aplicadas al deporte

2019

La práctica deportiva y el deporte competitivo como generador de dependencia emocional.

Nicolás Coca Bogotá

Universidad Distrital Francisco José de Caldas

Facultad de medio ambiente y recursos naturales

nicolascocabogota@gmail.com

Abstract. sports psychology is a science that over time has been positioned in the comprehensive teams of sports training, it is understood that a professional in this field of human thinking is able to explore healthy and empower the psychological factors that can take the athlete to the achievement of extraordinary results sustainable over time.

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Palabras clave: Psicología del deporte, Satisfacción de necesidades, Jerarquía de las necesidades, somatización, salud mental, Dependencia emocional.

Introducción

Los antiguos griegos consideraban que el equilibrio entre un cuerpo y una mente sana son de suma importancia, pues la inteligencia, en ése momento considerada como el bien más preciado, estaba ligada con el cuidado y el mantenimiento del cuerpo, por ello, los deportistas eran la figura base de sus esculturas y un deportista gozaba de los galardones sociales de estar más cerca a la imagen de una deidad.

Ahora, en la época actual, es prudente ver de qué manera el deporte se ha convertido en un movimiento y un estilo de vida que a nivel global tiene adeptos en cada parte del mundo, dado que cada vez son más los estudios que exponen los beneficios que mantener un mínimo de actividad física deportiva, en tanto a salud física y mental.

La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades, OMS^[1]  (1946), por lo tanto, un cuerpo sano debe ser integral de manera que la mente y el comportamiento humano juegan un papel vital en cuanto a salud se refiere, pues la misma organización mundial de la salud en su constitución expone: la salud mental se define como un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su comunidad. Y hay que considerar que los deportistas no son sólo aquellas personas que realizan deporte, sino que con una periodicidad de tiempo incluye esa práctica del deporte y el ejercicio en su diario vivir.

Hoy día, la sociedad está bastante concienciada de la importancia de realizar actividad físico-deportiva de una manera continuada, que los efectos positivos del ejercicio van más allá del plano meramente físico (Petruzzello, Landers, Hatfield, Kubitz y Salazar, 1991). Sin embargo es prudente hacer el planteamiento de ¿Hasta qué punto es ganador para la persona mantener un entrenamiento deportivo?

La respuesta puede variar de una manera increíble, pues hay quienes defienden el deporte como una dogma^[2] y es precisamente esa dogma la que convierte la práctica del deporte en un posible causante de inconvenientes a nivel psicológico en los deportistas, pues, es en ese punto en el que se llega a traspasar los límites de lo meramente necesario físicamente con tal de alcanzar reconocimientos de competencia y se convierte en una actividad de carácter ritualista y de cumplimiento obligado.

Existe evidencia de que la dependencia al ejercicio físico puede llegar a constituir una alteración relevante en la vida de la persona, no solo en su plano meramente físico sino también, en el psicológico y social (Hausenblas y Simons, 2002). Esa preocupación por la realización de ejercicio a la vez, causa una sintomatología de abstinencia que va desde alteraciones en el estado de ánimo de la persona hasta desatar esquemas de depresión^[3] e incluso hostilidad. Preocupación que causa malestar clínicamente significativo en diversas áreas de la vida del sujeto y que esta preocupación excesiva, no se explique mejor por otro trastorno o alteración (Arbinaga y Caracuel, 2007).

Una posible explicación al porqué la realización de ejercicio excesivo podía llegar a ocasionar una conducta dependiente (Adams y Kirkby, 1998) podría estar relacionada con los procesos de recompensa psicológica. La práctica de ejercicio se relaciona, no sólo con una mejora del estado físico del organismo, sino que, además, sus beneficios repercuten en numerosas variables psicológicas (Arruza, Arribas, Gil De Montes, Irazusta, Romero y Cecchini, 2008; Hassmén, Koivula y Uutela 2000; Pérez y Devís 2003; Ramirez, Vinnacia y Suárez 2004); como, por ejemplo, se ha comprobado que ayuda a mejorar el estado de ánimo en tanto que disminuye los niveles de depresión o ansiedad (Biddle, 1992). A ello hay que sumarle los beneficios a nivel social puesto que proporciona más oportunidades para relacionarse socialmente; por lo que todo ello, suponen una serie de factores de recompensa que potencien la realización de ejercicio de manera continuada o excesiva (Pierce, Daleng, y McGowan, 1993).

Cabe pensar que, desarrollar dependencia al ejercicio físico supone un factor de riesgo importante para las personas ya que pueden llegar a manifestar alteraciones psicológicas o psicopatológicas, que disminuyan su rendimiento deportivo y se vean perjudicadas en otros ámbitos de su vida (Araya y Campos, 2007). Se crea así, un círculo vicioso que surge de la necesidad imperiosa de hacer ejercicio, la dificultad de alcanzar los límites y la recaída en problemas de tipo social, laboral o psicológico de costoso tratamiento (Antolin, De La dossier Cristina Ortiz García y Félix Arbinaga Ibarzabal Gándara y García, 2009).

Todo ello recuerda en cierto modo, a lo que acontece en el caso de la dependencia a las sustancias ya que, no sólo se han utilizado sus criterios diagnósticos como referencia para la dependencia al ejercicio físico (Adams, Millar y Graus 2003); sino que, además, las consecuencias colaterales derivadas son muy similares. Es por tanto que resulta viable pensar que el desarrollo de una conducta dependiente al ejercicio puede ir ligada a otra sintomatología de corte psicopatológico que puede llegar a traducirse, como ocurre en la adicción a las sustancias, en un caso de psicopatología dual: la existencia, ya sea de forma simultánea o secuencial, a lo largo de la vida de un trastorno adictivo y otro trastorno mental (Szerman y Martinez-Raga, 2015) como por ejemplo trastornos de ansiedad (Sáiz , Jiménez, Díaz, García-Portillo, Marina, Al-Halabi, Szerman, Bobes y Ruiz, 2014), depresión (Salazar, Caballero, Carballoso, y Mendoza, 2014), psicosis (Szerman, 2015) o juego patológico (vander Maas, 2016).

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