La vida sin cubrebocas

La vida en la Ibero sin cubrebocas

Nos tocó vivir en unos tiempos muy diferentes. Somos parte de la generación que se graduó fuera del salón y en una computadora. Que lamentablemente nos perdimos dos de los mejores años de nuestras vidas, según muchos. Todo esto obviamente fue por la pandemia del Covid. Inclusive ambos nos tomamos seis meses porque teníamos la ilusión de que cuando empezáramos la universidad ya no nos tendríamos que enfrentar a la incomodidad de que nos tuviéramos que hacer pruebas muy seguido, el miedo de contagiarse, el poder ir a todas las clases presencial y la ilusión de ya no tener que usar cubrebocas en la universidad. Al entrar a la Ibero todo esto era parte de nuestro día a día. Varios compañeros del salón se contagiaron y hubo un brote mucho más grande causado por la nueva variante llamada Ómicron. Con esta nueva variante parecía que faltaba mucho para que pudiéramos estar sin cubrebocas en la universidad y para que las cosas mejoraran. Sorprendentemente, la enfermedad nos empezó a sonreír por primera vez. Los casos de Covid empezaron a bajar drásticamente y esto significó que empezaría una nueva etapa en nuestras vidas. La vida sin cubrebocas...

Claramente, no podemos estar seguros al 100% de que no vamos a enfrentarnos a otra variante, pero por ahora parece que todo ha mejorado mucho. Hace un par de semanas la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México comentó que el uso de cubrebocas en espacios abiertos ya no era necesario y que se recomendaba seguir usando cubrebocas dentro de establecimientos. Igualmente, afirmó que la toma de temperatura ya no iba a ser obligatoria para los establecimientos iba a dejar de ser

necesario. Todo esto hizo que al final la Ibero empezara a tomar estas medidas o recomendaciones de la Jefa de Gobierno. La mayoría de las clases ya eran totalmente presenciales, entonces uno pensaría que el uso de cubrebocas no afectaría tanto la vida diaria. En nuestro caso creemos que cambió mucho todo desde que dejamos de usar el cubrebocas. Para empezar la cara de una persona transmite lo que esa persona está sintiendo. Al momento de tapar la mitad de la cara con el cubrebocas la interacción entre las personas no es igual. El cubrebocas cambia mucho. Para empezar, al nosotros habernos conocido dentro de la pandemia, no habíamos tenido la oportunidad de ver a todos nuestros compañeros sin cubrebocas. Inclusive nos pasó que vimos a una de nuestras compañeras y ni siquiera la reconocimos sin el cubrebocas.

El cubrebocas también se había vuelto un símbolo. Antes de la pandemia era algo que se quedaba solo dentro de hospitales. Cuando pensábamos en un cubrebocas nos imaginábamos a un Dr. talvez en una operación, a un dentista en una consulta, pero nunca nos imaginamos a alguien un cajero del Oxxo o a un mesero en un restaurante usando cubrebocas todo el tiempo. El cubrebocas se convirtió en el símbolo

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