La élite Del Poder, Charles Wright Mills.
Luna78561 de Octubre de 2012
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La élite del poder, Charles Wright Mills.
Esta obra destaca como escrito sociológico ya que presenta un fiel retrato de la sociedad estadounidense de la época de los 50´s. No obstante han pasado mas de 50 años desde que la investigación se ha realizado e igual número de años desde que fue publicada, los patrones o círculos de poder que acá se describen permanecen en su mayoría vigentes.
La obra está estructurada por capítulos los cuales a su vez hacen referencia a un determinado sector de la sociedad, todos ellos espacios de poder y privilegios. El acceso a estos sectores sociales es solo para sus selectos miembros y aquéllos a quienes estos les permitan entrar; no obstante es necesario tener claro que el acceder momentáneamente no hace a una persona ajena el formar parte de ese grupo. También se presentan aspectos sociológicos estrechamente relacionados con las élites y la repercusión que estas tienen en la sociedad.
1. Los altos círculos.
Los diversos grupos que conforman la sociedad tienen en su estructura una determinada estratificación y los individuos que conforman los niveles superiores. Se distinguen tres grandes bloque a partir de los cuales se desprenden los demás grupos: económico, político y militar. En la cumbre de cada uno de estos tres grupos se han formado círculos denominados élites; de acuerdo a esta distinción, la élite se considera a si misma y es considerada por los demás como el círculo íntimo de las altas clases sociales.
Básicamente se afirma que es un conjunto de circunstancias históricas lo que ha dado lugar al nacimiento de estas minorías de poder y son los individuos que forman parte de esos grupos los que toman las decisiones que son clave para muchas mas personas de lo que se pudiera imaginar.
2. La sociedad local.
La sociedad local es una estructura de poder tanto como una jerarquía de posiciones sociales; hay quienes hace parte de ella por una tradición de familia, y son quienes se sienten mas seguros de su status, mientras que hay otros que mediante afortunados movimientos económicos logran ascender a este estrato. La nueva clase alta está conformada por ejecutivos de grandes compañías que llegan al medio local: los líderes tradicionales harán lo posible por hacer parte de este nuevo grupo. Punto importante a considerar, el que toda pequeña ciudad es una jerarquía local de posiciones sociales con su propia élite local de poder, riqueza y prestigio; por tal razón estas sociedades locales hacen las veces de satélites de los sistemas de posición social, clase y poder que se extienden mas allá de su horizonte local.
3. Los 400 de Nueva York.
Los Estados Unidos son un país que no cuenta con una ciudad que sea ala la vez eje financiero, político y social; esto está repartido entre Nueva York, Washington y Boston. Con este antecedente y desde el siglo XVIII, estas tres ciudades ya se perfilaban como lo que el autor presenta para la época en que fue escrito el libro, incluyendo también ciudades como Filadelfia, Baltimore y San Francisco, donde existen familias donde existen familias antiguas y ricas rodeadas de círculos menos compactos de familias de reciente ascenso económico. Este antiguo núcleo, en Nueva York, asciende a 400 personas, lo que pretendido ser “la sociedad” de los Estados Unidos. Pero no todo es antigüedad y abolengo, ya que la astucia en los negocios también tiene sus recompensas y hay quienes pueden ganar en el nivel social lo que les permita su dinero; son pocas las excepciones en que el dinero no ha garantizado el ingreso a la sociedad norteamericana. Por esta razón la lista de los 400 hubo de ser retirada de la alta sociedad dados los cambios que en ella se iban presentando, no sin negar los esfuerzos de la clase rica tradicional por impedir la entrada de los nuevos ricos a su círculo; es así como nace una nueva lista llamada El Registro Social, la cual agrupa una juiciosa combinación de lo antiguo y lo nuevo en la sociedad neoyorquina, ya fuera por ascendencia o por posición social.
4. Las celebridades.
En la sociedad norteamericana todo aquel que se haga de triunfos considerables muy posiblemente hará parte en el mundo de la fama. Tal es el caso de las celebridades, aquellos individuos que no necesitan identificarse y que son mas las personas que los conocen que aquéllas que ellos mismos conocen; son fácilmente reconocibles y sus acciones tienen valor publicitario, son material de medios de comunicación y entretenimiento.
El nacimiento de este grupo se da en lo que fue llamado sociedades de café, que fueron la alternativa de reunión a los espacios rígidos y conservadores de las familias aristócratas; fue un pasar de la costa este al oeste, ir de Boston a California. En estos espacios se congregan personas de alta sociedad, artistas de distintos géneros y arribistas y trepadores que buscan su minuto de fama. Esta sociedad del café ha devenido en lo que para efectos de este estudio se le llamará Las celebridades; es un grupo que por estar expuesto mediáticamente, parece, con frecuencia, constituir la cima de la sociedad norteamericana. La búsqueda de prestigio se presenta como una constante en este ambiente; una de las funciones mas importantes de este indispensable componente de la alta vida social es que refuerza el poder convirtiéndolo en autoridad y protegiendo contra todo reto social; el prestigio que se pierde por falta de éxito desaparece en un corto tiempo; el que se somete a discusión se pierde mas lentamente: las personas que han conservado durante mucho tiempo su prestigio no han permitido que se le someta a discusión.
5. Los muy ricos.
Existe la idea errónea que las grandes fortunas norteamericanas se hicieron antes de la Primera Guerra Mundial o se disolvieron en la gran depresión de 1929. El mecanismo capitalista del país ha generado riquezas a lo largo de su historia y se pueden ver desde lo simplemente ricos hasta los fabulosamente ricos. Los ladrones potentados, como se les ha llamado a los magnates de la pos-Guerra de Secesión, se abalanzaban sobre la inversión pública, explotaban los recursos nacionales, desencadenaban entre sí guerras económicas, formaban coaliciones, convertían en capital privado la riqueza pública y empleaban todos los procedimientos para conseguir sus fines. Por otra parte la Segunda Guerra Mundial dejó una amplia estela de fortuna y poder en el país: de 1940 a 1944 se dieron a las compañías privadas unos 175 mil millones de dólares por concepto de abastecimiento de materias primas, razón por la cual no es extraño que las pequeñas fortunas se hicieran grandes y se generaran muchas nuevas pequeñas fortunas.
Así, se tiene que estos muy ricos personajes no son gente ociosa ni tampoco ingresaron a esta élite por excedentes en sus sueldos ni por ascensos burocráticos; de una manera u otra se realizaron acciones estratégicas que posibilitaron el hecho de ganar mucho dinero, para lo cual hubieron de tener una cantidad importante para invertir para transformarla en una verdadera fortuna.
6. Los altos directivos.
Enmarcado en el sistema de la libre empresa privada, este apartado muestra el surgimiento de los directivos que han llegado a la cumbre y se han convertido en depositarios responsables, árbitros imparciales y expertos corredores de multitud de intereses económicos. Se afirma que son hombres dotados de talento práctico que los ha llevado a ocupar los puestos de liderazgo; que han ascendido desde la parte baja de la escala, que son muchachos campesinos que han triunfado en la gran ciudad o inmigrantes que han realizado su sueño americano en el país que los ha recibido. Se pueden afirmar cosas completamente contrarias, lo cierto es que no son los dueños de las grandes compañías anónimas, pero si son quienes las gobiernan; son los organizadores del sistema de propiedad privada. No son ni han sido nunca una colección miscelánea de norteamericanos ni una especie diferente; son un tipo social absolutamente uniforme que ha tenido alguna suerte de ventajas y no se ajustan a las imágenes estereotipadas que circulan de ellos. Surge entonces la interrogante de quienes son los que habrán de formar parte de este grupo, ya que el éxito en el alto mando corporativo depende casi exclusivamente de las normas de selección predominantes, las cuales no son ni claras ni objetivas, por el contrario parecen incomprensibles y frecuentemente totalmente subjetivas. Por tanto, se tiene que la selección depende del criterio de los altos directivos y su talento para juzgar y seleccionar.
7. Los ricos corporativos.
Como familias y como individuos, los muy ricos forman, con todo, parte importante de la alta vida económica de los Estados Unidos; esto mismo ocurre con los altos directivos de las grandes empresas. Los puestos corporativos de los ricos contienen todos los poderes y privilegios inherentes a las instituciones de la propiedad privada. Han adquirido conciencia de sí mismos en relación con el mundo corporativo que representan. Como hombres de posición social, han asegurado sus privilegios y prerrogativas en las instituciones privadas mas firmes de la sociedad norteamericana. Son ricos corporativos porque dependen, tanto directa como indirectamente, del mundo de las grandes corporaciones industriales en lo que respecta a su dinero, sus privilegios, sus títulos o valores, sus ventajas y su poder; son dueños de grandes fortunas, pero esas fortunas no son todo lo que poseen: pueden acumular y conservar grandes ingresos pero además gozan de los privilegios corporativos que forman parte del sistema de posiciones sociales de la economía por acciones de compañías en los Estados Unidos.
Sus privilegios se relacionan con el poder del dinero en la esfera del consumo
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