Loco Moral

"Un loco moral es, según el criterio más extendido, un sujeto que teniendo todas sus funciones psíquicas aparentemente normales y poseyendo una inteligencia normal-o incluso superior-se comporta de un modo contrario a las normas morales, premeditadamente y sin necesidad, porque aun cuando conoce, por así decirlo, el código de la moral, le falta sentirlo para creer en él” p. 91(Manual de Psicología Jurídica, Salvat 1932)

El loco moral es un sujeto que puede y es capaz de:

- Pronunciar discursos bellos y morales

- Esos discursos convencen a muchas personas de su bondad

- Exhibe conductas externas morales

- Es capaz con todo ello, de engañar con sus discursos y con su apariencia a numerosas personas

- Y una vez sabe que ha logrado ese efecto, es capaz de reirse para sus adentros, sin que le vean, y burlarse internamente de todas esas personas que le aplauden y convencen sus discursos.

De esta forma tan directa y genuina y sincera se expresa Miras al hablar de las personas que pueden ser consideradas locos morales, pero no lo son. Son personas que saben que están cometiendo un delito y se vanaglorian de ello.

Y a partir de esta mínima descripción se adentra en las personalidades del delincuente para intentar ofrecer la diferencia entre el loco moral real y el loco moral que está cuerdo ya que conoce todos esos medios, es consciente y los utiliza para delinquir sin peligro, para obtener beneficios de sus discurso y conductas morales externas que contradicen a las conductas reales que sólo en algunos casos se consigue desenmascarar.

Dice Miras: "por desgracia tal actitud se halla más extendida de lo que generalmente se admite” (p. 91)

Y continúa diciendo: por eso es tan difícil, a veces, diferenciar a estas personas y las que realmente son locos morales, o mejor el término de trastornos mentales.

A partir de esta breve descripción Miras propone las conductas que deben servir para diferenciarlos, para diferenciar a la persona con trastornos mentales que cometen un delito, de las personas normales que cometen un delito sabiendo que cometen un delito pero su objetivo es beneficiarse económicamente y posteriormente obtener poder de ese delito que espera no sea descubierto.

Nos parece interesantísima esa propuesta que hizo en 1932, y que creemos, por las diversas lecturas sobre delito y crímenes que la línea básica que establece Miras para diferenciar a un delincuente conciente de lo que hace para enriquecerse y burlarse de los demás, frente a un delincuente con trastorno mental o discapacidad mental.

Dicho esto, en diversos artículos se expondrán las diferencias que marcan los actuales profesionales y la ley para poder diferenciar el delito en personas con enfermedades mentales o en personas sanas, ya que en función de ello está la pena y el tipo de internamiento o responsabilidad penal.

Miras, básicamente lo delimita en esta frase: la innecesariedad que exhiben los locos morales ( trastornos mentales) en sus acciones en la mayoría de los casos, son simplemente acciones amorales del loco moral.

El delincuente común, vulgar, el que puede después hacerse pasar por enfermo mental si le interesara en un juicio, tiene como hechos o acciones delictivas un dato que suele ser bastante objetivo: utilizar el delito para enriquecerse y vivir con mayor poder adquisitivo, su delito tiene un objetivo muy claro: enriquecerse sin importarle por qué ni contra quién. Es un delito con un objetivo utilitario y real.

Siempre persigue un beneficio propio y no le importa cómo lograrlo, asesinando, mintiendo, estafando, etc.

El loco moral real, el enfermo mental, no busca ese tipo de beneficio, busca la satisfacción, el placer que esa acción por cruel que sea le proporciona en ese momento, social o individual.

"El loco moral, sabe que no debe hacerlo, pero por encima de cualquier moral está su placer, su placer subjetivo” y esa diferencia es básica para entender al que padece un trastorno mental que por encima del beneficio material, está el beneficio o satisfacción del placer personal que no consigue excitarse o sentir placer de otra manera, su objetivo es el placer personal, de hecho muchos criminales en serie o psicópatas adictos al crimen, no necesitan el valor material que rodea a sus víctimas y de ahí que no sea su objetivo el robo incluso en circunstancias que les beneficiaría enormente. Su objetivo es obtener placer, básicamente biológico, son personas que pueden aparecer ante sus víctimas como organizadas, responsables, afectivas ( en cuanto a perversión extrema) pero son personas desestructuradas, desorganizadas, cuanto más desorganizadas más necesidad de buscar el placer en el anonimato de la víctima, del azar, de las características que le dan placer al delinquir pero sin necesidad de los bienes materiales de la víctima o las víctimas.

De esta manera describe la diferencia entre el delincuente vulgar, sin trastornos psicológicos, del delincuente con trastornos mentales. De hecho añade Miras, suelen ser personas que la sociedad no sospecha de ellas, son apacibles, educados, al principio muy generosos, altruístas, desprendidos, atentos con el otro … y una vez están en su esfera, en esa especie de telaraña que ha ido tejiendo el perverso, es cuando se muestran con la víctima bravucones, dominantes, mandones, violentos, y maltratadores, ese "tipo de locura moral" dice Miras, debería llamarse "psicosis perversa”. Existen otras personas que actúan al azar y no necesitan para delinquir más que la necesidad biológica de satisfacer su necesidad de placer atacando a otros, son predadores.

Y añade Miras, que nos parece muy interesante ya que es el inicio de la criminología, en ese sentido, es tipo de puntualización ayudará a clarificar los aspectos que debemos conocer para juzgar moralmente a un delincuente. Recordemos que a principios del siglo XX los datos sobre criminología eran escasos (Lombroso, Ferri, Garofalo … finales del siglo XIX y principios del XX, como expondremos en los apartados del inicio de la criminología y las características de la personalidad)

Añade Miras, en lugar de locura moral, debe llamarse psicosis perversa, hay una alteración o imposibilidad de sentir moralmente, aunque conozcan y sepan el deber moral, la perversión no es un episodio accidental, la perversión es algo que puede ocurrir en todas las personas pero no de forma habitual, normalmente se trata de un historial personal con mútliples actos amorales, una forma de vida desde la niñez, es una forma de vida que va acrecentándose con el paso del tiempo y que por circunstancias determinadas puede desembocar en asesinatos o en una vida caótica simplemente, con episodios cortos de vida aparentemente normal, pero lo que hay es un desorden constante en su vida cotidiana y en la de los que le rodean que a pesar de entender lo incorrecto de sus conductas actúan con ellos como aydándoles pero sin atender al problema grave de sus conductas y actos.

Pueden ser personas de familia normal, ambiente normal, estatus social normal o elevado, inteligencia normal o alta, ayuda del entorno cuando tiene fracasos, pero es un enfermo mental al que al tratarlo como persona normal en condiciones adecuadas no sólo no mejora, sino que actúa y recae constantemente, el que llegue o no a cometer un crimen es un asunto que aún se escapa de las manos de los profesionales, el que lleve una vida desorganizada y con conductas altamente reprobables que se le admiten para ayudarle es una constancia en ese tipo de trastorno mental, lo más curioso es que los que le rodean no pueden admitir que sea un enfermo mental y formen parte de su desorganización vital en la vida apoyando sus conductas.

Es realmente impresionante que a principios de siglo Miras realizara esta delimitación entre delincuente amoral, y delincuente vulgar que sabe que se salta las normas morales (se refiere al delincuente vulgar) para obtener beneficios materiales.

Expondremos los diferentes tipos de personalidad que describe Miras en su libro ya que nos parece interesante contrastarlo con lo que actualmente se conoce, sobre trastornos mentales y delincuencia.

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