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Mediación en conflictos versus Mediación en Trabajo Social

bereni84Ensayo23 de Septiembre de 2022

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INTRODUCCIÓN

La meditación familiar en el ámbito de trabajo social tiene una enorme importación a lo largo de la historia en el es estudio de la familia. El tema para desarrollar en este artículo nos obliga, ya de partida, a plantearnos una pregunta: ¿de qué hablamos cuando hablamos de mediación? En los años noventa, en Francia, se realizó una investigación en torno a las múltiples significaciones y definiciones de este término, llegando a localizar más de cuarenta formas distintas de entender este concepto.2 No se trata, ahora, de profundizar sobre los significados del término mediación, pero sí que es importante poner de relieve que esta característica polisémica aporta un primer nivel de complejidad al tema que nos ocupa. Por lo tanto, de una manera muy simplificada, destacaré dos acepciones de mediación3 que, confío, nos pueden ayudar a entender de qué hablamos cuando hablamos de mediación familiar: la primera sitúa la mediación como parte de un modelo de acción social transformativa, y tiene en J. F. Six uno de los principales referentes teóricos; la segunda es la mediación como fórmula de resolución de conflictos y parte de la escuela de negociación de Harvard.

Esto quiere decir que el primer, modelo transformativo, se puede identificar, a nivel conceptual y metodológico, prácticamente de manera unánime con los principios y valores del trabajo social. La segunda, el modelo de resolución de conflictos (que es el que siguen la mayoría de normas en materia de mediación familiar),4 no nos permite llegar a un consenso pacífico: si bien hay afinidad con el trabajo social en relación a las técnicas y estrategias utilizadas para abordar las situaciones conflictivas, los objetivos y los principios de este modelo de mediación no son identificados plenamente como objetivos y principios propios del trabajo social. Será a partir de la concreción de los objetivos de trabajo social que se pretenden alcanzar, en cada caso concreto y con cada familia en concreto, que podremos clarificar si una mediación de tipo procedimental orientada a la resolución de conflictos es, o no, la opción más adecuada. Si es esta la alternativa consensuada por parte de profesionales y familia, coherentemente, se planteará la derivación a un servicio específico de mediación familiar. Este servicio estará claramente diferenciado de la actuación que continuará llevando a cabo, en su caso, el profesional de trabajo social con la familia.

Tenemos así trabajadores sociales, psicólogos, abogados, educadores, filósofos, pedagogos, sociólogos, etc. en servicios, públicos o privados, de mediación familiar y también en servicios de mediación comunitaria, penal, escolar, intercultural... En todos estos servicios los profesionales estarán ejerciendo bajo los principios y procedimientos establecidos en la mediación, y no bajo los principios y la metodología de su disciplina de base, en nuestro caso el trabajo social, aunque a veces sean coincidentes. Con el objetivo de contribuir a clarificar las aportaciones que la mediación puede realizar el trabajo social con familias, a continuación se presentan algunas ideas y reflexiones.

DESARROLLO

Entendemos un poco más la relación del trabajo social con la mediación familiar puede resultar interesante hacer un breve recorrido cronológico. Buscando los orígenes de esta relación toma relevancia la decimonovena Asamblea General de Naciones Unidas sobre Progreso y Desarrollo social, celebrada el 11 de diciembre de 1969. En esta asamblea se destacó que, en aquel momento, la orientación profesional del trabajo social evolucionaba de manera importante, superando la orientación sociopatológica de sus intervenciones hacia otras dimensiones basadas en la adaptación al cambio y el progreso social. Los nuevos planes de estudio de grado en Trabajo Social hacen referencia explícita a la mediación, como una de las competencias específicas, y muestran gran similitud con los planes formativos de    mediación en la enseñanza de disciplinas como la Psicología, Técnicas de Comunicación Humana, Sociología de la Familia, Derecho de Familia. Se observan solo diferencias en la intencionalidad o fines de estos contenidos, enfocados al conflicto en el caso de la mediación, y a los problemas sociales familiares o malestar en general, en el del Trabajo Social una muestra de profesionales de trabajo social y de estudiantes de último curso de grado en torno a las competencias que deben adquirir los trabajadores sociales para el ejercicio de la mediación familiar den como resultado un alto conocimiento sobre la mediación y su importancia para el trabajo social, destacando dificultades a la hora de discernir ambos conceptos llegando, incluso, a asimilar principios de trabajo social y de mediación. Los profesionales encuestados también expresan dificultades para diferenciar la intervención social de ambos perfiles (mediador y trabajador social) manifestando que las cuestiones prácticas y metodológicas son idénticas para ambos.

Por otra parte, la Federación Internacional de Trabajo Social (FITS, 2008) reconoce que los trabajadores sociales se enfrentan a la cuestión de la resolución de conflictos como una parte habitual de sus actividades profesionales y establece la mediación como un método efectivo para la práctica del trabajo social. Llegados a este punto hay suficientes argumentos para afirmar que la mediación está incorporada al trabajo social como una metodología y como una estrategia de intervención propia pero también como una más de las funciones que conforman nuestra disciplina. Abordaje de los conflictos familiares desde el trabajo social Los conflictos relacionales en el ámbito familiar, habitualmente complejas y multicausales, suelen ser identificados durante el proceso de elaboración del diagnóstico social. El abordaje de estas situaciones conlleva una primera fase de comprensión, de recogida de información, de ponerse en el lugar de los demás y de elaborar hipótesis que ayuden a entender las causas del conflicto para poder proponer alternativas que promuevan el cambio. Para conseguir esto, es preciso que la familia nos ayude a conocerla.

Para la adecuada fundamentación de nuestra investigación, es necesario revisar los contenidos de la normativa específica. Por esta razón hemos estudiado el contenido de las doce leyes autonómicas de mediación familiar publicadas hasta el momento.

“Es importante no hacer ningún movimiento respecto de la familia, no introducir nuevos elementos, sin haber comprendido qué está pasando en el grupo que nos pide ayuda, y qué puede realmente servirles de ayuda. No existen intervenciones neutrales: toda actuación implica abrir unos caminos y cerrar otros”

Este no es el espacio para desarrollar con detalle las técnicas y habilidades que caracterizan las intervenciones mediadoras, por tanto sólo apuntaré alguna de ellas que, seguro, nos resultarán familiares: „ Hacer reconocimiento explícito de lo que puede aportar cada uno de los miembros de la familia. „ Favorecer la escucha activa entre ellos. „ Hacer reformulaciones con connotaciones positivas de los relatos aportados por cada uno de los miembros de manera que todo el mundo pueda escuchar y, idealmente, aceptar una nueva versión del conflicto. „ Parafrasear, o repetir, alguno de los comentarios hechos en positivo con el objetivo de destacarlos para ayudar a desbloquear la comunicación. También se pueden “parafrasear” las emociones haciendo explícitos sentimientos de dolor, de desamparo, de tristeza o de afecto y agradecimiento que no se terminan de expresar con las palabras pero que es importante que el profesional capte y destaque. „ Hacer uso de la comunicación no verbal. „ Utilizar diferentes tipos de preguntas según el objetivo que se pretende en cada momento (cerradas, abiertas, circulares, estratégicas, recontextualizan tés, etc.). „ Recuperar otras experiencias similares que hayan “superado” con éxito y analizar conjuntamente qué hicieron en aquella ocasión y cómo pueden volver a hacerlo en la situación actual valorando sus capacidades.

Con estas breves referencias a la regulación formal de la mediación familiar se puede evidenciar la diferencia que existe entre un modelo orientado a la recuperación de los vínculos, a la transformación de las relaciones y que respeta la evolución y los tempos de cada persona, y un modelo orientado a la resolución de conflictos, frecuentemente como alternativa al sistema judicial, que se ajustará a un procedimiento normativo y limitado en el tiempo. Aunque nos podemos sentir más cercanos a una manera de hacer que a otra, la realidad es que ambas se complementan y amplían el abanico de alternativas de abordaje del trabajo social con familias. Por otra parte, la Mediación como ejercicio diferenciado del trabajo social es una opción de desarrollo profesional para la que estamos plenamente capacitados y a la que podemos hacer importantes aportaciones como disciplina.

“Mediación en conflictos versus Mediación en Trabajo Social”,

Para llegar a la necesidad de la intervención dando uso a la práctica de mediación es necesario que exista un conflicto en común al cual se le dará una resolución.

     Los conflictos, son formas de interacción en cuanto implican la presencia de por lo menos dos partes: Personas, grupos sociales o incluso Estados –En caso de un conflicto internacional--, tienen su origen en una diferencia de interés o de deseo, en aspiraciones incompatibles que inducen a las partes a enfrentarse en el intento de lograr su objetivo. (Murguía, 1999); Puede haber conflictos agresivos y no agresivos. (Tomasso, 1997)

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