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Modelo De Comunicación De Berlo

mramos23 de Enero de 2012

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Modelo de la Comunicación de Berlo

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Extractado de "Introducción a la psicología de la comunicación" Alejandro López, Andrea

Parada, Franco Simonetti, Ediciones Universidad Católica de Chile, Santiago, 1995.

La primera aproximación teórica al proceso de la comunicación humana, propiamente tal,

la constituye el modelo desarrollado por David Berlo en la década del sesenta. El

propósito fundamental de su obra es identificar y analizar en detalle los diversos factores

implicados en dicho proceso, bajo el supuesto de que ello permitirá aumentar la

capacidad natural del hombre para enfrentar sus problemas vitales. De esta forma, Berlo

desarrolla un enfoque conductista de la comunicación humana buscando establecer las

bases del proceso ideal de comunicación. Este proceso ideal se refiere a cómo debería

realizarse la comunicación para que esta sea realmente efectiva. Aún hoy, el modelo de

Berlo representa lo que en el más amplio círculo de académicos y legos se entiende por

comunicación.

El concepto de comunicación

Según Berlo, el objetivo fundamental de la comunicación es convertir al hombre en un

agente efectivo que le permita alterar la relación original que existe entre su organismo y

su medio circundante. El hombre se comunicaría, entonces, para influir y afectar

intencionalmente en los demás.

Como el propósito de toda comunicación es producir una respuesta específica en los

demás, es necesario que la persona que se comunica utilice el mensaje apropiado para

expresar dicho propósito. Si conoce bien su propósito será capaz de lograr una

comunicación, a la vez, eficiente y efectiva. A pesar de que este propósito no es siempre

consciente o es olvidado, difícilmente se podrá dejar de comunicar.

Sin embargo, aun cuando el propósito siempre exista, hay veces en que la comunicación

fracasa en su intento de afectar e influir en el otro. Básicamente, estos fracasos pueden

deberse a dos motivos: 1) al desconocimiento de los propósitos, o al hábito rutinario de

comunicarse, 2) a la interpretación errónea de la respuesta que la persona quiere

provocar.

Ahora bien, para que exista comunicación no basta con tener el propósito de influir, sino

que también es necesario emitir un mensaje que sea recibido por el otro. Debemos

distinguir aquí entre receptores intencionales y no intencionales. Los receptores

intencionales son aquellas personas específicas sobre las cuales intenta influir el

comunicador. Los receptores no intencionales son todas aquellas personas que son

afectadas por el mensaje del comunicador, aún cuando no forman parte del propósito

original de éste. Son estos últimos receptores los generadores de los "malos entendidos",

pues son afectados por el comunicador en forma distinta a la que pretendía. Para criticar,

entonces, a un comunicador es necesario tomar en cuenta su propósito y receptores

intencionales.

Puesto que toda conducta de comunicación tiene por objeto producir una determinada

respuesta en una persona específica, no es posible separar el propósito y el auditorio. La

manera en que el comunicador afecta a otros indicaría si ha existido o no comunicación.

Cuando hay una incompatibilidad entre los propósitos de la fuente y del receptor se

interrumpe la comunicación.

En este contexto, es posible distinguir dos tipos de propósitos tanto en la fuente como el

receptor. Los propósitos consumatorios son aquellos que se satisfacen con la sola

comunicación del mensaje, con el hecho de que éste sea recibido por el receptor. Los

propósitos instrumentales, en cambio, sólo se satisfacen después de que la respuesta al

mensaje ha sido utilizada para producir otras respuestas.

Modelo del proceso de comunicación

El modelo de Berlo supone que la comunicación constituye un proceso. Es decir, una

estructura cuyos elementos se interrelacionan en forma dinámica y mutuamente

influyente. En el proceso de comunicación no podemos identificar un principio o fin estable

y constante a través del tiempo, por lo cual el modelo desarrollado corresponde al proceso

de comunicación detenido arbitrariamente en un memento dado del tiempo.

En el proceso de comunicación podemos distinguir los siguientes componentes:

FUENTE DE COMUNICACION: corresponde a una persona o grupo de personas con un

objetivo y una razón para comunicar.

ENCODIFICADOR: corresponde al encargado de tomar las ideas de la fuente y

disponerlas en un código.

MENSAJE: corresponde al propósito de la fuente expresado de alguna forma.

CANAL: corresponde al medio o portador del mensaje, al conducto por donde se trasmite

el mensaje.

DECODIFICADOR: corresponde a lo que traduce el mensaje y le da una forma que sea

utilizable por el receptor.

RECEPTOR: corresponde a la persona o grupo de personas ubicadas en el otro extremo

del canal y que constituyen el objetivo de la comunicación. Si no existe un receptor que

responda al estimulo producido por la fuente, la comunicación no ha ocurrido.

Estos conceptos son inherentes a todo proceso de comunicación, ya sea que se trate de

una conversación entre dos personas, una conferencia, etc. El carácter particular y las

relaciones que se establezcan entre los diversos componentes dependerá del contexto en

que la comunicación tiene lugar. En la comunicación interpersonal suele coincidir tanto la

fuente con el encodificador como el decodificador con el receptor.

Fidelidad de la comunicación

El concepto de fidelidad se relaciona estrechamente con el concepto de ruido introducido

por Shannon y Weaver en su Teoría de la Información. La fidelidad se refiere al grado en

que el comunicador ha logrado afectar según su propósito al receptor. El ruido afecta a la

fidelidad en cuanto introduce distorsiones en el mensaje enviado. La eliminación del ruido

aumenta la fidelidad y, por lo tanto, la efectividad de la comunicación dependerá de la

medida en que se pueda aislar el ruido.

Existen ciertos factores en los componentes de la comunicación que determinan la

efectividad de esta (fig. 1).

Figura 1: Modelo de la comunicación de Berlo

FUENTE: en la fuente y encodificador se distinguen cinco factores que influyen en la

fidelidad.

1. Habilidades comunicativas : se refieren a la capacidad analítica de la fuente para

conocer sus propósitos y a su capacidad para encodificar los mensajes que expresen su

intención. Se destaca particularmente el dominio del lenguaje, la habilidad verbal de la

fuente para hablar y escribir bien. Esto supone a la ves una adecuada capacidad para

pensar y reflexionar. La fidelidad de la comunicación aumentará en la medida que la

fuente posea las habilidades comunicativas necesarias para encodificar con exactitud sus

mensajes y expresar así sus propósitos.

2. Actitudes: la fidelidad de la comunicación se ve afectada por tres tipos de actitudes que

presenta la fuente: la actitud hacia si mismo o autopercepción; la actitud hacia el tema que

se trata o mensaje, y la actitud hacia el receptor. Mientras más positivas y congruentes

sean estas actitudes mayor será la fidelidad, puesto que la fuente mostrará confianza en

sí misma y valorará su mensaje mientras que el receptor, al percibir una actitud positiva

por parte de la fuente hacia él, tenderá a aceptar el mensaje enviado.

3. Conocimiento: se refiere al nivel de conocimiento que posee la fuente tanto con

respecto al tema de su mensaje como al proceso de comunicación en sí mismo. El

conocimiento acerca del proceso de comunicación afectaría la conducta de comunicación,

de manera tal, que a mayor nivel de conocimiento, mayor será la fidelidad.

4. Sistema sociocultural: se refiere a la ubicación de la fuente en un contexto social y

cultural determinado. Esta posición condicionará los roles que desempeña, sus

expectativas, su prestigio, etc. Todo ello incide en la forma en que la fuente se comunica.

En términos generales, la fidelidad de la comunicación será mayor si los contextos

socioculturales de la fuente y el receptor son similares.

RECEPTOR: Respecto del decodificador-receptor, es necesario considerar que para

lograr una comunicación efectiva se debe reconocer al receptor como el eslabón más

importante del proceso de comunicación. No es posible hablar de comunicación si el

mensaje enviado por la fuente no llega al receptor. Las funciones de fuente y receptor son

complementarias e intercambiables. Aquel Individuo que en un momento dado hace de

receptor, se transforma en fuente, en el momento siguiente. Por lo tanto, todas aquellas

características de la fuente mencionadas anteriormente se aplican también al receptor.

MENSAJE: Al analizar los factores del mensaje que influyen en la fidelidad de la

comunicación es necesario analizar el código y el tratamiento que recibe el mensaje.

1. Código: se refiere a cualquier conjunto de símbolos que

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