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Motivacion


Enviado por   •  1 de Diciembre de 2013  •  3.803 Palabras (16 Páginas)  •  285 Visitas

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Como sabemos el docente es la persona que guía el aprendizaje y trabajo dentro del aula por lo tanto el alumno valora mucho sus opiniones, el trato que recibe de él y la estrategia metodológica que emplea. Esto es un aspecto relevante ya que como sabemos la motivación se hace presente en el aula a través de diversos aspectos entre los que destacan el lenguaje y los patrones de interacción entre profesor y alumnos, la organización de las actividades académicas, el manejo de los contenidos y tareas, los recursos y apoyos didácticos, las recompensas y la forma de evaluar.

Si el alumno no tiene un interés personal en la clase, se aburre y no existe un aprendizaje significativo y a esto le agregamos que cuando el profesor está frente a un grupo solo hace uso de la palabra, sin procurar lograr una buena comunicación con sus educandos y no trata de manejar otras estrategias, se generara una mayor desmotivación dentro del trabajo.

Como se ha mencionado en investigaciones hechas a nivel secundaria, “la mayoría de los adolescentes no siempre están motivados intrínsecamente, sino que se ven motivados externamente por la obtención de recompensas o la evitación de algún castigo. Estos adolescentes no entienden el estudio como algo que les sirve para aprender y ampliar sus conocimientos, sino como una tarea instrumental que necesitan para conseguir o evitar algo.” (Tapia 1999).

En estos casos, es cuando constantemente los actores educativos (docentes de grupo, docentes de USAER, orientadores, directivos y padres de familia) nos planteamos interrogantes como:

¿Qué podemos hacer?

¿Cómo motivar a nuestros alumnos?

¿Cómo trabajar con ellos para mejorar su desarrollo y desempeño?

Para responder a estos planteamientos es importante tener en cuenta que aquí es cuando entra en juego el papel principal del maestro y de la escuela, el cual es despertar el gusto y el interés por la adquisición de conocimientos, de tal manera que el adolescente este comprometido a proveerse por iniciativa propia de los conocimientos necesarios para una vida futura. Para que esto se logre, es necesario que el alumno atienda lo que le indica el docente y a su vez el profesor interprete las inquietudes y dudas del estudiante, estimulando el interés por la adquisición de conocimientos y se cumpla el objetivo al que se quiere llegar.

Es así como dentro de este trabajo abarcare el significado de motivación, y como se visualiza desde el ámbito pedagógico, cuáles son los principales conflictos a los que nos enfrentamos en las instituciones y sobre todo dentro del aula para motivar a nuestros alumnos, cuáles son los tipos de motivación que existen y sobre todo cómo mejorar la motivación que se está dando en el aula, con el trabajo docente, mediante actividades y estrategias, para lograr más allá de un rendimiento, sino el desarrollo y la adquisición de habilidades y competencias para la vida diaria.

DESARROLLO

Dentro de las aulas de clase, la motivación es un elemento determinante para el aprendizaje de los alumnos por lo que es fundamental que el docente prepare a los estudiantes para el aprendizaje a través de la estimulación de su proceso cognitivo y la satisfacción de necesidades propias de cada individuo; incitar en el alumno a querer aprender y a hacer uso de ese aprendizaje, debe ser la principal preocupación del docente. La motivación generada por las experiencias en el aula y en la vida fuera de la escuela, contribuye a que los alumnos mejoren su rendimiento escolar logrando un mejor desarrollo de sus competencias.

El maestro hoy en día, debe de ser un guía y facilitador de la enseñanza, debe acercar a sus alumnos todos los instrumentos necesarios para que ellos vayan construyendo y afianzando su conocimiento, para lograr esto el docente necesita buscar la manera de llamar la atención de los estudiantes, provocar en ellos el interés por su propio aprendizaje, la manera en que el docente puede lograr que se interesen por su aprendizaje es a través de la motivación de crear en ellos la necesidad de contar con los conocimientos a los que tienen acceso en el salón de clases. Existen diversos elementos que influyen dentro de la motivación del aula entre los cuales encontramos:

• Tomar en cuenta conocimientos previos de los alumnos

• Conocer los intereses del grupo

• Incentivos

• Metas de los alumnos

• Generar un clima de trabajo ameno

“La motivación, son los estímulos que mueven a las personas a realizar determinadas acciones y persistir en ellas hasta su culminación; enfocada en la educación la motivación puede ser un arma poderosa para lograr que los estudiantes emprendan actividades encaminadas al desarrollo de competencias. La motivación está relacionada con la voluntad y el interés, consciente de esto el docente deberá acercar y presentar información a sus estudiantes a través de actividades que despierten el interés y la necesidad por conocer, estimulándolos a aprender” (Betancourt & Pérez, 2008).

Esta definición nos permite visualizar a la motivación como todas aquellas actividades y acciones que emprendamos para llegar a un fin o meta que nos proponemos, en el caso de la docencia el motivar a los alumnos nos permitirá que ellos vayan logrando construir y participar activamente dentro de sus aprendizajes, pero sobre todo lograr el desarrollo de competencias que les permitan desenvolverse en sus contextos inmediatos.

Una situación que se vive hoy en día dentro de las instituciones educativas es que a pesar de que los docentes conocen la importancia de la motivación y lo que se puede lograr con su uso, muchos se olvidan de ella, pareciera que la labor pedagógica queda en segundo plano y se preocupan más por lo administrativo.

Para que los docentes puedan ser agentes motivadores es necesario realizar indagaciones en el interés de cada uno de los alumnos para posteriormente considerarlos en el diseño de las secuencias didácticas procurando propiciar situaciones de aprendizaje que estén enfocadas en las características de los estudiantes, satisfaga sus intereses y necesidades.

Para estimular la motivación en los alumnos primero hay que identificar los conocimientos previos de los alumnos, respecto a los temas o contenidos de estudio; después hay que estudiar a los alumnos, observarlos, cuestionarlos sobre lo que les interesa que se relacione con los contenidos de aprendizaje; para así tener una idea de aquello que pueda propiciar que los alumnos se interesen por aprender y posteriormente, a partir de esa información, diseñar las secuencias didácticas que contemplen distintas situaciones de aprendizaje de acuerdo a los conocimientos previos e intereses de los alumnos.

Además es muy importante que los conocimientos que adquieran los alumnos en la escuela los relacionen con su vida cotidiana para que les parezcan útiles y valiosos, y se den cuenta que son necesarios en su desarrollo personal y profesional.

La motivación es muy importante en el aula, para que el alumno esté dispuesto a aprender necesita un incentivo particular, es decir, un interés personal, que parta de él mismo; se requiere que el alumno se sienta interesado por adquirir nuevos conocimientos, y que el objeto de estudio sea significativo para él; ese incentivo será el motor que lo mueva para lograr un aprendizaje significativo. Como lo menciona Ardila en su libro Psicología del aprendizaje, “La motivación lleva a iniciar el comportamiento, a sostenerlo, a adquirir ciertas respuestas y a activar respuestas aprendidas antes” (Ardila, 1991); por eso es tan importante en el proceso educativo el logro de los propósitos educativos que se persigan.

Se debe procurar ver a los alumnos como participantes activos que respondan a los estímulos, así mismo propiciar ambientes agradables de aprendizaje que hagan que los alumnos se sientan confortables al momento de que el docente acerque a ellos la información y el aprendiz tome de él lo necesario para satisfacer la necesidad de conocimiento.

La motivación, tiene gran injerencia en el desempeño académico de los alumnos ya que según estudios realizados demuestran que los estudiantes motivados “presentan un mayor rendimiento académico, evidenciado en las notas individuales obtenidas en cada una de la asignaturas cursadas y en el promedio de notas obtenido durante el período académico estudiado”. (Colmenares & Delgado, 2008).

Se puede decir que existe una alta correlación entre la motivación y los resultados obtenidos en el logro académico. Por otro lado, en el mismo estudio, se encontró que los estudiantes que presentan bajo rendimiento académico tenían en común en el mayor de los caso menor grado de motivación, con este estudio se evidencia que la motivación en los alumnos representa una parte importante del éxito en los estudios sin embargo esto no demuestra que sea los único que influye en sus procesos cognitivos.

La importancia de motivar a los alumnos radica en que los sujetos que actúan con metas concretas y retadoras están más motivados y alcanzan más objetivos que quien no las tienen, porque orientan mejor y más intensamente sus capacidades y su atención para conseguirlas en este caso es responsabilidad del docente hallar la forma de lograr esta motivación en los alumnos.

Alonso-Tapia (2002) considera que la motivación de los alumnos por el aprendizaje depende de dos factores. Del papel docente y su labor dentro del aula, y por otro lado, de las características personales de los propios alumnos, dentro de las cuales cabe considerar las metas planteadas por el alumno en una determinada situación y las expectativas que tiene de conseguirlas o no. Por otro lado, de los pensamientos del sujeto al desempeñar esas tareas y los resultados que se han obtenido.

Al igual que no todos los alumnos están motivados en el mismo grado ni de la misma forma, no todos persiguen las mismas metas académicas. De este modo, Alonso-Tapia (2002) propone cuatro tipos de metas académicas: las metas relacionadas con la tarea, con la autovaloración, las metas relacionadas con la valoración social y las metas relacionadas con la consecución de recompensas externas. Es importante aclarar que cada alumno puede perseguir una o varias metas dependiendo de sus características personales, las cuales lo harán orientarse más hacia la consecución de unas metas que a otras.

Aquellos alumnos cuyas metas académicas se basan en las tareas suelen ser alumnos con una alta motivación intrínseca que buscan aumentar la propia competencia. Aquí también interviene la motivación de competencia cuando lo que se persigue es aumentar las propias capacidades o conocimientos a través de algún aspecto de la tarea propuesta.

Los alumnos que tienen metas relacionadas con la autovaloración buscan sentir el orgullo y la satisfacción que se obtiene como consecuencia del éxito y evitar el sentimiento de vergüenza y humillación que implica el fracaso. Estos alumnos buscan el reconocimiento por parte de los demás cuando alcanzan las metas propuestas, por lo tanto, está muy presente en estos tipos de meta la motivación de logro.

Por otro lado, aquellos estudiantes cuyas metas están relacionadas con la valoración social, lo que buscan es la aprobación de los adultos y de sus compañeros. Estos tipos de metas no están relacionadas directamente con el aprendizaje, pero sí indirectamente ya que las relaciones que establece el alumno con los demás influyen de manera determinante en experiencia emocional y ésta en su proceso de aprendizaje.

Por último, las metas relacionadas con la consecución de recompensas externas están motivadas siempre por situaciones en las que se otorga un “premio” al alcanzar la tarea propuesta y se evitan todas aquellas situaciones que implican un castigo o la imposibilidad de conseguir dicho premio.

Desde mis experiencias como docente de USAER dentro de secundaria, las metas que más predominan en los alumnos son las de recibir recompensas externas y valoración social, ya que los alumnos buscan conseguir una recompensa por parte de los docentes (calificación) o de sus padres (regalos, premios, etc.), pero sobre todo ser valorados y aceptados por sus pares.

Algo importante a mencionar y que no se debe olvidar es que un maestro puede incluso motivar a los alumnos aun fuera de su clase. En las asignaturas que no son del agrado de los estudiantes pero que a raíz de la motivación por aprender y satisfacer sus necesidades esto permite que atienda con interés la clase aunque esta no lo sea, José A. Bueno (1993) menciona que “Los estudiantes que están motivados no necesariamente encuentran las tareas de la clase intensamente placenteras o excitantes, sino que podrían hacer frente a ellas seriamente, encontrándolas significativas e intentar obtener el beneficio prefijado de ellas”, por lo que como resultado de la motivación se podría lograr un aprendizaje.

Las experiencias que son favorables permiten la motivación de los alumnos es por ello que el docente debe tener cuidado al elegir los ejemplos a utilizar, el grado de dificultad de los ejercicios y la secuencia de actividades a emprender. Cuando el fracaso en una tarea académica se hace presente puede promover fácilmente en los estudiantes falta de motivación provocando que exista una reducción del esfuerzo por parte de los alumnos, produciendo así una disminución del compromiso con la tarea.

En un reciente estudio realizado por la UNESCO (2002) acerca del rendimiento escolar en América Latina, se encontró que el clima que se generaba en el aula era fundamental para el aprendizaje de los alumnos. Según lo señalado se demostró que si se suman todos los factores extra-escolares, con los materiales, los recursos humanos y los factores psicológicos, esta suma es inferior a la importancia que tiene el clima emocional logrado en el aula.

Linares (2005) Nos menciona que “El clima de aula es una dimensión emergente de las relaciones que los alumnos y profesores establecen entre sí. Este se constituiría en un proceso recursivo de interacciones entre los actores educacionales; en donde el actuar del alumno y el del profesor se despliega conforme a una serie de normas, hábitos comportamentales, rituales y prácticas sociales existentes en el contexto del aula, los cuales constituirán los nuevos patrones socio-afectivos de acción”.

Existen ambientes en los cuales los alumnos se sienten respetados en sus diferencias y equivocaciones, sienten el apoyo y la solidaridad de sus pares y profesores, se sienten identificados con un curso y un colegio en particular, sienten que lo que aprenden es útil y significativo. Todas estas constituyen las características propias de un clima de aula positivo. Por el contrario, existen ambientes escolares que producen irritación, estrés, depresión, falta de motivación, apatía por el colegio, temor al castigo y la equivocación; a este conjunto de características del ambiente es a lo que se denomina clima de aula negativo.

Como se observa, la motivación de los estudiantes se ve influenciada no sólo por sus disposiciones individuales y creencias, sino también por el ambiente de aula. Los ambientes del aula comunican los propósitos y significados para comprometer en las tareas académicas a los alumnos, y las percepciones de ellos sobre estos mensajes se reflejan en cómo ellos participan en la clase.

Aun reconociendo el indudable papel que desempeña el alumno como el auténtico protagonista de su proceso de aprendizaje y como la persona que, en último término, le da sentido y significado a lo que aprende, es también innegable la influencia del profesor y de las condiciones instruccionales como elementos que pueden contribuir a favorecer o entorpecer las condiciones del aprendizaje. El profesor debe fomentar diversos tipos de motivación en sus alumnos y estos estarán motivados si pasan largo tiempo trabajando en tareas asignadas, pero si no consideran interesante, o por lo menos apropiada su tarea, todo lo que haga tendrá poco valor.

Considerando cada uno de los aspectos que influyen dentro de la motivación de los alumnos, el docente los debe tener en cuenta en el momento de ofrecerles tareas escolares para que estas resulten atractivas y que luego satisfagan su curiosidad. Despertar la curiosidad depende de que se proporcione la suficiente complejidad como para que los resultados no siempre sean seguros, lo cual potencia al máximo el dedicarse a una tarea como si fuese un juego. Como nos menciona Covington (2000) “Una tarea resulta atractiva en la medida en que desafía la capacidad de la persona, pero al mismo tiempo permitiéndole cierto grado de control del reto”.

Del mismo modo, como docentes el contemplar estos factores nos permitirá generar situaciones de aprendizaje en las que se evite la comparación del rendimiento del alumno con los demás, ayudarlos a sentirse bien consigo mismos.

Huertas (1997) resalta que el papel de los profesores y el sistema educativo no sería tanto el de influir sobre las habilidades, conocimientos y actitudes de sus alumnos sino de motivarlos y facilitar su construcción por parte de los alumnos en proceso de formación.

En este sentido, no es que los docentes influyamos en el desarrollo de una motivación por el aprendizaje, sino que, es el que genera, origina y ayuda a construir ese tipo de motivación. Por tanto, cuanto más consciente sea el docente de este hecho mejor realizará su labor y más fácil le resultará la tarea de motivar a sus alumnos.

En base al modelo TARGET, propuesto por Epstein, Huertas (1997) nos plantea como aspectos de la actividad escolar que facilitan la aparición de la motivación por el aprendizaje a: la tarea, la autoridad, el reconocimiento, el trabajo en grupos, la evaluación y el tiempo. A continuación se explicará a cada uno de ellos.

La tarea hace referencia a la selección y presentación de las tareas que el docente propone realizar para la consecución de los objetivos curriculares; estructurándola de forma que favorezca la percepción de autonomía por parte del alumno y facilitando la percepción de la tarea elegida como más interesante.

La autoridad toma en cuenta cómo se deben articular aquellos aspectos relativos al manejo de la autoridad en la clase para generar un mejor desarrollo de la motivación por el aprendizaje. En especial cuando sabemos que existen tanto profesores autoritarios, centrados en la disciplina y el control sobre el comportamiento de sus alumnos; profesores permisivos, y, finalmente, los democráticos o colaboradores, que consiguen un grado razonable de control pero de un modo indirecto, presentándose como facilitadores de la realización de las tareas, a la vez que promueve la participación de todo el alumnado en la toma de decisiones.

Al hablar de reconocimiento nos referimos a la valoración del progreso de los alumnos durante el desarrollo de las actividades dentro del aula. Así, el mecanismo habitual mediante el cual se produce este hecho es el uso de elogios en la clase. Con respecto al qué elogiar, lo deseable es que el profesor elogie el esfuerzo y el progreso personal, insistiendo en que los errores son una parte más del proceso de aprendizaje, a la vez que enseña el modo de realizar la tarea.

Otro de los aspectos que menciona son los grupos. Cuando se trabaja en situaciones escolares individualistas no hay una relación entre los objetivos que persigue cada uno de los alumnos, sus metas son independientes entre sí. El alumno, por ende, para lograr los objetivos dependerá tan sólo de su capacidad esfuerzo, de la suerte y dificultad. En cambio, el trabajar en cooperación con otros compañeros tiene efectos en el rendimiento académico.

Acerca de la evaluación, se señala que el modo de evaluar el rendimiento de los alumnos juega un papel fundamental en la aparición y consolidación de diferentes patrones motivacionales mediante la búsqueda de diferentes tipos de metas. Existen tres criterios relevantes de la evaluación con sus respectivas consecuencias motivacionales: la dimensión norma-criterio, la dimensión proceso-producto y la dimensión pública-privada.

En relación al tiempo, sugiere que controlar con cierta tolerancia los tiempos para la resolución de tareas suele ser conveniente sobre todo en el caso de los alumnos que presenta ritmos de aprendizajes más lentos.

Desde mi experiencia los factores contextuales que más influyen dentro de la motivación en el aula son el comienzo de la clase, la organización de las actividades, la interacción del profesor con los alumnos, conocimientos y experiencia de los docentes y la evaluación.

El comienzo de la clase es algo que todo docente debe tener en cuenta por que implica el modo en que introducirá las actividades, el contenido con los alumnos, captar su atención, despertar su curiosidad e interés, etc.

La organización de las actividades dependerá de su planteamiento, puede variar de acuerdo al grado de autonomía que el alumno dispone para la realización de una tarea y el tipo de interacción que surja dentro del aula entre los alumnos.

Dentro dela interacción del profesor con los alumnos, uno de los factores contextuales que más contribuyen a definir la motivación de los alumnos y a facilitar o dificultar el aprendizaje lo constituyen los mensajes dados por el docente antes, durante y después de las tareas escolares.

Los conocimientos y experiencia de los docentes, no sólo parten de las situaciones de aprendizaje constante, sino también, de la interacción diaria con sus alumnos y de la situación educativa. Los docentes para ello deben saber, cuáles son sus conocimientos de la asignatura que enseña y de estrategias de enseñanza, de su disponibilidad de tiempo para dedicarle a la enseñanza, etc. De los estudiantes conoce, el rendimiento, el comportamiento en el aula, las preferencias académicas, los niveles de socialización, las condiciones socioeconómicas y familiares, etc.

El último, pero quizás el más importante, de los factores contextuales que se puede observar dentro de la educación secundaria y que condicionan la motivación o desmotivación de los alumnos frente a las tareas escolares es la evaluación del aprendizaje. Con este término nos referimos no sólo a las calificaciones que reciben los alumnos, sino a un proceso que va desde lo que el docente dice, a los alumnos antes de la evaluación para ayudarlos y motivarlos a prepararla, pasando por el planteamiento mismo de las tareas y modos de recogida de información, hasta el uso que hace posteriormente de la información recogida. Toda evaluación implica básicamente un juicio sobre la calidad de la ejecución de la tarea por parte del alumno.

Como se puede apreciar motivar a los alumnos, generando que se vuelvan aprendices autónomos e interesados en aprender es una meta que todo docente debe perseguir. Para ello es pertinente comprender cómo se manifiesta la motivación de nuestros alumnos al realizar tareas académicas, que influye en ella y como trabajarla en el aula.

Los docentes a menudo consideramos que la motivación por el aprendizaje es una especie de interruptor que se enciende al inicio de la actividad de aprendizaje, y que una vez activada (gracias al empleo de una dinámica de grupo, un acertijo o una serie de preguntas inductoras), continúa automáticamente encendida hasta el final.

Este trabajo nos permite apreciar que esto es falso, puesto que desde la perspectiva actual de la educación se asume y se piensa, que la motivación no se activa de manera automática, ni solo se da al inicio de la actividad o tarea, sino que abarca todo el episodio de enseñanza y aprendizaje, y que el alumno así como el docente deben realizar ciertas acciones, antes, durante y al final, para que persista o se incremente. En consecuencia, el manejo de la motivación para aprender debe estar presente y de manera integrada en todos los elementos que definen el diseño y operación de la enseñanza, que brinda el docente.

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