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Máquinas Deseantes, El Antiedipo


Enviado por   •  15 de Julio de 2014  •  1.200 Palabras (5 Páginas)  •  287 Visitas

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Para comenzar me es pertinente ubicar históricamente las obras a las cuales haré referencia en la siguiente producción. La concepción de inconsciente propuesta por Freud se expresa en su primera tópica del año 1915 como área del aparato psíquico, la parte del iceberg que no se ve, donde recaen todos los deseos y desde donde parten las pulsiones, conformadas por estímulos provenientes del aparato perceptor a los que el consciente no tiene acceso ya que el aparato de la represión, en la frontera de lo consciente e inconsciente se encargo de sepultarlos, para evitar un aballasamiento del aparato psíquico. Entonces nuestro aparato hace una distinción entre los estímulos que podremos procesar conscientemente y los que no, enviando los últimos al inconsciente. También en esta obra hay una distinción del inconsciente en dos partes, la parte del inconsciente que deviene consciente con esfuerzo de este mismo o fruto de las circunstancias, llamada pre consciente y la parte a la cual el consciente no tiene acceso, el inconsciente propiamente dicho, los estímulos transformados en deseos y pulsiones alojados allí devienen en representaciones oníricas en los sueños o en actos fallidos con una característica en común, se reproducen de manera camuflada o trasmutada, y es tarea del psicoanálisis desentramarlos. Luego de esta primera tópica se produce una reformulación teórica que desembocaría en la creación de una segunda tópica en 1923, el inconsciente perderá su condición de sustantivo y pasará a ser una manera de calificar las instancias de la personalidad: el yo, el ello y el superyó. El ello representante de las pulsiones de la personalidad, el superyó es la autoridad moral gobernante del yo, este último como instancia central y mediadora, estas instancias se relacionarán en el ámbito del inconsciente, consciente y pre-consciente.

En los años precedentes, la esperanza depositada en el positivismo basada en el dualismo tuvo mucho que ver con Freud y su interpretación familiar de los hechos sociales, en un mundo marcado por movimientos científicos y teorías que todo lo engloban siendo totalizadoras y tranquilizantes ante el avance científico en un marco artificial de progreso. Las concepciones de deseo y relación no debían rondar muy lejos de las propuestas por Freud. Pero con la recaída de la “esperanza” en dicho progreso, por una realidad que no lo demostraba y que culminó en el trauma de regímenes fascistas, toda esa conmoción provocó un cambio de paradigma por la desestructuración de las bases del mismo. En respuesta en 1972 se publica el Anti-Edipo de Deleuze y Guattarí, incitándonos a ir más allá de las concepciones Freudianas, como despliegue de una perspectiva post marxista y post mayo del 68’que critica los dogmas psicoanalíticos y no como nueva referencia teórica que todo lo abarca, luchando con el fascismo que supo manipular el deseo de las masas y con el fascismo interno en cada uno.

La primera gran diferencia radicada en el inconsciente es la concepción de deseo, Deleuze y Guattarí desabstraen el concepto de deseo a formas de reproducción en actos sencillos, condicionados por un entorno productor de ese deseo, el entorno entonces es quien determina ese deseo concreto. No deseo una cosa en particular, sino que deseo el paisaje que rodea ese objeto y que lo significa, si al obtener dicho objeto, su entorno significante no es el esperado, entonces mi deseo se verá insatisfecho. Entonces se une el concepto de deseo con el de contexto, no se desea el objeto separado del mundo, sino que se lo desea por como encaje en nuestro contexto, creamos una perspectiva de lo que

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