Narcisismo, Escultor De Falsas Personalidades

Nos encontrábamos en una librería con un grupo de amigos y vimos casualmente una mitología que nos llamó la atención, esta se titulaba “El hermoso narciso”. Lo leímos a toda prisa y muchas interrogantes salían de nuestra cabeza. Poco tiempo después nos volvimos a reunir y nos preguntamos sobre la obsesión que tienen las personas de estar pendientes en su imagen física y su vanidad ¿Acaso este trastorno afecta mucho su vida familia? ¿por qué estas personas no están conformes con lo que tienen? ¿a qué se debe el comportamiento de las personas que lo tienen?

Cuando nos surgieron estas interrogantes, empezamos la tarea de realizar una pequeña investigación, en la que nos dimos cuenta que varios factores sociales y el entorno familiar tienen mucho que ver para que la persona desarrolle aquella conducta. En la actualidad los cánones de belleza que nos ha impuesto la publicidad generan que cada vez haya trastornos de diferentes tipos, cuyo fin es convencernos de que somos los mejores, la belleza exterior es lo único importantes o somos únicos y mejores que todos.

Pero, entonces ¿qué es el narcisismo? Para la Real Academia Española es una excesiva complacencia en la consideración de las propias facultades u obras.

Algunos psicólogos determinan este tipo de trastorno de la personalidad, que se nos ha impuesto en los últimos tiempos como una patología que exige un diagnóstico diferencial, asociados al mismo.

Con todo esto ustedes se preguntarán ¿cómo se relacionan los narcisistas con los demás? Quienes se relacionan con sujetos que presentan este trastorno es típico que lleguen a una frialdad emocional como también a una falta de interés recíproco.

Las características más comunes que representa este trastorno es que experimenta un grandioso sentido de autoimportancia, se preocupa por fantasías de éxito ilimitado, poder, brillantez, belleza y amor imaginarios; frecuentemente envidia a los demás y cree que los demás lo envidian a él; presenta comportamientos o actitudes arrogantes y soberbias; reacciona a las críticas con rabia, vergüenza o humillación.

Y entonces, ¿el narcisismo nos podría ayudar a definir la formación de identidad se nuestro ser? No, porque desde el punto de vista clínico este es un trastorno psicológico que afecta las conductas y comportamientos sociales en donde las personas que lo padecen, ven afectadas sus conductas y comportamientos sociales, de tal forma que estos creen que son algún “modelo ideal” de seguir. Aquí es apropiado hablar del narcisista como tal, pero sin dejar de lado al ser humano que es poseedor de esencia, y que nuestro fin no es encasillarlo y siempre clasificarlo como vanidoso, arrogante y egocentrista.

Como personas, vemos a los que nos rodean, nos comparamos con ellos, y nos surge el afán de crearnos o de buscar nuestra propia identidad. Es entonces cuando decimos que la identidad es una necesidad afectiva, cognitiva, y decisiva, siendo esta como nuestra huella personal. Es el resumen de todo lo que hemos vivido, tiene relación directa con nuestra historia vivida, que es influenciada por el medio en que nos desenvolvemos.

Esta no sería el único tema a tratar, la psicología puede dar muchas respuestas más sobre esta personalidad desde sus diversos enfoques, pero el que tocaremos principalmente será el de Freud

La tesis de Freud descansa sobre tres proposiciones básicas: El narcisismo es una catectización libidinal de uno mismo, un amor a sí mismo, pero en segundo lugar, dicha catectización pasa necesariamente en el hombre por una catectización libidinal del yo, y tercera, esta misma es inseparable de la constitución misma del yo humano.

Para Freud existen dos tipos de narcisismo, el primario y el secundario. En el primero es el momento en que el niño se toma como si mismo un objeto de amor antes de elegir objetos externos. Todo su

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