Necesidades Basicas Del Niño Infatil
070119972629 de Octubre de 2013
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Necesidades infantiles: la higiene
Educación infantil. Autonomía personal. Salud. Ciencias de la salud. Higiene. Higiene personal. Higiene ambiental. Aseo corporal. Baño. Medidas de aseo en los bebés
TEMA 5: NECESIDADES BÁSICAS: LA HIGIENE
Higiene como necesidad básica
Higiene: estudia las condiciones y los factores personales o ambientales que influyen el la salud física y mental que favorecen la aparición y la difusión de las enfermedades.
En la escuela infantil es importante fomentar la higiene, ya que ésta es esencial en los niños para defender su cuerpo ante posibles infecciones.
La higiene se puede clasificar en dos categorías:
Higiene personal: medidas encaminadas a la conservación de la integridad de las diversas funciones del organismo y de la mejora y el incremento de la salud. Forma parte de las costumbres de cada cultura e incluye aspectos diferentes, entre ellos el aseo corporal y elarreglo personal.
Higiene ambiental: se basa en que los espacios, los materiales y el ambiente donde se desarrollen las actividades del niño dispongan de las condiciones higiénicas adecuadas.
Adquisición de hábitos en la higiene
Pasa por 3 fases:
Fase pasiva: la persona adulta realiza las actividades de la higiene del bebé.
Fase de colaboración: el niño empieza a participar de su propio aseo. En los primeros períodos será la persona adulta la que realice el aseo ayudada por el niño; más adelante será éste quien lo realice y el adulto se limitará a prestar una simple ayuda.
Fase activa: independencia progresiva de las maniobras de aseo personal por parte del niño, aunque al comienzo todavía bajo una prudente y simple vigilancia por parte de la persona adulta.
Aseo corporal
Los principales responsables del aseo corporal de los niños son las propias familias, sobre todo en los primeros meses.
El educador infantil se va a ocupar más directamente de trabajar aspectos cotidianos del aseo acondicionándolos a su conversión en hábitos.
Las tareas del educador abarcan desde los bebés a los que hay que cambiar pañales hasta niños de 6 años que ya deben tener asimilados en parte o completamente muchos de los hábitos higiénicos.
El aseo corporal se va a dividir en:
Cuidados específicos del bebé y aseo personal.
Cuidados específicos del bebé
La higiene en los primeros meses de vida es esencial ya que el bebé no ha desarrollado su sistema inmunológico.
Habitáculos, mobiliario, materiales y juguetes han de ser lavados y desinfectados, debiendo tener especial precaución con el polvo y la humedad por ser origen de diversos focos infecciosos.
Antes de iniciar cualquier actuación destinada a la higiene del bebé hay que lavarse bien las manos con agua y jabón.
Baño
Es una de las responsabilidades de la familia aunque puede ser responsabilidad del educador en centros de acogida o residencias.
El baño se debe considerar una norma de obligado cumplimiento diario.
Una higiene adecuada constituye la mejor garantía contra las posibles infecciones o irritaciones en su piel.
La piel del bebé (sobre todo en los primeros meses) es muy frágil y sensible.
Se debe bañar al niño cada día a la misma hora para que forme parte de su rutina.
Si el niño es inquieto, mejor bañarlo por la noche, porque el agua tibia, la relajación y tranquilidad que le producirá el baño le ayudará a dormir.
La temperatura de la habitación debe estar entre 21 y 24ºC para un recién nacido, y de 20-22ºC a partir de las 6 semanas) y asegurarse de que no haya corrientes de aire.
La temperatura del agua debe ser templada (entre 32 y 36ºC) y nunca sobrepasar la temperatura corporal de 37ºC.
Siempre se debe lavar al niño de arriba abajo, echándole agua por la cabeza, y por todo el cuerpo, utilizando la esponja o las manos. El cabello se debe lavar en el proceso de baño, también diariamente hasta los 2 años, utilizando un champú infantil y sin meter la cabeza dentro del agua.
No se debe prolongar el baño más de tres o cuatro minutos.
Es fundamental que se le cubra la cabeza, porque es esta región del cuerpo por donde los bebés pierden la mayor parte de su calor corporal, y sobre todo los pliegues para prevenir las escoceduras y los hongos.
El secado debe hacerse sin frotar al bebé, dándole solo ligeros golpecitos con la toalla por todo el cuerpo para evitar así irritarle la piel.
Un vez secado se le debe aplicar una crema hidratante infantil.
A continuación se ha de vestir para que no se enfríe y aprovechar para acicalarle.
El baño se convierte en un momento placentero y que a la vez acrecienta la comunicación afectiva niño-adulto.
Acicalado
Cuidar aquellas zonas que requieren una higiene específica: peinado, cuidado de los ojos y oídos y cuidado de las uñas.
El cepillo es imprescindible para mantener su pelo limpio y evitar que le salga la costra láctea o granitos en el cuero cabelludo.
Para limpiar los oídos se utilizará una tela suave, una gasa o una toallita húmeda, y se limpiarán los pabellones exteriores y también la parte de detrás de las orejas donde se acumula suciedad, en ningún caso se hurgará con bastoncillos de algodón en el interior del oído.
Los ojos se limpiarán de la nariz hacia fuera secándolos posteriormente. Los restos de mucosidad, se retirarán utilizando una toallita o gasa húmeda.
La boca requiere su limpieza particular, y es conveniente pasarle una gasa después de comer y antes de acostarle. Se debe evitar acostarle con el biberón para evitar la caries de biberón.
Es importante que los bebés lleven las uñas cortas, ya que sino es fácil que se arañen la cara. Se deben utilizar unas tijeras de punto roma y seguir la línea natural de la uña. Las uñas de los pies conviene cortarlas en línea recta.
En principio es aconsejable cambiar el pañal antes de acostarse y al levantarse, y también cuando tenga la certeza de que está sucio, que normalmente coincide después de cada toma.
Es conveniente cambiarle cuando esté intranquilo o molesto.
A medida que el bebé crezca disminuirá la frecuencia de sus deposiciones, y por lo tanto la necesidad de cambiarle.
En la escuela infantil, los elementos necesarios para el cambio de pañal los suministran los padres.
Los cambios de pañales deben hacerse en un único lugar de la habitación, siendo aconsejable que esté separada del aula.
Estas estancias pueden ser contiguas y es conveniente que la separación sea en forma de mampara o gran ventanal por donde se pueda ver lo que ocurre en clase.
Esta sala ha de estar revestida de algún material lavable y desinfectable.
La limpieza de la zona genital y los esfínteres anal y uretral ha de ser muy cuidadosa, y se ha de realizar de forma diferente según se trata de un niño o una niña.
En la niñas: la limpieza ha de realizarse siempre de delante hacia atrás (de la vagina al ano) y no al revés para evitar extender bacterias de los intestinos a la vejiga o a la vagina, evitando así posibles infecciones.
En los niños: desde los muslos hacia el pene, teniendo especial esmero en los testículos, ya que dada su rugosidad pueden quedar restos de orina o heces.
Cuando el bebé ya está limpio es necesario secar la zona afectada, especialmente la zona de los pliegues, asegurándose de que queden bien secos. A continuación se aplica crema protectora en toda la zona. No es recomendable el uso de los polvos de talco.
En los bebés son muy frecuentes las irritaciones y las escoceduras en la zona del pañal, esto es debido a que la piel del bebé es muy delicada y también al efecto corrosivo de las deposiciones.
El momento del cambio del pañal es también una ocasión que el educador puede aprovechar para potenciar el desarrollo de ciertas capacidades, tanto de tipo afectivo(a través de la sonrisa y el contacto), como motriz (se estimula al bebé a moverse y a dar patadas), del lenguaje (comunicación mediante el habla con el bebé, balbuceos), o sensoriales (sensación de bienestar).
Desvestido y vestido del bebé
Temperatura de la habitación(entre 21 y 24ºC para un recién nacido y de 20-22ºC a partir de las 6 semanas)
Se le debe hablar mientras se le está vistiendo. Se puede practicar de paso los ejercicios de pierna que fortalecen los músculos del bebé.
Medidas de aseo en los niños
Baño, ducha y aseo de la piel.
La piel es una de las primeras barreras del organismo para defenderse de las agresiones del medio, además, es un órgano de relación porque en ella está el sentido del tacto.
La piel del recién nacido es muy frágil y madura con el tiempo hasta los 8-9 años.
La capa superficial es muy fina para construir una barrera eficaz contra los agentes externos, por lo que es extremadamente sensible. Su ph cutáneo es neutro y se va haciendo ácido progresivamente.
Por ello, en la limpieza corporal del niño se utiliza el agua y los jabones neutros o cremas, según la piel sea grasa o seca. Ambos disuelven o arrastran la suciedad, limpiando la epidermis de sustancias extrañas o perjudiciales.
Cuando el niño se empiece a mantener sentado, se podrá pasar a bañarlo en una bañera grande, el baño en estos momentos se convierte en un momento de juego que se puede aprovechar para darles una esponja e incentivarles a que se vaya lavando él solo.
En ningún caso se deberá dejar al niño solo en la bañera.
Alrededor de los 4 años, el baño puede
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