Neuroeducación En Preescolar
elprofeprado31 de Agosto de 2012
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La educadora y su papel trascendental en el desarrollo neurológico de sus alumnos.
Mtro. José Jorge Prado Mendoza
Instituto de Estudios Superiores de Educación Normal
“Gral. Lázaro Cárdenas del Río”
Cd. Lerdo, Durango, México.
Hablar del papel de la educadora o del educador de niños preescolares en nuestros días resulta una necesidad imperiosa para quien escribe.
En los últimos años he tenido la oportunidad de dialogar muy de cerca con este selecto grupo de maestras y maestros mexicanos, desde Ciudad Juárez hasta Michoacán, particularmente con quienes comparto el espacio cotidianamente en la Comarca Lagunera.
He observado con atención el entusiasmo y las ganas interminables que poseen en su búsqueda cotidiana por informarse, por actualizarse en aquellas dimensiones del conocimiento de lo humano que les permita ser mejores personas, mejores educadores, porque de ello depende, como bien han señalado, el desarrollo de todo el potencial que existe en sus niños.
Un tema en particular que ha despertado el interés de mis colegas dedicados a la educación de los más pequeños es el de la implicación de las neurociencias en el terreno del aprendizaje y la enseñanza en este nivel.
Los diálogos que hemos iniciado nos han permitido reconocer la importancia del conocimiento que sobre las funciones y el desarrollo neurológico debe contar aquel cuya misión sea educar el pensamiento de sus alumnos a través de la adecuada estimulación de las capacidades cerebrales.
En este sentido hemos escudriñado los avances en el tema, específicamente los estudios que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha impulsado en el plano internacional. En ellos se reconoce que los educadores somos afortunados al ser testigos del desarrollo acelerado de la ciencia del cerebro y en la comprensión del aprendizaje humano.
Reconocemos además que la ciencia del aprendizaje, que es una rama de la psicología humana, aún está en sus inicios. Contundentemente se afirma que no entendemos suficientemente bien cómo los niños y los adultos aprenden como para atrevernos a garantizar la educación o la capacitación.
La educación por tanto, alude la OCDE, es una disciplina precientífica, basada en la psicología para su fundamentación teórica. En la última década se explora la posibilidad de que la NEUROCIENCIA CONGNOSCITIVA se convierta en la base sólida para el entendimiento del aprendizaje. Tal es el caso de la experiencia en los Estados Unidos de Norteamérica en donde, desde las iniciativas Clinton, la Universidad de Harvard ha volcado buena parte de sus esfuerzos en ahondar en este terreno.
Los educadores del mundo debemos cuestionarnos en los siguientes términos, ¿Será que la educación tradicional, tal como la conocemos, ofende de manera inevitable a uno de cada seis alumnos?, ¿será que el modelo de educación en el salón de clase no es “amistoso para el cerebro”?, ¿en qué formas posibilitamos el desarrollo de las funciones cerebrales en los niños del preescolar?
Las neurociencias nos han demostrado algunos hechos que como profesores no podemos pasar por alto:
1. Cualquier niño, aún con algún daño neurológico es capaz de aprender si recibe la intervención educativa adecuada sobre todo en los primeros años, en pocas palabras “genética no es destino”.
2. Es la calidad del contexto y de la interacción con las personas que rodean al niño, está la clave del desarrollo neurológico temprano.
3. El estrés que generan algunos contextos es capaz de deteriorar de manera importante las conexiones sinápticas responsables de algunos procesos del pensamiento.
4. El principal alimento del cerebro es la “actividad”, los espacios
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