¿POR QUÉ BUSCAR UN SENTIDO A LA VIDA?

¿POR QUÉ BUSCAR UN SENTIDO A LA VIDA?

“La búsqueda de un sentido a la vida dota de significado lo qué ES y HACE un ser humano en el transcurrir de ésta y evita sentir la sensación de una existencia inútil y vacía”.

Los seres humanos para suplir su necesidad de autorrealización requieren saber quiénes quieren ser, qué quieren hacer y hacia dónde dirigir su vida, en definitiva buscar y encontrarle un sentido. De hecho, el proceso de indagar sobre el propósito que se quiere lograr o la misión que se desea cumplir, permite darle valor a la vida personal y estar conscientes del “Para qué” de la misma.

Dotar de significado a todo lo que se “ES” y se “HACE”, posibilita construir un proyecto de vida claro y verdadero, basado en la definición de un conjunto de actividades y metas que reflejan un rumbo encaminado a la real satisfacción personal, que a su vez, provoca el sentimiento de felicidad que es posible cuando se vive plenamente.

Realmente la pregunta sobre cuál es el sentido de la vida es correcto y adecuado hacerlo desde que se es muy joven, pues permite visionar con claridad a dónde se quiere llegar. De esta manera, forjar un camino en el que cada meta representa una motivación para seguir siempre adelante a pesar de cualquier dificultad.

No obstante, buscarle un sentido a la vida no es en muchas ocasiones un proceso fácil, pues para esto es necesario tener un alto grado de autoanálisis y conocimiento de sí mismo que posibilite un total reconocimiento de las capacidades, habilidades, fortalezas, así como los miedos, las inseguridades y las debilidades que obstaculizan alcanzar lo que se desea “SER” y “HACER”. Lo anterior dado que una de las formas de dotar de sentido a la vida es dar lo mejor de sí mismo a los demás y eso requiere saber con claridad qué es lo que cada persona puede brindar a los otros, para qué es bueno en la vida y por qué puede ser recordado cuando deje de vivir.

Otra de las maneras de dotar de significado la existencia es la construcción de “vínculos de calidad”, es decir aquellos que ayudan a crecer, desarrollarse, mejorar y expresar lo que se es y se siente sin miedo a hacerlo. Son aquellos vínculos que no destruyen, sino que cooperan positivamente a la edificación y fortalecimiento de la personalidad y estimulan a seguir adelante a pesar de los obstáculos.

Es precisamente aquí, en la creación de vínculos de calidad, asi como en otros momentos de la vida, donde es realmente importante el proceso de cerrar círculos. En efecto, en algunas circunstancias las personas crean vínculos destructivos con cosas de un pasado que es necesario dejar atrás y que no representan por ende vínculos de calidad. Se apegan al recuerdo de un individuo, de una situación o de cualquier otra cosa que no les causó felicidad, ni satisfacción y aún así pasan sus días pensando en por qué pasó, o quién tuvo la culpa de lo sucedido. De esta forma, desperdician un tiempo valioso que podría ser aprovechado en la construcción de su presente.

Por otra parte, generar compromisos individuales para el cumplimiento de objetivos, también dota de sentido a la vida. Lo anterior, porque se encamina la voluntad, como fuerza que orienta al logro de un fin, hacia la realización de actividades que por difíciles que sean, serán ejecutadas por la motivación que origina el compromiso establecido y de esa manera cada acción que se emprende en pro de éste se torna útil y significativa.

Finalmente, la vida se hace fructífera, funcional y valiosa en la medida en que se le encuentre un sentido, es decir algo que determine la misión de cada individuo, que oriente su proyecto de vida y que le haga sentir a cada ser humano la felicidad de vivir y la gran satisfacción personal que genera el haber cumplido sus reales objetivos vitales. Por esto, las personas que encuentran el sentido a

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