ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Paola Gutkowski: En este Seminario de “Conceptos psicoanalíticos”


Enviado por   •  21 de Octubre de 2017  •  Monografías  •  11.623 Palabras (47 Páginas)  •  212 Visitas

Página 1 de 47

Paola Gutkowski: En este Seminario de “Conceptos psicoanalíticos” va a presentar Pablo Peusner y el título de la presentación que él propuso es: “Pertinencia del término “immixtion” en la definición del sujeto, tal como se lo entiende en el marco de una ética propia del psicoanálisis”. Y como habrán recibido en el mail, el acento que propone Pablo dentro del título es, especialmente, en la cuestión de “sujeto”.

Pablo Peusner: Gracias por la presentación. La idea del título me surgió cuando estaba pensando en el riesgo de que se entendiera que yo iba a hablar sobre la “immixing”, o la “immixtion”. Entonces, me pareció piola retomar una idea que planteó el año pasado Alfredo, en donde consideraba sumamente pertinente utilizar el concepto de “sujeto” definido a partir de este término, que era un término bastante sospechoso y nuevo para muchos de nosotros. Con lo cual, si hay un concepto en juego en mi pequeña intervención de hoy, el concepto es el de “sujeto”. Bajo esa línea yo me inscribo en la serie de los conceptos que se están abordando en este seminario.

En principio les aviso: hoy no va a haber sorpresas como la semana pasada, no va a haber revoluciones de ningún tipo. Solamente les voy a contar la historia de mi encuentro con este problema, así que ya se pueden quedar tranquilos. Con lo cual, si yo tuviera que decir qué ti

po de intervención va a ser –si va a ser una conferencia, si va a ser una intervención, una alocución-, yo diría que esto va a ser el backstage de mi encuentro con este problema. O sea, lo que vamos a ver, es el “fuera de cámara” de cómo yo me encontré con este problema.

Entonces, la cuestión es así: lo primero que pasó, fue que en agosto del año pasado, en la revista Acheronta, por todos muy conocida, se publica la conferencia de Baltimore. Vamos a llamar directamente, a la conferencia que incluye en su título el término “immixtion” - que es la conferencia que Lacan da el 21 de octubre del ’66 en E.E.U.U.-, “La conferencia de Baltimore”.

Obviamente, como cada vez que aparece una traducción de Lacan que uno no conoce mucho, la leí apasionadamente, sorprendido porque aparecía en el título esa palabra, que en  castellano ya estaba traducida. Pero como estaban los títulos originales también, quedé muy sorprendido, porque esa palabra aparecía en el título, pero no aparecía para nada en toda la conferencia.

Si ustedes la leyeron se van a dar cuenta  que esa palabra no retorna -bajo esa misma palabra- nunca en la conferencia. Lo que no quiere decir que Lacan no hable de eso porque ya superamos el momento de pensar que la repetición es a la letra. Lacan habló de eso pero bajo otra forma. Con lo cual, lo que me llevó a pensar ese problema es que probablemente todo lo que Lacan quería decir acerca de esa palabra estaba dicho en el título de esa conferencia. No estaba en la Conferencia, sino que con el título sobraba. Entonces le dediqué especial atención al título.

Esto fue en agosto. Alfredo, pocos días después, empezó a jorobar con la “immixtion” –yo lamento que Alfredo no esté hoy, pero me avisó que no venía. Poco tiempo después, en octubre, Alfredo empezó a hacer hincapié... Vieron cómo es esto: cada vez que se publica algo, todo el mundo empieza a hablar de eso. Lo hemos vivido con los últimos seminarios de Lacan que se han publicado. Y, en lo que para mí era la clase sexta del curso de Alfredo, él propone algo fuerte en relación con la pertinencia. Él dice que es sumamente pertinente o totalmente pertinente ese término para definir al sujeto. Después vamos a retomar la cita.

Eso fue en octubre. En noviembre, Paola presenta un caso sumamente paradigmático en Apertura, al cual fui invitado a hacer el comentario en el que incluí clínicamente esa palabra para decir algo que no me acuerdo qué era. No lo pude reconstruir, la grabación no está, se perdió todo el material, con lo cual, nunca voy a saber qué dije. Pero la cuestión es que nos quedamos muy efervescentes esa noche.

Un mes después, en la segunda vuelta del caso, yo tenía algo preparado para decir y no lo pude decir. O sea, la discusión se disparó para otro lado, fue muy interesante, pero totalmente en otra dirección. Yo, muy enojado conmigo mismo, porque no fui capaz de interrumpir para decir lo que tenía para decir, me fui a mi casa, y esa noche, de un tirón, escribo un texto que les envío a todos ustedes por la red nuestra[1]. Y al día siguiente, Michel Sauval, me propone publicarlo en la revista Acheronta –en la 14-, a lo cual yo le dije que sí. Vieron cómo es esto: uno escribe poco, y cuando escribe algo y alguien le da un valor... Acheronta es una revista que se lee mucho, le dije que sí. Esa Acheronta salió tarde, hacia fines de diciembre. Apertura no estaba funcionando, si bien todos habían recibido el texto antes y, como pasa habitualmente, salvo una persona que hizo un elogio del texto, nadie me dijo nunca nada. Yo no espero elogios, lo que esperaba era que alguien me dijera: “está bien”, “está mal”, “estoy de acuerdo”, “no estoy de acuerdo”, “tiene este error”. Entonces como nadie dijo nunca nada, yo voy a discutir conmigo mismo en ese texto. O sea, yo voy a ser quien objete y discuta contra mí mismo en lo que puse en el texto.

Así que parte de mi backstage de hoy va a estar con relación a mi propia posición y parte en relación con algo que Alfredo planteó el año pasado.

En el curso de ética del 25 de octubre –es la clase 7 si vos incluís la alocución de Cuasnicú como una clase. Como muchos de nosotros numeramos la conferencia de Cuasnicú...

Irene Eizykovics: Yo la leí esta tarde, y está desgrabada como clase 6.

P.G.: ¿Te coincide la fecha?

I.E.: Sí. Y habla del término “immixtion”, por eso hago la acotación.

P.P.: En esa clase, les voy a recordar –no sé si todos han tenido ocasión de leerla en estos días-, Alfredo relevó las definiciones posibles de sujeto, con el diccionario de María Moliner. Encontró 7, de las cuales justamente la última, la poco usual, es “asunto”. Y propuso una octava definición[2], que dijo que era más bien tomada de Freud, que es: “efecto sujeto”, y una acepción que él decía que es más específicamente lacaniana –ahí cuenta que se acababa de publicar, dos meses antes, la conferencia de Baltimore. Y, si ustedes tienen el texto, dice: “Lic. Pablo Peusner: inaudible”. Todo lo “inaudible” que dice ahí es lo que yo voy a decir hoy. Todo lo que voy a decir hoy es lo “inaudible”, que yo les juro que esa noche lo dije, pero no se pudo grabar. Estos son los trucos que vamos a empezar a hacer con los “inaudibles”, hasta que algún día desaparezcan cuando nos compremos el micrófono.

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (68.6 Kb)   pdf (335.7 Kb)   docx (43.5 Kb)  
Leer 46 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com