Personalidad Madura

Personalidad madura   

Para explicar lo que es una personalidad madura intervienen varios términos como mente sana y normalidad, que significa《autodominio, responsabilidad personal, responsabilidad social, interés social democrático, ideales》, (Shoben, 1957). Lo cual lo conduce a destacar en la madurez el aspecto de seriedad, por otro lado, esto también conlleva a otro terminó que integra a la personalidad madura que son los ideales  (forma de ser o llegar a ser).

Una característica de las personas maduras es tener la capacidad de percibir correctamente al mundo y  así mismo, dándole así  sentido a la identidad (¿quién soy yo?), Según  Carl Rogers (1959), existen dos términos para explicarlo, un sí mismo ideal y un sí mismo real pero hay una discrepancia entre ambos, y utilizó el término incongruencia para eso, que se trata de desear ser  el sí mismo ideal mientras el sí mismo real es reprimido. El sentido de sí mismo se extiende junto con la experiencia de la persona, durante la adolescencia el muchacho se pregunta constantemente quien es él y que es lo adecuado para su vida, a su vez, se manifiestan los amoríos en donde se establece una conexión entre el individuo y otro sujeto de manera que se extienden los límites de sí mismo, el joven desarrolla intereses propios y es participe de actividades (G. Allport, 1965) menciona que si nuestro aficiones no entran en la esfera del proprium, no podemos decir que somos personalidades maduras. Dentro de la relación emocional con otras personas el sujeto no pretende dominar a los demás y desarrolla su identidad propia. Algunos psicoanalistas asimilan la madurez con la genitalidad y la señalan como principal signo de personalidad sana. Según Erikson (1950) cuando la persona ha desarrollado un sentimiento de identidad durante la adolescencia está preparado para fusionar su identidad con la de otros, en el momento que este resuelve las demandas es cuando desarrolla un sentido ético que caracteriza la adultez y en ese momento se da la verdadera genitalidad.

El control en la integración de aspectos motivacionales como: los impulsos y las necesidades con los estados afectivos, sumadas al pensamiento y a la voluntad, hacen que una persona pueda reaccionar de manera moderada y estable ante los distintos estímulos. Según (Maslow, 1972), la madurez se asocia a la idea de hombre autorrealizado que resuelve sus conflictos y se acepta a sí mismo (en su vocación y destino). Los individuos sanos son emocionalmente seguros se aceptan así mismo y tienen una elevada autoestima.

Las personas maduras no necesitan crear un mundo de fantasía, sino vivir en “el mundo real”. Uno de los requisitos más básicos de la madurez es mantener el contacto con la realidad (Allport, 1977). Son solucionadores de problemas y han desarrollado las habilidades apropiadas para completar sus tareas y labor asignados. Más aún, su trabajo no es una carga para ellos, es una responsabilidad cuyo desafío puede ser aceptado sin sentir autocompasión. "Una vida debe tener por deseo esencial un conocimiento de si mismo tan complejo que, una vez alcanzado sea ya inalterable"  (Fierro, 2005) , todo individuo es de 3 modos tal como realmente es, tal como el cree que es y tal como los otros creen que es, las personas que tiene conocimiento de sus fallas son menos propensas a proyectarlas en otras personas y poseen un elevado sentido del humor que no es nada más que la capacidad de reírse de lo que ama. "La existencia humana se desliza en un mundo donde cada acontecimiento suscita ecos y repercusiones de índole espiritual" (Pièrola, 2003), esta filosofía unificadora de la vida está compuesta de 3 elementos: dirección, orientación a valores y conciencia genérica de los cuales están ligadas a la motivación y si el individuo no las tiene se siente solo ya que le falta un objetivo en la vida por lo que puede desembocar en problemas más graves a futuro. Cada vez que un individuo siente inconformidad consigo mismo puede buscar ayuda en los consejos, psicoterapias o psicoanálisis. Cada uno de estos tratamientos tienen su propio objetivo, pero coinciden en un mismo punto: fortalecer la experiencia de bienestar en el sujeto. “(…) El bienestar únicamente puede experimentarse por contraste con el sufrimiento” (Allport, 1985); es cierto que para alcanzar la madurez personal se debe pasar por un momento de crisis, pero no tanto que no pueda ser superado; pues el hombre busca en la madurez el crecimiento y desarrollo continuo de su personalidad.

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