Perspectiva Psicoanalitica

Perspectiva psicoanalítica

Universidad UNIACC

Desarrollo

1. Tres conceptos psicoanalíticos

Los conceptos psicoanalíticos que a continuación se describen se basan en la película “Un método peligroso”, desde el minuto 17:53 hasta el minuto 21:05.

Antes de que Freud hiciera sus aportes en ese campo, la sexualidad se concebía como un asunto propio de los adultos y ligada a los genitales y la reproducción. Sin embargo, posteriormente Freud, plantea que la sexualidad comienza a formarse desde la infancia, y que el ser humano experimenta la sexualidad de forma muy distinta a los demás animales, ya que el instinto reproductivo no es el fin principal de nuestra sexualidad, sino que la búsqueda del placer y no solamente desde nuestro genitales. Aquí es donde nace el concepto de zonas erógenas y Freud nos habla de las distintas etapas de la infancia donde se comienza a vivir la sexualidad, tales como la etapa oral o anal, donde el placer sexual se experimenta también en otros lugares del cuerpo y, a partir de éste, comienza a concluir que instinto sexual no es la denominación correcta para hablar de este concepto y asimila el término libido , que hace referencia a las pulsiones sexuales en el ser humano.

En la escena de la película, ante la consulta del terapeuta sobre cuándo fue la primera vez que su padre le pegó y qué sintió en ese momento, la paciente relata el hecho, señala que le gustó, sintió excitación sexual y que desde ahí en adelante cualquier forma de amenaza o humillación la lleva a ese estado, necesitando inmediatamente satisfacer su deseo sexual.

Freud retoma el vocablo “Libido” y lo re-define designando mediante él la manifestación de la pulsión sexual en la vida psíquica, la que se caracteriza por remontarse a la infancia y trascendería el propio acto sexual, la función biológico reproductiva de ésta, operando como causalidad psíquica.

Existiría un orden libidinal inconsciente presente desde el nacimiento en los seres humanos, normalmente reprimido y repudiado, lo que produciría síntomas y explicaría trastornos.

Esto es justamente lo que podemos observar en la escena. La mujer siente rechazo hacia la manifestación o representación de su libido y señala “No tengo remedio. Soy vil y sucia y corrupta. No deberían dejarme salir de aquí jamás”

A partir de su temprana experiencia con el castigo paterno, ella no es consciente del por qué, pero inevitablemente experimenta una pulsión sexual, la que al ser juzgada e ineficazmente reprimida, produce los síntomas de orden psíquico y físico.

¿Cómo es posible que una niña de 4 años sin mediar consciencia alguna sienta placer al recibir golpes por parte del padre? Freud habla sobre una supuesta unificación entre vida sexual normal, perversión y neurosis, así como de una “disposición perversa polimorfa, a partir de la cual se desarrollan las diversas formas de la vida sexual bajo la influencia de los acontecimientos de la vida” (UNIACC, 2013), es decir, la tendencia o probabilidad de ocurrencia de estos hechos, sería propio de la naturaleza humana.

La pulsión de vida en la escena, estaría representada por la búsqueda del placer por parte de la paciente. Ella necesita permanentemente satisfacerse (“tocarse”) cada vez que una situación violenta o humillante la excita sexualmente.

La pulsión de muerte estaría representado por el hecho que le produce a la paciente la excitación sexual: la violencia física o verbal, la humillación.

Podríamos así observar en el caso de la paciente por lo menos estas dos fuerzas en pugna, pulsión de vida y muerte en un constante e inevitable devenir que produce simultáneamente espanto y placer en la paciente, lo que la lleva a estar en el estado

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