Psiquismo en el enfoque transpersonal

El yo como centro unificador no debe ser solo psicológico si no espiritual, porque no podría ser ajeno a nuestra personalidad cual debe coincidir con nuestro verdadero ser interior, se usa muchas veces, la palabra YO, pero todos sabemos que esta palabra no es más que un pronombre así usándola quedamos vulnerables a nuestra seguridad, de una noción evidente y elemental convirtiéndose, en sentido confuso de un gran misterio.

En muchas ocasiones no podemos tener un claro sentido de nuestra identidad personal, pero cambiamos constantemente nuestro Yo del día anterior, y eso nos hace no reconocernos a nosotros mismos, teniendo un abismo entre nosotros y los demás, sintiéndonos muy mal, solos, pero sin detenernos a pensar que nuestra falta de éxito se debe a varias razones, porque, no investigamos lo que es el YO, así quedándonos completamente frustrados sin tener respuesta y solo aceptar una negación.

Las opiniones y tendencias que recibimos del medio ambiente se enmascaran como si fueran nuestras, dudando y rechazando frecuentemente nuestras más íntimas intuiciones, teniendo instintos, pasiones y hábitos que tratamos de controlar, sin resistir nuestros esfuerzos así terminan escapando de nuestro alcance, escondiéndose en nuestro subconsciente para actuar de manera sutil o atacar violentamente, en ambos casos terminando derrotados.

En gran medida, nuestros errores y fracasos se pueden deber a una concepción rudimentaria sobre la naturaleza y los poderes de nuestro ser real. Necesitando un conocimiento más preciso de nosotros mismos, así estando para cualquier que desee una vida consciente y valiosa, como amo y no como esclavo de su propio mundo interior.

William James dijo hace algunos años que para la psicología “el alma no está de moda” para justificar se debe dar una prueba de que no existe el Si Mismo Superior. Pero no existe la prueba. Para comprender las diversas manifestaciones de la vida psicológica se debe considerar como la expresión de un ser viviente que se propone a si mismo ciertas metas, sobreponiéndose a las resistencias internas y externas que le impidan llegar a ellas. De lo que somos conscientes es solo lo que llamamos sí- mismos fenoménico, refiriéndose a todos los diferentes estados de consciencia, pensamientos y sentimientos. Siendo así la manifestación de la consciencia ordinaria, el reflejo del YO real que es el principio activo permanente real de nuestro ser.

La identificación de uno mismo con el cuerpo y los sentimientos es innumerable. Identificándonos con las características morales, intelectuales y sociales que representan un aspecto parcial de nosotros mismos.

El padre Gratry, dice en su libro La Connaissance del´ Ame. “El alma trae dentro de sí tesoros ocultos que no se ven, no se sabe nada de ellos. Pero poseemos un “sentido interno” con el que somos capaces de sustraernos del tumulto habitual, de distracciones y pasiones,

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