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RE-PENSAR AL ADOLESCENTE DE HOY Y RE-CREAR LA ESCUELA


Enviado por   •  15 de Diciembre de 2013  •  2.270 Palabras (10 Páginas)  •  816 Visitas

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.CERTIFICACIÓN PARA TÉCNICOS Y PROFESIONALES.

Materia : Sujeto de Aprendizaje

Prof. Okssman Leonardo

Alumna: María Angélica Correa

RE-PENSAR AL ADOLESCENTE DE HOY Y RE-CREAR LA ESCUELA

“El día que no haya jóvenes que sueñen se apagarán las estrellas y no habrá más amaneceres para celebrar la vida. Si los jóvenes se acomodan en la mezquindad del egoísmo y del placer, y no son capaces de descubrir que el mundo es una tarea responsable y no un regalo para disfrutar gratuitamente, nunca sabrán de la alegría más honda. La de saberse siempre creadores de ese mundo mejor donde sea posible, un poco más posible, la dignidad y la alegría de todos, el respeto por la vida y la libertad de todos”.

J.C. Labaké

Introducción

Abordar la cuestión de las nuevas problemáticas de los adolescentes en el contexto actual y el acompañamiento que puede realizar la escuela en su formación, demanda situar la cuestión en un marco amplio de problemas que nos permitirán abordar mejor su tratamiento.

Los adolescentes constituyen, por su propia vulnerabilidad, un interesante referente para analizar la sociedad a la que pertenecen, de la cual se constituyen en verdaderos espejos.

En los tiempos posmodernos, los adolescentes y jóvenes encuentran un “eco perfecto”: su propia realidad interna se ve reflejada y emparentada con la realidad externa: una se espeja en la otra. Veamos algunos datos que expresan esta situación:

En el contexto actual, la adolescencia se postula como un modelo social. Por lo tanto, está dejando de ser considerada como una etapa en el desarrollo vital para convertirse en un modo de ser y hacer válido como referencia para el conjunto de la sociedad. La brecha generacional entre padres e hijos se ha acortado. En la mayoría de las situaciones el adolescente no encuentra una imagen claramente diferenciada en sus padres, sino que a menudo descubre en ellos sus mismas dudas y conflictos personales. Muchos padres buscan, incluso, asemejar su imagen a la de los hijos. Los adultos dejan de ser, entonces, un sólido frontón para con-frontar y no dan espacio al adolescente para confirmarse y autoafirmarse.

Existe un fuerte desencuentro entre dos culturas, la adolescente juvenil y la institucional escolar adulta, desencuentro que Esther Díaz expresa de este modo: “Se vive realmente en una escuela moderna que atiende a adolescentes posmodernos”

Este conflicto se evidencia sobre todo en el nivel medio, tal como lo señala Juan Carlos Tedesco: “Hace ya mucho tiempo que los diagnósticos, tanto cualitativos como cuantitativos, han señalado que en la enseñanza media se concentran la mayor densidad de problemas o, desde el punto de vista de las políticas de educación, existe la menor cantidad de soluciones y respuestas”

Como hemos visto, el análisis del tema propuesto presenta muchos frentes, que se entrecruzan conformando una realidad compleja. Entiendo como docente, en principio, que el contacto diario con los adolescentes nos deja dos opciones:

• aproximarnos para comprenderlos, o

• mantener una actitud distante apoyada en una postura defensiva.

Frente a estas alternativas, entendemos que la denuncia permanente de sus actitudes sólo contribuiría a alentar y espejarnos en la actitud hipercrítica del adolescente, y ser víctimas de la cultura reinante. Elijo, por lo tanto, adherir a la primera opción. Acercarnos a ellos, “ir a su encuentro”, nos ayudará a confirmar que es un momento de la vida en el que descubrir un horizonte inmenso de alternativas de realización personal y comunitaria.

A pesar del escepticismo que parece marcar la época actual, siento vivamente y estoy convencida de que la escuela es un espacio donde se pueden estimular cambios en la conducta del adolescente, y que el docente es su principal promotor. Creo que es tiempo de encontrar caminos alternativos de solución. Intento realizar un ensayo basado en la reflexión e inspirado en nuestra tarea cotidiana con adolescentes.

Pretendo comprender y repensar la problemática del adolescente actual, y recrear la escuela desde una revisión de nuestra tarea docente.

Los temas que siguen se organizarán en torno a los siguientes ejes:

1) Describir al adolescente en el contexto actual, su dificultad para encontrarse, convivir con el mundo adulto y construir su proyecto personal de modo comprometido.

2) Analizar la problemática adolescente en la escuela dentro de una jerarquía de valores en cambio.

3) Reconocer la compleja tarea del docente.

Para descubrir al adolescente es necesario pensar en el término Adolescencia proviene de un término latino que significa “crecer”, padecer, “sufrir”, “ir creciendo para convertirse en adulto”. Implica un período de crisis entendido como proceso de cambio a través del cual el joven alcanza la autonomía psicológica y se inserta en el medio social, sin la mediatización de la familia.

I. La Posmodernidad: su escenario... ¿y los horizontes?

Nuestra época, desencantada, se desembaraza de las utopías, reafirma el presente, rescata fragmentos del pasado y no se hace demasiadas ilusiones respecto del futuro. El desencanto no se limita al consumo de lo material, toca al arte, a la fe y a la razón.

La modernidad tuvo su credo: fe en el progreso ilimitado, fe en el capitalismo, fe en la tolerancia democrática y religiosa, fe en la ciencia.

La posmodernidad es algo más que una etapa que sigue a la modernidad. Es una respuesta crítica, desairada, es la expresión de la decepción, un querer renegar, desatenderse de la época anterior. Se impone como un “estilo de vida”. ¿Cuáles son sus rasgos más característicos?

Uno de sus rasgos más distintivos es, sin lugar a dudas, la fugacidad. El tiempo cobra una especial medida y ritmo. Todo es más rápido, todo es descartable, recargable, reciclable, tiende a durar poco tiempo y a cambiar infinitas veces. Hay temor a permanecer. La necesidad del cambio es constante, lo breve e intenso da un ritmo alocado al hombre donde hay que correr, moverse, ir ¿hacia dónde? La inestabilidad es parte del vértigo en el cual está inmerso. Se rinde culto devotísimo al presente, a la cultura del suceso. “Si no aprovecha

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