Salud mental: ¿aliada o enemiga en cuarentena?

    Salud mental: ¿aliada o enemiga en cuarentena?

En primer lugar, cabe mencionar que chile es el segundo país que más ha empeorado su salud mental en pandemia, con un 56% de adultos encuestados confirmándolo. La aparición del coronavirus SARS-CoV-2 provocó un importante desafío para la salud pública. Al mismo tiempo, La sensación de incertidumbre que provoca esta situación, ha perjudicado de manera esencial el estilo y calidad de vida de todos y todas por igual, principalmente en su salud y estado mental.

En lo que se refiere a salud mental, la Constitución de la OMS dice: «La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades.» En otras palabras, es un estado de bienestar en el que la persona realiza sus capacidades y es capaz de hacer frente al estrés normal de la vida, de trabajar de forma productiva y de contribuir a su comunidad.

Por otra parte, en pandemia, la situación cambia de forma abrupta, siendo las personas con menor nivel educacional, los más jóvenes y las mujeres que laboran en el servicio doméstico, los más afectados por este contexto. Luego de la declaración de emergencia en China, un estudio reveló un incremento de las emociones negativas (ansiedad, estrés y depresión) y una disminución de las emociones positivas (felicidad y satisfacción). Esto generó un comportamiento errático entre las personas, ya que, la cuarentena incrementa la posibilidad de problemas psicológicos y mentales, principalmente por el distanciamiento entre las personas. En ausencia de comunicación con los pares, es más probable que los trastornos como la depresión, estrés y/o ansiedad ocurran o empeoren de manera drástica.

Todo lo anterior se origina a partir de factores genéticos, biológicos, físicos y ambientales del individuo. Así, la depresión se define básicamente como un trastorno en el estado anímico de una persona y son 2 las variantes más comunes de este padecimiento: el trastorno depresivo mayor y el trastorno depresivo persistente. El primero se caracteriza por depresión persistente o pérdida de interés en las actividades, así mismo, el segundo se caracteriza por el estado anímico depresivo durante dos años como mínimo, junto con al menos otros dos síntomas de depresión. Algunos ejemplos de síntomas incluyen pérdida de interés en las actividades normales, desesperanza, baja autoestima, inapetencia, falta de energía y falta de concentración. Se ha demostrado a partir de estudios que, aproximadamente el 46.7% de los chilenos ha demostrado un aumento en estos síntomas en cuarentena.

Algo semejante ocurre con otro trastorno, la ansiedad. Esta se caracteriza por la preocupación y miedos intensos, excesivos y continuos ante situaciones cotidianas. Es posible que se produzca taquicardia, respiración agitada, sudoración y sensación de cansancio. Existen de 3 a 4 tipos de este padecimiento, los más conocidos son: el trastorno de ansiedad generalizada, fobia social y el trastorno obsesivo-compulsivo. Generalmente, estos trastornos no necesitan atención médica, siempre y cuando no imposibiliten las actividades diarias del individuo. Así como la depresión, la ansiedad muestra también un importante aumento desde que empezó la crisis sanitaria. Estudio reveló que el 89% de las personas encuestadas dice sufrir de ansiedad, nervios y angustia desde entonces.

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