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Sesiones Penal


Enviado por   •  2 de Julio de 2015  •  3.465 Palabras (14 Páginas)  •  140 Visitas

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SESIÓN

“MI SEGUNDA OPORTUNIDAD”

I. OBJETIVO PARA EL FACILITADOR.

 Crear conciencia acerca del delito que cometieron

 Lograr que incrementen su nivel de autoestima y autonomía.

 Así mismo que lleguen a planificar un proyecto de vida.

II. TIEMPO.

 45 minutos.

III. PROCEDIMIENTO.

a) Saludar a los participantes, manifestándoles el agrado y satisfacción de trabajar con ellos.

b) Se realizara una dinámica sobre presentación, denominada:“ME LLAMO Y MI DELITO ES...”

c) Finalizada la dinámica se leerá una lectura de reflexión titulada. “EL ELEFANTE ENCADENADO”

d) Una vez terminada la lectura se pasara a la reflexión donde se pedirá a los reos que nos comente que mensajes o reflexión nos brinda la lectura.

e) Terminada la reflexión se pasara al desarrollo del taller donde se hablara sobre los siguientes temas: La autoestima, Formas de mejorar la autoestima, Como elaborar un proyecto de superación personal.

f) Terminada el taller se empezara a realizar preguntas o a responder las dudas que tienen, con respecto al tema.

g) Una vez hecha las preguntas, se les brindara una actividad donde será entregada en la siguiente sesión.

h) Concluir enfatizando la importancia sobre lo importante de la conciencia del delito.

ANEXO

DINAMICA.

DINÁMICA DE PRESENTACIÓN

Nombre:

ME LLAMO… Y MI DELITO ES…

PROCEDIMIENTO:

Con el grupo en círculo, la primera persona se presenta diciendo: "Me llamo... y mi delito es...". Se deberá indicar una acción que nos guste hacer (saltar, reír, dormir,...) a la vez que se simula con gestos. Después el compañero de la derecha, repetirá el nombre y la acción de la primera persona "él/ella se llama... y le gusta...". Después se presentará del mismo modo. Se continuará repitiendo los nombres desde la primera persona.

Materiales: No se necesita

Tiempo: 10 a 15 minutos

Cantidad: de 30 a más.

Lugar: En el patio de la penitenciaria

LECTURA DE REFLEXIÓN:

EL ELEFANTE ENCADENADO

Cuando yo era chico me encantaban los circos y lo que más me gustaba de los circos eran los animales. También a mí, como a otros, después me enteré que me llamaba la atención el elefante. Durante la función la enorme bestia hacia despliegue de su peso tamaño y fuerza descomunal...pero después de su actuación y hasta un rato antes de volver al escenario el elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que aprisionaba una de sus patas a una pequeña estaca clavada en el suelo. Sin embargo, la estaca era solo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en la tierra. Y aunque la cadena era gruesa y poderosa me parecía obvio que ese animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su propia fuerza, podría con facilidad arrancar la estaca y huir. El misterio es evidente: ¿Qué lo mantiene entonces? ¿Por qué no huye? Cuando tenía cinco o seis años yo todavía confiaba en la sabiduría de los grandes. Pregunté entonces a algún maestro, a algún padre o a algún tío por el misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no se escapaba porque estaba amaestrado. Hice entonces la pregunta obvia: Si está amaestrado ¿Por qué lo encadenan? No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente. Con el tiempo me olvidé del misterio del elefante y la estaca...y sólo lo recordaba cuando me encontraba con otros que también se habían hecho la misma pregunta. Hace algunos años descubrí que por suerte para mí alguien había sido lo bastante sabio como para encontrar la respuesta: EL ELEFANTE DEL CIRCO NO ESCAPA PORQUE HA ESTADO ATADO A UNA ESTACA PARECIDA DESDE QUE ERA MUY, MUY PEQUEÑO. Cerré los ojos y me imaginé al pequeño recién nacido sujeto a la estaca. Estoy seguro de que en aquel momento el elefantito empujó, tiró y sudó tratando de soltarse. Y a pesar de todo su esfuerzo no pudo. La estaca era ciertamente muy fuerte para él. Juraría que se durmió agotado y que al día siguiente volvió a probar y también al otro y al que le seguía. Hasta que un día, un terrible día para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino. Este elefante enorme y poderoso, que vemos en el circo, no escapa porque cree - pobre - que NO PUEDE. Él tiene el registro y recuerdo de su impotencia, de aquella impotencia que sintió poco después de nacer. Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese registro. Jamás...jamás...intentó poner a prueba su fuerza otra vez. Vivimos creyendo que un montón de cosas "no podemos" simplemente porque alguna vez, antes, cuando éramos chiquitos, alguna vez probamos y no pudimos. Hicimos entonces, lo del elefante: grabamos en nuestro recuerdo: NO PUEDO...NO PUEDO Y NUNCA PODRE. Hemos crecido portando ese mensaje que nos impusimos a nosotros mismos y nunca más lo volvimos a intentar. Cuando mucho, de vez en cuando sentimos los grilletes, hacemos sonar las cadenas o miramos de reojo la estaca y confirmamos el estigma: " NO PUEDO Y NUNCA PODRE " Vivimos condicionados por el recuerdo de otros, que ya no somos y no pudieron. Tu única manera de saber, es intentar de nuevo poniendo en el intento todo tu corazón...TODO TU CORAZON".

TEMA A TRATAR.

SESION

“RESPONSABILIZÁNDOME

...

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