Sicologia

¿Acaso que es soñar? se preguntaba aquel joven. Un ser algo solitario y enigmático para su edad por nombre Armiro. Bajito pero con una gracia que le permitía adaptarse fácilmente a cualquier ambiente. De nariz ñata, traje de charol y gabán en las noches, un buen libro que cambia el marco teórico de lo netamente rutinario a un estado de conciencia más apacible y un buen café para refrescar la mente, aclarar la sed, dispersar sus necedades, y, en el día vestido tan normal como cualquier otro, pantalón negro, camisa manga larga o corta, el color casi no le importaba, tenis del color que nada le sale y un peinado extravagante pero a su gusto.

Armiro está cansado de realizar lo mismo, deja de lado su libro y opta por un cambio que lo motiva a obtener resultados por las decisiones que ha tomado, el encierro lo a abrumado demasiado y la tristeza envuelve su mundo cuasi irreal por cierto; de convencionalismos y dudas, casi se pierde en sí mismo, en su terquedad y, luego, de muchas horas en un idea volátil pensó que más allá del mismo horizonte, en medio de dos montañas tan grandes como la misma creatividad inexplicable del artista, se refleja a lo largo y ancho y corto una especie de colorido intenso diversas tonalidades pintando la naturaleza: El arcoíris. Y un poco más allá sus sueños.

Soñar es su sombra, comienza su camino aprender lentamente a leer y escribir. Tener la inocencia de un niño. Los límites curiosamente pierden la capacidad de ofrecer sentido cuando se deja de lado la trasparencia de los actos. Y persiste, en efecto, la rutina por caminos trillados.

Así, pues, SUEÑA CON SER UN NIÑO que pueda jugar a las hadas y en las cascadas enjugar las lágrimas con el paisaje. Quien dijo que no se podía llorar, se vale llorar, las lágrimas no son muestra de debilidad, tiene el valor de reconocer que se le han encharcado los ojos, es frágil y mas que frágil HUMANO.

Más adelante comenzó a subir entre rocas y pantano por un paso algo nublado y estrecho, todo estaba helado, el frio estaba avanzado hasta tal punto que la ignorancia fue mayor a la virtud por existir. Con los brazos abiertos comenzó la heroica lucha insufrible, con tal audacia que pudo vencer la tentación. El reto fue no caer en el error del movimiento, la seducción, la pasión, guardar el secreto.

SUEÑA CON LA JUVENTUD, lenguaje de miedos, reacciones, resistencias de cambios. Impaciencias, angustias que nos llevan a la rebeldía. La juventud no es un excitarse ante la primera oportunidad de descubrirse y, luego, desaforar la libido sin premeditar las posibles consecuencias que pueden dar un giro completo en este arte de vivir, expresividad que no se dilata.

Los años pronto vendrán, es mi juventud la que debo experimentar y en tal juventud, es la MANERA DE PENSAR la que medirá una etapa de duelo, etapa que significa la fidelidad con el

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