Sobre la psicología de los procesos oniricos

La interpretación de los sueños. (segunda parte) Sobre el sueño.1900-1901

Capítulo IV. Sobre la psicología de los procesos oníricos.

Resumen

¿PADRE NO VES QUE ARDO?

Freud termina de redactar El libro de los sueños en 1899, lo publicará el 4 de noviembre de ese año pero en realidad en la portada queda impreso el año 1900. Dicen sus historiadores que a través de este trabajo se inaugura junto con el nuevo siglo, una apertura al mundo de sus investigaciones confirmada por su  carta del 12 de junio de1900 a Fliess, en la que escribe: “Crees tú, en realidad, que en el futuro se podrá leer en esta casa una lápida de mármol que diga: “En este lugar, el 24 de julio de 1895, se reveló al Dr. Sigm. Freud el secreto de los sueños”. (La fecha data el sueño de la inyección de Irma).

El capítulo IV

Freud se interesa por un sueño que una paciente le trae. La misma había escuchado este sueño relatado por otras personas y este relato le produce una cierta impresión. La paciente repite el sueño como propio, resoñandolo y lo lleva transferencialmente al trabajo con Freud.

Freud relata a la letra la escena del sueño al que lo llama “paradigmático "diciendo que: “Un padre asiste noche y día a su hijo mortalmente enfermo. Fallecido el niño, se retira a una habitación vecina con el propósito de descansar, pero deja la puerta abierta a fin de poder ver desde su dormitorio la habitación donde yacía el cuerpo de su hijo, rodeado de velones. Un anciano a quien se le encaga montar vigilancia se sienta próximo al cadáver, murmurando oraciones . Luego de dormir algunas horas, el padre sueña que su hijo está de pie junto a su cama , le toma el brazo  y le susurra este reproche: “ Padre, ¿entonces no ves que me abrazo?”. Despierta observa un fuerte resplandor que viene de la habitación vecina, se precipita hasta allí y encuentra al anciano guardián adormecido,la mortaja y un brazo del cadaver querido, quemados por una vela que le había caído encima encendida

Freud dirá que encuentra una explicación sencilla para este sueño y coincide con el relato del sueño contado por otros  a la paciente. Hay una coincidencia entre lo que el padre había pensado que podía pasar antes de irse a dormir y lo que el resplandor que se asoma desde la puerta entreabierta le llega por su percepción, la existencia de una vela volcada y un incendio en el lugar del cuerpo. Además Freud agrega que es posible que el padre se durmiera pensando que el anciano no cumpliría con lo pautado ya que era él, el que estaba al cuidado del niño.

Freud encuentra clara la interpretación pero agrega que le parece que el contenido de ese sueño debió estar  sobredeterminado en relación a la expresión del niño y que las mismas  podrían enlazarse con cuestiones de la vida de ese padre,  señala también posibles demandas de ese niño a su padre que no se conocen pero que quizás fueran ricas en “afectos”.

Freud encuentra una contradicción entre el no despertar devenido en sueño y la posibilidad de despertar de una manera brusca por lo sucedido y expresa que en este sueño también existe el cumplimiento de un deseo, que se observa por el hecho de mantener en él al niño vivo prolongando así su tiempo de vida en el sueño desarrollado, si se hubiera despertado hubiera abreviado la vida de ese niño por un pequeño tiempo.

Aparece luego la explicación del interés que para Freud despierta este sueño, señala que el centro de todo el  trabajo para armar el andamiaje del conocimiento sobre la vida onírica es la interpretación de los sueños  pero justamente este sueño no necesitaría de todo esos mecanismos para se explicado ya que no aparece oculto, él dirá “no disfrazado”, igualmente es posible de ser interpretado pero ve que el trabajo de interpretación ha quedado incompleto a la luz de la naturaleza de este sueño.

Agrega que antes de continuar con esta tarea piensa analizar si algo no ha sido considerado. Señala que durante el camino ha realizado logros respecto del  esclarecimiento y la compresión de los procesos anímicos pero aquí realiza una mención importante ya que lo  anteriormente esclarecido aparece como oscuridad. El por qué de este cambio lo ubica en el hallazgo de “nuevos supuestos”. Especifica que será necesario no tomar aisladamente ninguna indagación sobre el sueño u operación sobre el mismo sin conjugarse de manera comparativa con una serie de operaciones psíquicas que arrojarán una CONSTANCIA NECESARIA. Finaliza diciendo que: “los supuestos psicológicos que se extraen del análisis de los procesos oníricos  deberán aguardar para empalmarse, encontrarse con otras investigaciones que parecen atacar el núcleo central del mismo problema desde otro abordaje”.

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