TRASTORNOS DEL SUEÑO
Sixsiyani JiménezDocumentos de Investigación4 de Septiembre de 2019
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Contenido
Trastornos del sueño 2
Trastornos primarios del sueño 3
Disomnias 3
Las parasomnias 9
Trastornos secundarios del sueño 13
Referencias 15
Trastornos del sueño
Desde hace décadas, el ritmo de la vida moderna ha generado múltiples cambios en nuestra conducta y hábitos. Uno de los cambios más evidentes ha ocurrido en el sueño. En la actualidad, el tiempo dedicado a este ha disminuido drásticamente, pero no solo se trata de la cantidad, sino también de la calidad del sueño que se ha visto afectada de forma relevante en todos los grupos de edad. (Carillo, 2018, pág. 6). En ocasiones este esquema de sueño está alterado, provocando alteraciones en la salud del paciente a varios niveles.
Se pueden dividir en trastornos primarios del sueño y trastornos secundarios, sin embargo, la clasificación de los trastornos del sueño más utilizada es la Classification of Sleep Disorders o ICSD. Esta distingue 3 grandes grupos de enfermedades del sueño: Disomnias, Parasomnias (trastornos patológicos que ocurren durante el sueño) y trastornos del sueño asociados con procesos médicos o psiquiátricos. (Torres & Raquel, 2011, pág. S29). Tal y como se muestra en la tabla 1.
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Nota: Tabla 1 recuperado de Pérez et al. (2008). “Clasificación de los trastornos del sueño”. Recuperado el 08 de septiembre de 2018 de
Trastornos primarios del sueño
Hacen referencia a las disomnias, que son alteraciones de la cantidad, calidad o emplazamiento temporal del sueño y las parasomnias que son sucesos patológicos que aparecen de manera brusca durante el sueño. (Fernández, 2008).
Disomnias
Las disomnias incluyen a los trastornos para iniciar o mantener el sueño normal, y los trastornos por somnolencia diurna excesiva. A su vez estos trastornos suelen dividirse en TS 1) intrínsecos (es decir, que son originados o desarrollados dentro del organismo del individuo); 2) extrínsecos, en donde la causa de la alteración de sueño es externa al organismo (ambiental); y 3) los trastornos del ritmo circadiano. (Carillo, 2018).
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imagen 1: El insomnio, la principal disomnia.
Fuente: Tratamientos para vencer el insomnio crónico. (s.f). Recuperado el 19 de septiembre de 2018 de https://www.elpradopsicologos.es/insomnio/
En otra bibliografía las encontramos como trastornos intrínsecos cuya etiología está dentro del organismo; extrínsecos ocasionados por causas externas y las alteraciones de los ciclos circadianos que resultan de la distorsión sueño-vigilia. Las dos quejas más comunes y principales dentro de esta categoría son el insomnio y el hiperinsomnio, que son síntomas y no constituyen un diagnóstico específico. (Schiemann & Salgado, 2011)
Insomnio
El insomnio es el más frecuente de todos los trastornos del sueño en la población general. Representa el trastorno del sueño más frecuente. Según la clasificación DSM IV, se define como la dificultad para iniciar o mantener el sueño, o la falta de un sueño reparador (sueño aparentemente adecuado en cantidad, que deja al sujeto con la sensación de no haber descansado lo suficiente) durante tres veces en una semana durante un mínimo de un mes, con suficiente intensidad para provocar repercusiones (cansancio diurno, irritabilidad, falta de concentración, pérdida de memoria, etc.) y no ser debido a otro trastorno mental ni a efectos fisiológicos directos de una sustancia o enfermedad médica (3). Según la ASDC se caracteriza por (2): latencia del sueño superior a 30 minutos, número de despertares nocturnos superior a dos horas, tiempo de vigila nocturna, superior a una hora y tiempo de sueño total inferior a seis horas. En la figura 1 se muestra un paciente con insomnio, persistente de dificultad para la conciliación o el mantenimiento del sueño, despertar precoz. (Peréz, et al., 2008)
Son muchos los factores relacionados con este trastorno, entre las causas más comunes se encuentra el estrés, factor mayormente relacionado con el insomnio episódico; los estresores pueden ser físicos, psicológicos, psicosociales o interpersonales. El insomnio crónico (con una duración mayor a 3 meses y una frecuencia > 3 veces por semana), suele estar asociado a enfermedades crónicas y al tratamiento de estas. Cabe destacar que en algunas ocasiones el insomnio puede estar influido por otro tipo de trastornos.
La consecuencia más común del insomnio es la fatiga diurna, lo que ocasiona un deterioro significativo en el funcionamiento diurno, disminución del rendimiento laboral o escolar, aumento en el número de errores o accidentes laborales, aunado a una disminución de la concentración y atención, puede generar además problemas conductuales como irritabilidad, ansiedad, hiperactividad, impulsividad o agresión. (Carillo, 2018)
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Nota: Figura 1 recuperada de Pérez et al. (2008). Clasificación de los trastornos del sueño. Recuperado el 18 de septiembre de 2018 de http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci
Tipos de insomnio.
Insomnio agudo. La aparición de los síntomas definitorios de insomnio guarda una clara relación con un acontecimiento estresante. Puede ser de carácter psicológico, psicosocial, interpersonal o del entorno, siendo algunos ejemplos los cambios o conflictos en las relaciones interpersonales, el duelo, el diagnóstico de una enfermedad o el traslado a otra ciudad. La duración de este tipo de insomnio suele ser inferior a los 3 meses. Su prevalencia exacta es desconocida, aunque se estima en torno al 15-20% en la población adulta general. Es más frecuente en mujeres que en varones, y aunque puede presentarse a cualquier edad, aparece con más frecuencia en adultos mayores que en adultos jóvenes o niños. (Peréz, et al., 2008)
Insomnio psicofisiológico. Es la dificultad condicionada para dormirse y/o extrema facilidad para despertarse del sueño, durante un periodo superior al mes, expresada por al menos una de las siguientes condiciones: ansiedad o excesiva preocupación por el sueño; dificultad para quedarse dormido al acostarse o en siestas planificadas, pero no en otros momentos del día en los que se llevan a cabo tareas monótonas y en los que no hay intención de dormirse; hiperactividad mental, pensamientos intrusivos o incapacidad para cesar la actividad mental, que mantienen al sujeto despierto; mejoría del sueño fuera del entorno y dormitorio habituales; excesiva tensión somática en la cama, que incapacita la relajación e impide conciliar el sueño. Afecta aproximadamente al 1-2% de la población general, y predomina en el sexo femenino, y en grupos de edad de adolescentes y adultos jóvenes. (Peréz, et al., 2008)
Insomnio paradójico. Se denomina también pseudoinsomnio o mala percepción del sueño. La principal característica es una queja de insomnio grave, sin que pueda objetivarse un trastorno de tal magnitud mediante la realización de pruebas diagnósticas como la polisomnografía. Existen quejas subjetivas de los pacientes, quienes refieren dormir nada o muy poco todas las noches y de forma crónica. Constituye el 5% de todos los casos de insomnio, y es más frecuente en mujeres. (Gonzáles, 2013)
Insomnio idiopático. Es caracterizado por larga latencia de conciliación, excesivo tiempo de fase 1, y despertar frecuente durante la noche. No está relacionado con causas psicosociales ni psiquiátricas, su comienzo es frecuentemente en la edad juvenil o infancia tardía. Su etiología probable está en defectos de la neurotransmisión, y puede requerir para su tratamiento la asociación de inhibidores de la receptación de la serotonina o de la noradrenalina y/o de bloqueantes colinérgicos a benzodiazepinas hipnóticas de vida media entre 6-8 horas. (Gonzáles, 2013)
Insomnio debido a trastornos mentales. Se define así al insomnio que dura al menos un mes y que está causado por una enfermedad mental subyacente (guarda una relación temporal, en la mayoría de los casos, con un trastorno mental diagnosticado según los criterios de la DSSMD). El insomnio no es sino un síntoma más de la enfermedad mental, aunque en muchas ocasiones puede ser más intenso que el habitualmente asociado al trastorno mental subyacente, requiriendo entonces un tratamiento independiente del proceso de base. Aproximadamente un 3% de la población general tiene síntomas compatibles con este diagnóstico. (Peréz, et al., 2008)
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Imagen 2: “El insomnio”.
Fuente: Carillo, et. a. (enero de 2018). Transtornos del sueño: ¿qué son y cuáles son sus consecuencias? Revista de la Facultad de Medicina de la UNAM. Obtenido de http://www.medigraphic.com/pdfs/facmed/un-2018/un181b.pdf
Insomnio debido a una inadecuada higiene del sueño. Es el insomnio asociado a actividades diarias que necesariamente impiden una adecuada calidad del sueño y mantenerse despierto y alerta durante el día. Un elemento común a esas actividades es que son prácticas que están bajo el control de la voluntad del sujeto. Pueden ser prácticas que conllevan un estado de hiperalerta o hipervigilia (el consumo rutinario y antes de acostarse de alcohol o cafeína; el desarrollo, también antes de acostarse, de intensas actividades mentales, físicas o emocionales; o condiciones inapropiadas de luz, ruido, etc., o prácticas que impiden una correcta estructuración el sueño –siestas frecuentes durante el día, grandes variaciones en las horas de acostarse o levantarse, pasar mucho tiempo en la cama–, etc. Su prevalencia se estima en torno al 1-2% en los adolescentes y adultos, y constituye alrededor de un 5-10% de los insomnios. (Peréz, et al., 2008)
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