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Teoria De La Personalidad


Enviado por   •  20 de Noviembre de 2014  •  2.117 Palabras (9 Páginas)  •  185 Visitas

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TEORIAS DE LA PERSONALIDAD

Etimológicamente, el término personalidad proviene del latín, persona, que designaba la ostentosa máscara utilizada por los actores en las representaciones teatrales. Persona se compone de per-a través-, y sonare- sonar-, pues cada actor hablaba al público desde la boca perforada de la máscara. Este significado fue ampliándose y hoy se refiere a la forma en que cada uno de nosotros aparece ante los demás. También se define como la organización de las características internas y externas de un ser humano.

La personalidad es dinámica. En ella coinciden e interactúan elementos fisiológicos, intelectuales, afectivos y volitivos, integrados en dos componentes esenciales: el carácter y el temperamento.

Si hablamos de temperamento, nos referimos a esas cualidades que se traen de nacimiento, nadie nos las enseña, son esas respuestas instintivas que más adelante se van educando y transformando con el aprendizaje, hasta convertirse con el carácter (mezcla de características innatas y aprendidas de cada persona), que no se puede cambiar, pero siempre mejoran la educación.

Tú naciste con un temperamento que reúne características de tus padres, abuelos, bisabuelos, y demás parientes. Pero esa herencia cambiará con tus experiencias y con tu voluntad si llegas a convencerte de que necesitas mejorar algo, aunque la base siempre estará determinada por el carácter. También están los factores biológicos, donde se encuentra la relación que tenemos con nuestro cuerpo y que en la adolescencia cobran especial importancia para consolidar la imagen integral. De la forma en que nos vemos y tratamos a nuestro cuerpo, con sus aspectos internos y externos, depende en mucho la salud.

Por otra parte el sexo es esencial para que una persona conforme su identidad. Es un aspecto impregnado por la cultura, de donde las personas extraemos una significación compleja de lo que debe ser un hombre o una mujer. Así mismo la personalidad varía con la edad, debido al impacto de las experiencias, tanto a nivel orgánico como en la apreciación de uno mismo. Hay edades, como la adolescencia o la edad madura, en las cuales la personalidad se altera sensiblemente.

Además de los condicionamientos impuestos por los factores biológicos, la formación de la personalidad depende en gran medida de los factores ambientales. Éstos pueden ser eventual; es decir, no permanentes, accidentales; o institucionales, donde se incluyen todas las estructuras sociales, desde la familia o los grupos de amigos, hasta instancias más amplias, como la clase socioeconómica y la comunidad.

CONDUCTISMO

Los conductistas encabezados por J.B Watson, están muy seguros de que la aplicación de determinados programas de reforzamiento y técnicas de modificación de conducta puede hacer que una persona desarrolle ciertos patrones de conocimiento, aún por encima de sus características naturales.

Este planteamiento tiene sus detractores, y a pesar de que muchos psicológicos conductistas actualmente son menos radicales que Watson, la esencia de su corriente es la misma: Una persona se comporta a partir de su relación con el ambiente, con sus estímulos y sus reforzadores.

Todo esto se manifiesta en cualquiera de los dos tipos de condicionamiento: el clásico, descubierto por Pavlov, para las respuestas fisiológicas o reflejas y el operante, para las respuestas motoras y voluntarias.

Skinner demostró que cualquier conducta como la de tocar una melodía completa de la guitarra, con la que se obtenga beneficio, como un aplauso o una felicitación, se aprende con facilidad, porque ese beneficio o estímulo reforzador, en este caso la admiración de los demás, se encarga de mantenerla y podría motivar a aprender otras piezas. El conductismo funciona durante las etapas de infantil y primaria para trabajar conductas y hábitos, o para reconducir conductas desajustadas durante la educación secundaria, a través del diseño de un entorno adecuado de estímulos y respuestas, castigos y refuerzos. Igualmente, puede funcionar en la educación musical a la hora, por ejemplo, de mejorar la velocidad.

Una vez condicionado un comportamiento no requiere un reforzador inmediato o reforzamiento positivo. Humanos y animales realizan esfuerzos prolongados para conseguir recompensas a largo plazo. No ocurre lo mismo con el reforzamiento aversivo o castigo, una acción desagradable que enseña a evitar el comportamiento al cual se asocia. El reprobar es un ejemplo, donde la mala calificación pretende estimular a mejorar el rendimiento. Sin embargo, para que un castigo sea efectivo debe ser inmediato y proporcional a la falta para evitar resentimientos y agresividad.

Los reforzadores a veces son gratificantes, a modo de recompensas, pero también existe el reforzamiento que busca la desaparición o extinción de una conducta y consiste en ignorar por completo la conducta para que no reciba ningún tipo de reforzamiento. A muchos niños pequeños, por ejemplo, les enseñan a extinguir un berrinche poniéndolos en un rincón durante un tiempo determinado o mientras se calman. Esto es un reforzamiento negativo, porque no hay ninguna acción.

De aquí deriva una cadena de estímulos y respuestas cada vez más complejas, con base en la que se explica cualquier comportamiento.

POSTURAS DEL PSICOANALISIS

Para la escuela psicoanalítica freudiana, la personalidad tiene tres estructuras:

El ello: es la instancia más antigua y original de la personalidad y la base de las otras dos. Comprende todo lo que se hereda o está presente al nacer, se presenta de forma pura en nuestro inconsciente. Representa nuestros impulsos o pulsiones más primitivos.

El yo: Como ejecutor de la personalidad, el yo tiene que medir entre las tres fuerzas que le exigen: las del mundo de la realidad, las del ello y las del superyó, el yo tiene que conservar su propia autonomía por el mantenimiento de su organización integrada.

El súper yo: El ideal del yo es una autoimagen ideal que consta de conductas aprobadas y recompensadas.

Estas estructuras que durante la niñez, se verán afectadas por cuanto ocurra con su libido. Esta energía psíquica irracional e instintiva-sexual, que determina los procesos consientes e inconscientes, recorre el cuerpo durante los primeros años ubicándose en áreas determinadas zonas erógenas, pues son altamente sensibles al placer. Este recorrido traerá para el niño aprendizajes y experiencias que determinaran su comportamiento adulto. De ese modo, una mala atención o alguna vivencia dolorosa acarrearan trastornos neuróticos o lo que se le denomina fijaciones; es

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