Teoría Psicoanalítica Facultad de Ciencias Humanas y Sociales
Enviado por marian1990r • 4 de Mayo de 2017 • Ensayos • 959 Palabras (4 Páginas) • 273 Visitas
ENSAYO DE ANNA O.
Leidy Mariana Romero Carmona
I.D. 000298204
Iván Orlando López Arias
NRC 10287
Teoría Psicoanalítica
Facultad de Ciencias Humanas y Sociales
Programa de Psicología
Villavicencio
2017
ENSAYO DE ANNA O.
En este ensayo pretendo explicar brevemente el que es la histeria, una breve comparación de la histeria con una neurosis traumática y también una breve pero concisa explicación del caso de Anna O., una paciente de Breuer y Freud.
La histeria es una extraña patología, que tiene una serie de síntomas, que no se consigue aclarar en un simple examen clínico y que ante los ojos de muchos no tendría explicación, algunos de los síntomas son neuralgias, anestesias en partes del cuerpo, contracturas y parálisis, ataques histéricos y convulsiones epileptoides, tics, vómitos permanentes, inapetencia, perturbaciones de la visión, alucinaciones visuales recurrentes, etc. (Breuer & Freud, 1893 - 1895, pág. 30)
La neurosis traumática es una patología ocasionada por un trauma cuyo nexo es muy visible, cuya sintomatología va de crisis nerviosas hasta depresión postraumática y solo al momento de superarlo los síntomas desaparecen. En el caso de la histeria el nexo no es visible, viene de tiempo atrás y la mayoría de veces los pacientes no los recuerdan, a veces ni siquiera sabe que existió y sus síntomas son recurrentes y con el tiempo tiende a empeorar. (Breuer & Freud, 1893 - 1895, pág. 29)
Es muy fácil confundir estás dos patologías, puesto que ambas son ocasionadas por un evento traumático, aunque su sintomatología es muy distinta, el tratamiento que funcione con la una posiblemente le pueda funcionar a la otra. ¿Será posible que un evento traumático pueda ocasionar tanto daño físico como psicológico?, ¿Qué tan grave debe ser el evento traumático como para ocasionar daños tan graves?, ¿Qué tan profundo debe ser el trauma para que el nexo sea visible y así poderlo tratar a tiempo?. Aunque todos los seres humanos somos diferentes y cada cabeza es un mundo distinto, habrán muchos que estos eventos no los afecte tanto, así como habrán otros que cuyos eventos pueda ocasionarle daños graves como en el caso de la señorita Anna O.
La señorita Anna O., tenía 21 años cuando contrajo la enfermedad en el año 1880, vivía con sus dos padres y aparentemente los tres eran muy sanos. En julio del mismo de 1880, el padre de Anna a quien ella amaba con pasión contrae un absceso de peripleuritis que no sanó y a consecuencia del cual murió en abril de 1881. Durante los primeros meses de la enfermedad, Anna se dedicó por completo a los cuidados de su padre, situación que llevo a Anna a contraer la histeria. (Breuer & Freud, 1893 - 1895, pág. 47)
El ciclo de esta enfermedad se descompone en varias fases bien separadas que son:
- Incubación latente
- Contracción manifiesta de la enfermedad
- Un periodo de sonambulismo persistente
- Progresiva involución de esos estados y fenómenos (Breuer & Freud, 1893 - 1895, pág. 48)
Breuer descubrió a través de la hipnosis que la enfermedad de Anna se produjo por una serie de eventos traumáticos, de los que por alguna extraña razón ella nunca habló con nadie, a medida que ella narraba los sucesos de cada evento traumático bajo la hipnosis profunda, sus síntomas desaparecían. (Breuer & Freud, 1893 - 1895, pág. 63)
Algunos de esos sucesos fueron:
- Por angustia, desde la primera alucinación nocturna
- Desde una vez en que volvió a sofocar una exteriorización (inhibición activa)
- Desde una vez que le reprendieron injustamente
- A raíz de todas las ocasiones análogas (afrentas) (Breuer & Freud, 1893 - 1895, pág. 63)
Aunque la enfermedad de Anna se complico con la muerte de su padre, pudo sobreponerse gracias a la nueva técnica descubierta por Breuer, por decisión de la misma Anna le puso fin a su enfermedad tras cumplir un año largo de padecimientos tortuosos y continuar con su vida. Se mudo de ciudad y luego se fue de viaje, aunque hizo falta tiempo para que recuperara por completo su equilibrio psíquico, a partir de ese momento gozó de una salud perfecta. (Breuer & Freud, 1893 - 1895, pág. 64)
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