ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Teoría Y Resistencia En Educación de Henry Giroux

juanitolopezcruz31 de Mayo de 2013

3.122 Palabras (13 Páginas)824 Visitas

Página 1 de 13

Introducción

Analizar la obra Teoría Y Resistencia En Educación de Henry Giroux significa adentrarnos

en una propuesta que sugiere nuevas direcciones en la teoría de la educación. Giroux nos hace un

recorrido teórico sobre las principales ideas de esta, y proporciona críticas revisando y corrigiendo

los diversos enfoques que pretende analizar a la luz de las necesidades teóricas que se desprenden

de la teoría en educación, para enmarcarla en aras de su proyecto teórico-crítico, proponiendo

reconceptualizaciones sugerentes de conceptos históricamente trabajados y conocidos. En este

sentido Giroux lleva adelante un exhaustivo y lúcido trabajo de revisión teórica.

En primer lugar Giroux aborda las tradiciones marxistas del culturalismo y el

estructuralismo, encontrando en ellas conceptos vitales para una teoría crítica de la educación

tales como lo son la noción de estructura y participación. Sin embargo, encuentra en estas

tradiciones vacíos y sesgos que no permiten un buen entendimiento de estos conceptos,

proponiendo el trato dialéctico entre las condiciones objetivas y las subjetivas de los individuos.

En segundo lugar Giroux somete a análisis el concepto de “ideología”, y si bien, reconoce la

importancia histórica que este ha tenido para la tradición marxista como concepto crítico, cree

que no se ha logrado un tratamiento sistemático del concepto. De esta forma propone revisar las

concepciones dominantes de ideología para construir un concepto de ideología que sirva de base

para una teoría crítica de la escolarización. Finalmente el autor se remite a la revisión del concepto

de “cultura”, situándola en la dialéctica de la lucha contra las instituciones y la lucha entre grupos

y clases sociales. En este campo, la cultura puede asumir cualidades represivas, de mantención de

una sociedad por ejemplo, como transformadoras, en el caso de una pedagogía radical.

En definitiva el presente informe tiene por motivo presentar una síntesis de, las que

identificamos, como las principales tesis en la propuesta de Giroux hacia una teoría en educación,

teniendo como fin último, sentar las bases de su propuesta teórica en educación.

Hacia una nueva relación dialéctica: estructura y participación.

Para entender la importancia de la pedagogía y de las escuelas radicales Giroux propone

tres supuestos básicos. En primer lugar, propone identificar un modo de análisis que capte la

relación dialéctica entre los agentes colectivos y las condiciones históricas particulares y locales

en las que se encuentran ellos mismos. Es decir, los seres humanos de diferentes clases sociales

pueden cambiar o mantener sus propias limitaciones históricas. En segundo lugar las escuelas

tienen que ser vistas como sitios sociales contradictorios. En la medida en que las escuelas

están atadas a políticas, intereses y recursos educativos guiados por la lógica de instituciones

del capitalismo, también se debe considerar que suministran espacios para la enseñanza,

conocimiento y prácticas sociales emancipatorios. Un tercer supuesto básico se relaciona al hecho

de que la intención de la escuela y la pedagogía crítica deben ser vinculadas al problema del

desarrollo de una nueva esfera pública, entendiendo a esta última como una categoría crítica que

redefine alfabetización y ciudadanía como elementos centrales en a lucha por la emancipación

individual y social (Habermas, 1974). En esta línea Giroux señala la necesidad de un compromiso

público activo en la lucha por definir y crear esferas contrapúblicas incorporadas a instituciones

que representen valores y prácticas que promueven los que Heller ha llamado valor cívico. En la

práctica el valor cívico representa una forma de conducta en la que uno piensa y actúa como si

realmente se viviera en una democracia. En este sentido Giroux propone dar lugar al desarrollo

de un discurso crítico desde la pedagogía que permitiría la inserción de un interés colectivo en la

reconstrucción de una sociedad más amplia.

Con todo, Giroux pretende argumentar que se puede desarrollar un tratamiento más

dialéctico de participación y estructura al reestructurar las ideas de ideología y cultura. Así mismo

plantea que se deben situar en una perspectiva teórica que aclare cómo estructura y participación

humana se presuponen la una de la otra, y que el valor de esa suposición es enorme para

desarrollar una teoría radical de la escolarización. Para desarrollar esta suerte de hipótesis o

búsqueda en la que se quiere embarcar, Giroux critica y analiza las tradiciones culturalista, por un

lado, y estructuralista, por el otro. La primera propuesta desarrolla una perspectiva de la cultura

como experiencia vivida que intenta recobrar a la participación humana, pero lo hace a costa de

devaluar la importancia de las prácticas materiales. Giroux identifica un énfasis exagerado en los

supuestos culturalistas de la primacía de la conciencia y de la experiencia. Además indica que sus

supuestos suministran pocas herramientas para la comprensión de la forma en que las prácticas

materiales, particularmente las económicas, sobrecargan y dan forma a la experiencia individual y

colectiva. Por otro lado la tradición estructuralista se caracteriza por un rechazo a la noción

antropológica de que los seres humanos son los sujetos o agentes de la historia. El poder no es

atributo de los individuos, sino es una característica de las estructuras, que no sólo constituyen y

ubican a la conducta humana, sino que también niegan la eficacia misma de la participación

humana. De esta manera los sujetos humanos parecen ser disueltos en una teoría de la

dominación y determinación que soporta una extraña semblanza de la descentralización positivista

del sujeto. Los momentos de autorreflexión, la participación activa en la estructura de dominación,

o el rechazo conciente no son sólo minimizados, son virtualmente ignorados. En definitiva, no hay

un punto de partida teórico que nos guíe a comprender cómo los hombres y mujeres consideran

las prácticas que los alienan, para así acomodarse o derrocar tales prácticas, o más

significativamente de qué manera pudieran transformar sus esperanzas y sueños en formas viables

de acción social.

En definitiva en ambas tradiciones, tanto la estructura como la participación son

arrancadas de su relación dialéctica y eventualmente son ubicadas en categorías reduccionistas

que las desmantelan de su potencial verdaderamente crítico. Lo que se necesita es un

compromiso más radical con ambas tradiciones, un compromiso marcado por una abstracción

disciplinada y una apropiación que rectifique y trascienda los errores inherentes en cada posición1.

Existe la posibilidad de unir dualismo participación-estructura pero debe ser perseguida por medio

de una revisión de las nociones de ideología y cultura, asumiendo seriamente las nociones de

participación, lucha y crítica.

Henry Giroux, Teoría y resistencia en educación: Una pedagogía para la oposición, Pg. 179, Siglo Veintiuno

Editores, 1997 México.

Tesis I: Ideología como base para una teoría crítica de la escolarización

La ideología para el marxismo ha desempeñado un importante papel como

concepto crítico hacia el capitalismo y sus instituciones, sin embargo “el pensamiento marxista,

con pocas excepciones, no ha logrado desarrollar un tratamiento sistemático del concepto;

consecuentemente, el valor y aplicabilidad del concepto de ideología como herramienta heurística

y teórica crítica no ha desempeñado un papel consistente con su potencial en la teoría y las

prácticas radicales”2. Por tanto es imperioso investigar las versiones marxistas dominantes de

ideología para construir un concepto de ideología que sirva de base para una teoría crítica de la

escolarización que asuma seriamente las nociones de participación humana, lucha y crítica.

Una perspectiva de ideología que debe ser abandonada en particular es la noción

althusseriana, la cual existe en aparatos materiales y que tiene una existencia material. Esto es

debido a que el argumentar que las ideologías están localizadas en prácticas sociales concretas

y tienen efectos específicos en dichas prácticas es un planteamiento que merece ser atendido,

pero forzar este significado de ideología para hacerlo sinónimo del mundo material, generaliza

tanto el concepto que lo deja sin significado como herramienta analítica. Además esta perspectiva

hace una distinción entre la lucha material y la ideológica, confunde la lucha ideológica de

significados, discursos y representación, con las luchas sobre la apropiación y el control concreto

del capital, territorio y otros recursos. Ejemplo: “Las escuelas son aparatos culturales involucrados

en la producción y transmisión de ideologías. Una cosa es hablar de

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (21 Kb)
Leer 12 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com