Tesina homicidio.
Lorena López FerreiraEnsayo14 de Enero de 2017
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UNA VISTA AL HOMICIDIO EN MEXICO CRIMENES SIN CASTIGO |
Saltillo, Coahuila. A 9 de Enero del 2017 |
Alumno: Claudia Lorena López Ferreira Matrícula: 860039874 Materia: Metodología de la Investigación Jurídica. Maestro: Lic. Oscar González Guardiola |
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INDICE
- Introducción………………………………………………………………… 02
- Antecedentes Históricos…………………………………………………. 04
- Aspectos Legales / Jurisprudencia……………………………………. 07
- Derecho Comparado……………………………………………………… 11
- Conclusiones………………………………………………………………. 15
- Bibliografía…………………………………………………………………. 17
INTRODUCCION.
Hablar de homicidio en México es algo cotidiano lamentablemente, así como hablar de los homicidios en nuestro Estado Coahuila e inclusive nuestra localidad Saltillo. Que ya somos más los que hemos vivido de cerca semejante situación; es por esta razón por la cual me decidí elegir este tema de HOMICIDIO y dar una vista de este suceso en nuestro país.
Los homicidios sin resolver son aquellos actos criminales que atentan contra la vida humana ocasionando la muerte de la víctima, en los cuales no se logra la detención, juicio y condena de un responsable, teniendo por ignorado el conocimiento de la identidad del victimario o autor de los mismos. Las causas por no conocer la identidad del autor pueden ser diversas una de ellas es por el cuidado que se invirtió en la planeación del crimen; por errores en la investigación; por el mal manejo de las evidencias y la contaminación del lugar de los hechos de forma tal que se alteran al momento de investigar; falta de testigos; no poder señalar a un probable responsable por incapacidad jurídica; descartar sospechosos; no tener pruebas suficientes; o por el excesivo tiempo transcurrido desde cometido el delito y la dilación en las investigaciones. La mayoría de los casos se encuentran en diferentes estatus, como por ejemplo: expedientes abiertos, pero inactivos durante inclusive décadas; otros son cerrados al no tener movimiento después de un periodo determinado y no tener interés los familiares al respecto. En algunos casos pueden reabrirse por tener nueva información o líneas de investigación; así como pruebas de ADN que en su momento no existían.
Desgraciadamente la mayor parte de los asesinatos cometidos por desconocidos no se resuelven y son por distintos factores siendo uno de los más importantes e inevitable hablar en México es del Narco; según el Observatorio Nacional Ciudadano en sus reportes de los delitos de alto impacto desde el 2006 y con el presidente Felipe Calderón menciona claramente, que es innegable que un factor fundamental de la violencia tiene que ver con el narcotráfico, sin embargo, existen otros factores como la falta de valores en las familias. La violencia que vivimos hoy es diferente a la de hace una década, era una obligación ineludible del Estado combatir a los narcos, y el esfuerzo que se hizo en reconstruir las instituciones esto no se ha traducido en una disminución de la violencia en el país ni en un debilitamiento de los cárteles de la droga sino todo lo contario, los cárteles han ampliado sus actividades ilícitas, además del trasiego de la droga: secuestran, extorsionan, operan la trata de personas y cometen otros robos como el de combustible. Hoy en México hay más grupos de la delincuencia organizada, la estrategia de combatirlos sigue causando miles de muertos, desapariciones de personas y violaciones a los derechos humanos.
Todo lo anterior lleva a más crímenes sin resolver, que por lo mismo se dan carpetazo a estos expedientes creando un círculo vicioso, corrupción, falta de credibilidad en las autoridades y no tener una justicia de valor para las familias mexicanas. Y el gobierno Mexicano solo habla de números para tener seguro un presupuesto para cada año; combatir la delincuencia que no se investiga solo se politiza para atraer votos a nuevas candidaturas.
Los homicidios son tipos de hallazgos no solo nos permiten afirmar que el homicidio es un problema de seguridad no resuelto en nuestro país, sino que aún queda mucho trabajo por hacer no solo para controlarlo y desincentivarlo sino para remediar las múltiples secuelas del incremento de su comisión en nuestro país. Debido al contexto nacional, estos ejercicios analíticos desarrollados desde la sociedad civil son un insumo fundamental para la construcción de políticas públicas integrales y focalizadas en esta materia.
ANTECEDENTES HISTORICOS
Hace diez años el objetivo primordial del Gobierno Federal fue la lucha contra el narcotráfico, 122 capos que tendrían que ser detenidos o abatidos. La llamada “guerra contra el narco” lleva ya una década desde la toma de posesión del ex Presidente Felipe Calderón, y que, junto con la salida del ejército y marina de los cuarteles y el inicio de las acciones para reducir la violencia en Michoacán, han marcado este trágico periodo, el más violento en la historia reciente de México. Diez años después del inicio, la situación se ha convertido en un cúmulo interminable de fracasos para detener la violencia que se registra en varias regiones del país. Esta cruzada nos ha costado muy cara: 186 297 muertos, hasta el 2015, de acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), 28 937 desaparecidos, según el Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas (RNPED), y 10 934 detenidos por vínculos con el crimen organizado.
Se han alcanzado niveles de violencia nunca antes vistos en nuestro país como desmembrados, decapitados, personas colgadas en puentes, bombazos en plazas públicas en medio de festejos nacionales o incendios de comercios como manifestación de la extorsión presencial, y desde luego, el gasto de miles de millones de pesos destinados a seguridad y justicia que no se pudieron destinar para generar estrategias de educación para la población, ni para hacerlos más competitivos o para brindarles mejores servicios. Genera una gran preocupación que esta década ha normalizado la violencia en la sociedad, estigmatizando internacionalmente la imagen del país, y sin que hoy exista un plan que permita vislumbrar la luz al final del túnel. Dicho de otra manera, a la mayor parte de la sociedad ya no le impresiona o indigna el nivel de violencia en un contexto donde tampoco se ve cómo se podría transformar esta situación.
Indudablemente, hoy respecto a 2006, contamos con fuerzas federales más equipadas, mejor entrenadas y ya experimentadas en lo que significa enfrentar a un enemigo con tantas caras y recursos, el Estado se ha hecho de instrumentos tecnológicos, jurídicos e instituciones destinadas a reducir el embate de la violencia. Sin embargo, es evidente que el combate a la corrupción, el uso de inteligencia (en particular la financiera), la corresponsabilidad de gobiernos locales y sus capacidades siguen siendo tarea pendiente. Hace diez años nos dijeron que la reconstrucción de policías y procuradurías, la modernización del sistema de justicia y la inversión local en infraestructura nos llevaría a ganar la guerra, una década después, repetir el discurso suena trillado y vacío sin que mueva a la acción.
Los mexicanos nos sentimos inseguros, desconfiamos de la autoridad y de los procesos de acceso a la justicia. Esto no solo lo confirma el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI) a través de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) y de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (Envipe), sino que día tras día lo atestiguamos. Si analizamos con detenimiento esta situación, es evidente que difícilmente podría ser de otra manera sobre todo porque pese a que los delitos de alto impacto parecieran estar disminuyendo acorde con las cifras oficiales, los procesos de victimización han aumentado. Un claro ejemplo es lo que está pasando con el homicidio doloso, el cual ha aumentado casi 20% al comparar las carpetas de investigación iniciadas de enero a septiembre 2016 contra el mismo periodo de 2015 de acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
El pasado 27 de septiembre, el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI) presentó los resultados de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública 2016 (ENVIPE). Estos evidenciaron que durante 2015 denunciamos menos delitos ante la autoridad correspondiente, porque cuando lo hicimos en casi la mitad de los casos “no pasó nada”. Desde 2011, esta encuesta nos ha permitido conocer estimaciones respecto a los delitos de los que somos víctimas, si fuimos o no a denunciar, por qué lo hicimos, qué opinamos de nuestras autoridades de seguridad y justicia, cuánto gastaron las familias para implementar medidas de seguridad y qué tan seguros nos sentimos, entre otros indicadores. Las siguientes tablas son cifras acerca de homicidios dolosos y culposos en los 10 años en el país. http://onc.org.mx/wp-content/uploads/2016/11/161115mensual-septiembre-digital_VF.pdf
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