Trabajador Social

La dignidad ¿un derecho o una necesidad?

Publicado el noviembre 27, 2012 por rainbowwritee

Es evidente que la situación social por la que estamos pasando es extremadamente preocupante, el desempleo parece un monstruo que poco a poco se va comiendo todo lo que encuentra a su paso, y el miedo a perder el empleo cabalga libremente de mente en mente, haciendo que las personas transijan en muchos aspectos y que la dignidad personal se vea cada vez menos protegida y los ambientes laborales nocivos vayan poco a poco apoderándose no sólo de las mentes de los/as trabajadores/as sino de la salud mental y física de los mismos; y todo ello bajo la amenaza en forma de consejo de “por lo menos tienes trabajo” que no sólo son transmitidas de jefes a empleados/as sino entre compañeros.

La palabra dignidad es una palabra con múltiples acepciones y hasta me atrevería a decir que muy subjetiva, porque depende de cada persona y como la entienda, pero hay una serie de límites que marcan claramente cuando se está atentando contra la dignidad personal de una persona, y quizás ese límite venga diferenciado, o resaltado por los problemas emocionales y de salud que implica el verse forzado a trabajar en un ambiente hostil, de amenaza continua, donde las personas se ven puestas en entredicho a cada paso, donde la alteración emocional es una fuente de estrés continuo que hasta en ocasiones puede hacer peligrar la estabilidad de una persona.

Lógicamente el mobing laboral no es un tema que acabe de nacer con la crisis pero sí es verdad que ahora mismo esta situación provoca dos efectos directos, por un lado el miedo de la persona a quejarse o a reaccionar por temor a perder su empleo y por otro la sobrecarga emocional que tiene que sentir las personas que se deciden a hacer algo en este sentido y a plantear una mejora en las condiciones ambientales en las que desempeña su trabajo o de respeto a su dignidad, porque cuando realiza este tipo de acciones siempre aparece el que de modo “aparentemente” ingenuo dice: no te quejes que por lo menos tienes trabajo.

Y es ahí donde se cae en el error más absoluto, ya que no sólo no defendemos nuestros derechos y dignidad sino que caemos en la trampa de creer que por que haya una situación negativa o existan otras personas que estén en peores condiciones que nosotros no tenemos que luchar por mejorar las nuestras y buscar un avance. Y esto es porque en parte se considera que la lucha por la dignidad de una persona es una lucha individual cuando en realidad tiene un efecto directo ante toda la sociedad, y es un granito de arena que ponemos para construir un mundo diferente.

En toda la literatura existente en relación al mobing, y las relaciones laborales se hace hincapié en la importancia de identificar, y valorar los ambientes viciados laboralmente que inciden en una pérdida de dignidad personal, la importancia en este aspecto viene marcada principalmente por la acumulación de estudios que certifican la relación directa negativa que tienen estos ambientes y esta pérdida de dignidad en el deterioro de la salud de las personas. Este deterioro no sólo supone un perjuicio individual sino colectivo, por un lado porque implica que vamos creando unos ambientes laborales más negativos, más enfermizos y por tanto unas personas que forman parte de una sociedad, que estando enfermas no pueden aportar su mejor parte, creándose a cada paso y en diferentes contextos conflictos, volviéndose éstos la única manera de relacionarse entre personas. Y por otro lado supone una bajada sustancial del rendimiento de la persona y por tanto de la productividad en el trabajo.

Poniendo estos dos aspectos quiero resaltar la idea de que mejorar en este sentido no es sólo una cuestión de humanidad y sentido común, sino que también puede verse desde una óptica egoísta, ya que el empresario/a o jefe/a y pierde si mantiene o propicia estos ambientes, algo desgraciadamente muy actual y que no hemos podido erradicar a pesar de los avances y estudios en este sentido.

Quizás sea importante visualizar este problema, y desconectarlo del área individual de cada persona para conectarlo con su vertiente colectiva y la implicación a nivel social, no sólo de las personas que en estos momentos están en activo sino las que tristemente engrosan ahora mismo las listas del paro. Ya que aunque no lo parezca la lucha por la dignidad no es solo individual sino colectiva, y si cambiamos la tendencia actual a fomentar ambientes hostiles y viciados en los lugares de trabajo podremos fomentar un cambio más real en todas las condiciones.

Finalizo, recomendando los libros escritos por el psicólogo Iñaki Piñuel sobre todo el titulado la dimensión interior que habla sobre estos temas, haciendo hincapié en los ambientes y en los efectos nocivos en el desarrollo psicosocial y la salud en general de las personas.

Iris de Paz

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Hablar para crear

Publicado el julio 17, 2012 por rainbowwritee

Utilizamos las palabras sin observar el verdadero valor que tienen, y sobre todo sin analizar la repercusión que pueden tener en las emociones y sentimientos de las otras personas. Las palabras son armas mucho más poderosas que cualquiera que se pueda utilizar en una guerra, por que las palabras moldean pensamientos, potencian acciones, pueden hacer que una persona se sienta especial, motivada y llena de energía para conseguir sus objetivos o puede hacer que se sienta en el peor momento anímico de su vida y llevarla a tomar decisiones equivocadas. Con las palabras somos controlados y “puestos en el redil” pero también con las palabras nos hacemos libres, liberamos nuestro pensamiento y dirigimos nuestra vida hacia donde queremos.

Hablamos, hablamos y hablamos, no paramos de hablar durante todo el día, con nuestra familia, nuestros amigos, con la gente del trabajo e incluso con desconocidos pero, ¿nos paramos realmente a escuchar lo que hablamos?¿Somos conscientes verdaderamente del mensaje que estamos transmitiendo?¿Transmitimos lo que queremos o esclavizamos las palabras a nuestro frenético ritmo de vida y ellas van por un lado y nuestra intención por otro?

La comunicación es un tema extraordinariamente apasionante, interesante pero al que no le prestamos atención de manera consciente en nuestro día a día y esta es la razón de muchos de los problemas que se dan entre las personas. En la comunicación a parte de las dos partes implicadas, tiene un papel primordial el contenido, y éste se forma con palabras. A veces me pregunto si realmente sabemos utilizarlas, si nos han enseñado adecuadamente a transmitir, emociones, sentimientos y pensamientos, si nos han enseñado el valor que tiene, a apreciar el efecto en los otros. A veces creo que no, y otras veces creo que hemos aprendido demasiado bien como utilizarlas para herir, para crear conflicto, para dañar, pero claro, eso depende de si la balanza se inclina más al optimismo o al pesimismo, lo que es claro es que podemos mejorar nuestra capacidad para utilizarlas, y para beneficiar a los que nos rodean con ellas.

Mi propuesta es que en los colegios, más allá de asignaturas de lenguaje, que están muy bien, se trabaje, las emociones, el autoconocimiento y el respeto a los demás, y el reconocimiento de las palabras y el efecto que tienen en los demás. Para los que ya pasamos la etapa escolar, también hay propuesta: ser autodidacta de las palabras, para ello, primero hay que callar para escuchar lo que otros dicen, no sólo sus palabras sino sus emociones, analizar lo que esas palabras hacen en nosotros y repensar bien lo que vayamos a decir a otras personas.

Quizás encontremos en esta pequeña iniciativa, en las palabras y nuestra manera de usarlas, la clave para cambiar un poco el mundo, o por lo menos el mundo que nos rodea más inmediatamente.

Iris de Paz

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La dignidad y los medios de comunicación

Publicado el febrero 28, 2012 por rainbowwritee

La dignidad es un tema recurrente en este blog, por una parte por su importancia per se y por otra por la importancia que le da la persona que los escribe, ya que para mí es un tema vital no sólo para el desarrollo de la preciosa profesión que ejerzo, el trabajo social, sino como elemento esencial de la vida cotidiana que permite marcar las diferencias y ser motor del cambio social que tanto estamos necesitando como seres humanos que se encuentran estancados a nivel evolutivo como sociedad, más todavía en un momento como el que estamos viviendo que la economización de la vida, la precarización de las condiciones sociales y laborales están creando un entorno cada vez más favorecedor hacia el deterioro de la dignidad y hacia que ésta sea tratada como un elemento ajeno a la persona e inexistente para todos, llegando incluso a parecer que estamos corriendo desbocadamente en una carrera en cuya meta nos encontramos un cartel que nos indica que la dignidad es sólo para quien pueda pagarla.

Cuando las personas o las familias se ven envueltas en problemáticas sociales de distinta índole, con carencias económicas y dificultad de acceso a los recursos sociales que puedan mejorar sus condiciones se puede llegar dependiendo del caso a una situación de marginación y/o exclusión social, entendida ésta como la imposibilidad de acceder a los medios socialmente

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