Trastorno De La Inclinacion
jantoni27 de Octubre de 2014
4.399 Palabras (18 Páginas)239 Visitas
Trastornos de la Inclinación Sexual, Parafílias o desviaciones sexuales
Concepto y caracterización general
Los términos de parafílias, desviaciones sexuales o trastornos de la inclinación sexual hacen referencia a una serie de comportamientos sexuales caracterizados por la excitación del sujeto ante objetos y situaciones que no forman parte de los patrones sexuales normativos. Existe dificultad para discriminar entre conductas sexuales normales y anormales. Un criterio clínico a considerar a la hora de establecer la normalidad o no de estas conductas, es el grado en que éstas interfieren el ajuste sexual de la persona dificultando el establecimiento de relaciones sexuales satisfactorias.
Otro criterio es si estas conductas representan una agresión o un peligro para el que lo practica, para la persona que es objeto de la práctica o para ambos. Esto es lo que pasa con las ofensas sexuales: exhibicionismo, voyeurismo, frotteurismo, la paidofilia, la violación, etc, que además son considerados delitos. En definitiva, siempre que ocurran de común acuerdo entre adultos y en privado, y siempre que no constituyan una violación de los derechos y libertades del otro.
Clasificación del DSM y criterios diagnósticos
El DSM-IV adopta el término parafilias (no desviaciones sexuales) y las define como un grupo de trastornos cuya sintomatología esencial es la presencia de necesidades y fantasías sexuales intensas y recurrentes, de impulsos o comportamientos sexuales que generalmente suponen: 1) objetos no humanos, 2) sufrimiento o humillación propia o del compañero o 3) niños o personas que no consienten y que se presentan durante un período de al menos 6 meses. El diagnóstico debe hacerse sólo si el individuo ha actuado de acuerdo a estas necesidades o si le causan molestias marcadas.
Existen diversos grados de afectación. Para algunos, los estímulos parafílicos son necesarios siempre para la activación erótica. Para otros, estas preferencias parafílicas se presentan sólo en determinados momentos, siendo el individuo capaz de funcionar sexualmente sin este tipo de estímulos.
El DSM-III-R y el DSM-IV no distinguen entre parafilias y ofensas sexuales, agrupándolas bajo un mismo epígrafe. Además, algunas ofensas sexuales como la violación o las agresiones sexuales no son clasificadas como parafilias, lo que pone de relieve más su carácter agresivo que su carácter sexual. Los trastornos incluidos bajo la categoría diagnóstica de parafilias en el DSM-IV son exhibicionismo, fetichismo, frotteurismo, paidofilia, masoquismo, sadismo, fetichismo transvestista y voyeurismo. Finalmente se incluye una categoría residual de parafilias no especificadas que debe usarse en aquellos comportamientos que constituyendo una parafilia no hayan podido ser clasificados en ninguna de las categorías anteriores. Ej: zoofilia, necrofilia…
Para que una persona sea diagnostica de algunos de estos trastornos, según el DSM-IV ha de cumplir los siguientes criterios diagnósticos: 1) durante un periodo por lo menos de 6 meses, intensas necesidades recurrentes y fantasías sexualmente excitantes ligadas a la parafilia, y 2) el individuo ha actuado de acuerdo a estas necesidades o se encuentra marcadamente perturbado por ellas. El DSM-III-R ha incluido también criterios de gravedad: leve; el individuo se encuentra marcadamente afectado por las necesidades parafílicas recurrentes pero nunca ha actuado de acuerdo con ellas, moderada; en algunas ocasiones el individuo ha actuado de acuerdo con sus necesidades parafílicas, y grave; el individuo ha actuado repetidamente de acuerdo con sus necesidades parafílicas.
Con frecuencia estos sujetos presentan parafilias múltiples y en ocasiones pueden ser síntomas de otros trastornos mentales. En la mayor parte de los casos son comportamientos que no provocan malestar subjetivo (rara vez solicitan tratamiento). En una minoría pueden generar sentimientos de culpa, vergüenza y depresión.
Epidemiología
Las personas que lo padecen tienden a ocultarlo. Las parafílias se dan con mucha mayor frecuencia en los hombres que en las mujeres. Sólo el masoquismo se da en un elevado número de mujeres, pero incluso en este caso la relación es de 20 a 1. Hay varias hipótesis para explicar la preponderancia masculina.
En primer lugar se alude a que el hombre tiene un mayor impulso sexual, lo que facilita que fije la atención en una gama más amplia de objetos sexuales. Una segunda explicación gira en torno al mayor componente agresivo de los varones que puede explicar la adopción de conductas violentas ligadas al sexo, p. ej la violación. Estudios han tratado de establecer correlaciones entre los niveles de testosterona y conductas sexuales agresivas con resultados poco concluyentes. Por último, se habla de una mayor indefinición de la identidad sexual masculina y de menor capacidad de discriminación sexual en el hombre, que puede llevar a la exploración de estímulos sexuales diversos. En relación con la edad de inicio, las desviaciones sexuales suele aparecer en la adolescencia. En un 50% aparece antes de los 18 años.
Descripción clínica
Exhibicionismo
El exhibicionismo es una conducta caracterizada por la obtención de un alto nivel de excitación sexual a través de la exposición de los genitales a una persona normalmente desconocida, en un lugar público y sin que exista intento de una actividad sexual posterior. Ocurre casi exclusivamente en hombres. La conducta más típica es mostrar el pene en erección a una o más mujeres, con frecuencia adolescentes. Algunos autores han informado de exhibicionismo femenino.
El exhibicionismo debe distinguirse de la paidofilia: en ésta la exposición de los genitales es un preludio de una actividad sexual posterior con el niño. El exhibicionismo es la más común de las desviaciones sexuales. De un 30-50% de mujeres informan de haber sido alguna vez víctimas de un exhibicionista. Es además la desviación que más problemas tiene con la justicia: el 34% son detenidos alguna vez. Comienza normalmente en la adolescencia, con una prevalencia máxima entre los 20-30 años de edad. Ocasionalmente puede aparecer en hombres mayores de edad; en estos casos son personas sin pareja o que han sido abandonadas por éstas por problemas de impotencia. Es frecuente que se asocie a alguna otra desviación sexual. Las más comunes son el voyeurismo y la paidofilia.
Con frecuencia se asocia el inicio de estas conductas, con alguna experiencia de excitación sexual que se sigue a un episodio de exposición accidental (alguien le ve mientras se está vistiendo y tiene una erección). Otros autores lo asocian a las exposiciones ocasionales que pueden producirse durante los juegos infantiles del tipo “médicos y enfermeras”. El mantenimiento de esta conducta durante la edad adulta se podría explicar por la asociación entre dichos comportamientos o fantasías de exhibición con actividades de masturbación.
Algunos autores señalan que aunque la adquisición de estas conductas se establece bajo la influencia de un impulso sexual, en la edad adulta pierden su carácter sexual y adquieren un matiz compulsivo. McConaghy recurre a la teoría del mecanismo de terminación conductual para explicar estos hechos. Según esta teoría, cuando una conducta es muy habitual, se establece en el SNC un mecanismo denominado de terminación conductual. Éste se activa ante la presencia de estímulos asociados con la realización de dicho comportamiento, y si la conducta no es completada se produce un importante incremento de tensión subjetiva. Lo aversivo de esta sensación impulsa al sujeto a completar su conducta para que desaparezca la tensión.
Esto es consistente con estudios que señalan que un porcentaje elevado de sujetos informa de no obtener gratificación sexual durante sus exposiciones, no encontrando un motivo consistente para su conducta aparte de un sentimiento de compulsión. El exhibicionista es normalmente heterosexual, no existiendo diferencias entre el tipo de contactos heterosexuales que establecen los exhibicionistas y los sujetos heterosexuales normales.
Otros autores aluden a la alteración del cortejo: un experimento en el que se mostraba en películas a mujeres realizando conductas y movimientos no eróticos. En los exhibicionistas, la visión de estas mujeres producía una excitación sexual que no aparecía en el grupo de sujetos normales (en éstos, la ausencia de conductas eróticas o cortejo les previene de excitarse sexualmente). Respecto a las características de personalidad, se trata de personas retraídas, tímidas y dependientes, con déficit en habilidades sociales y heterosexuales.
Voyeurismo
La principal fuente de excitación del sujeto es la contemplación de personas desnudas o realizando algún tipo de actividad sexual. El voyeurista lleva a cabo dichas conductas de forma oculta y sin el consentimiento de las víctimas. La masturbación está con frecuencia asociada a este acto. Algunas de estas prácticas implican un importante riesgo de ser sorprendidos, que aumenta más su excitación y que los pone en peligro de ser arrestados. Esta conducta tiene un marcado componente compulsivo, y los sujetos informan de una intensa activación autonómica (aceleración de la tasa cardíaca, aumento de la sudoración) ante la aparición de estímulos relacionados con esta conducta.
Aparece predominantemente en hombres, normalmente heterosexuales. Existe alta morbilidad entre voyeurismo y exhibicionismo. Los voyeuristas solicitan tratamiento con mucha menos frecuencia que los exhibicionistas (son sorprendidos con mayor dificultad). Es importante distinguir entre voyeurismo y actividad sexual normal, la diferencia está en que la
...