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Tres ensayos sobre una teoria sexual


Enviado por   •  26 de Septiembre de 2019  •  Apuntes  •  3.976 Palabras (16 Páginas)  •  122 Visitas

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Tres ensayos para una teoría sexual

  1. Las aberraciones sexuales

La persona de la cual parte la atracción sexual la denominaremos objeto sexual y el acto hacia el cual impulsa la pulsión constituye el fin sexual, o meta sexual.

Desviaciones respecto al objeto sexual

Causa, una gran extrañeza oír que existen hombres y mujeres cuyo objeto sexual no es una persona de sexo contrario, sino otra de su mismo sexo. A estas personas se las denomina homosexuales o invertidas y el hecho mismo, inversión.

La inversión

Invertidos absolutos: su objeto sexual tiene necesariamente que ser de su mismo sexo, el sexo opuesto los deja fríos o despierta repulsión sexual

Invertidos Anfígenos: su objeto sexual puede pertenecer indistintamente a uno u otro sexo. La inversión carece de exclusividad

Invertidos Ocasionales: bajo determinadas condiciones exteriores (la carencia de objeto sexual normal y la imitación) pueden adoptar como objeto sexual a una persona de su mismo sexo y hallar la satisfacción en el acto sexual con ella realizado.

Para unos la inversión es algo natural y defienden calurosamente su licitud. Otros en cambio se rebelan contra ella y la consideran como una compulsión morbosa. La inversión puede datar desde la infancia o no haber aparecido hasta un momento anterior o posterior a la pubertad; puede conservarse durante toda la vida, desaparecer temporalmente, ser un episodio más en el curso del desarrollo normal y hasta manifestarse en personas de avanzada edad, después de un largo periodo de actividad sexual normal. Se ha observado también una oscilación periódica entre el objeto sexual normal y el invertido.

Concepto de la inversión

El primer juicio sobre la inversión consistió en considerarla como un signo congénito de degeneración nerviosa. Esta teoría entraña dos asertos: el innatismo y la degeneración

Degeneración:

Ha llegado a ser costumbre atribuir a degeneración todos aquellos síntomas patológicos que no son de origen traumático o infeccioso. Pero parece más apropiado no hablar de degeneración en el caso de los invertidos: Primero, en aquellos casos en que no aparecen juntas varias graves anormalidades y segundo, cuando no aparece gravemente dañada, en general, la capacidad de existencia y funcionamiento. Los invertidos no pueden ser considerados como degenerados porque:

  • Se halla la inversión en personas que no muestran otras graves anormalidades
  • Aparece en personas cuya capacidad funcional no se halla perturbada y hasta en algunas que se distinguen por un gran desarrollo intelectual y elevada cultura ética
  • Porque se tropieza con hechos que impiden considerar la inversión como signo degenerativo: la inversión fue una manifestación frecuentísima y encargada de importantes funciones, en los pueblos antiguos en el cenit de su civilización; se la encuentra extraordinariamente difundida en muchos pueblos salvajes y primitivos.

Innatismo:

El innatismo solo se ha aceptado para la primera y más extensa categoría de los invertidos, por la afirmación de tales personas de no haberse manifestado en ellas en ninguna época de su vida otra distinta dirección de la pulsión sexual. La existencia de las otras dos clases, es difícil ya de conciliar con la tesis de un carácter congénito.

La opinión contraria a esta sostiene que la inversión es un carácter adquirido de la pulsión sexual:

  • En muchos invertidos puede señalarse una impresión sexual que actuó intensamente sobre ellos en las primeras épocas de su vida y de la cual constituye una perdurable consecuencia la inclinación homosexual.
  • La actuación de determinadas influencias exteriores de la vida que han conducido a la fijación de la inversión
  • La inversión puede ser suprimida por sugestión hipnótica cosa que constituiría un milagro si se tratase de un carácter congénito.

Explicación de la inversión

Ni con la hipótesis de inversión congénita, ni con la de la adquirida queda explicada la esencia de la inversión. En el primer caso habría que especificar que es lo que se considera innato en ella si no queremos caer en la explicación de que la persona trae ya establecida al nacer la conexión de su pulsión con un objeto sexual predeterminado. En la segunda hipótesis se plantea la cuestión de las diversas influencias accidentales bastan por si solas para explicar la inversión, cosa que es inadmisible.

Dos ideas

Hemos de retener dos ideas: la disposición bisexual (que no sabemos en qué consiste)  y las perturbaciones que atacan a la pulsión sexual durante su desarrollo.

Objeto sexual de los invertidos

El objeto sexual es, no el sexo igual, sino la reunión de los dos caracteres sexuales, la transacción entre dos deseos orientados hacia cada uno de los dos sexos, transacción en la que se conserva como condición la masculinidad del cuerpo (de los genitales) y que constituye, el reflejo de la propia naturaliza bisexual.

Fin sexual de los invertidos

El fin sexual de los invertidos no es unitario. La inversión necesariamente no supone el coito per anum. La masturbación aparece muchas veces como el fin exclusivo y en las mujeres parece ser el preferido el contacto con las mucosas bucales.

Conclusión

No nos es posible deducir una explicación satisfactoria de la génesis de la inversión. La experiencia adquirida en la observación de aquellos casos considerados anormales nos enseña que entre la pulsión sexual y el objeto sexual existe una soldadura cuya percepción puede escaparnos en la vida sexual normal, en la cual la pulsión parece traer consigo su objeto. Se nos indica así la necesidad de disociar la pulsión y el objeto. La pulsión un principio independiente de su objeto y no debe su origen a las excitaciones emanadas de los atractivos del mismo.

Impúberes y animales como objetos sexuales.

Mientras que los invertidos se nos presentan como personas valiosas en muchos aspectos, los casos en que se toma como objeto sexual a niños se nos parece como una aberración. Esto nos habla de la naturaleza de la pulsión, que puede admitir una variación tan grande y una rebaja semejante al objeto; lo mismo puede pensarse del comercio sexual con animales, tan normal en los campesinos, que incluso traspasa las barreras de la especie. Quisiéramos califica, dice Freud de insanas a estas personas, pero esto no es posible. Resulta asombrosa la distribución de las variaciones sexuales que nos encontramos cotidianamente, lo que da cuenta de que la sexualidad esta entre las actividades menos dominadas por las actividades superiores del alma.

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