Ventajas De Competir

VENTAJAS Y DESVENTAJAS DE COMPETIR

Las familias estimulan muchas veces en forma no consciente una actitud competitiva en los niños. Una actitud competitiva lleva a mirar el mundo como un lugar en el que ganas o pierdes y en que la relación con los otros está marcada de tensión, ya que siempre se tiene que estar alerta a superar al otro. Así, los compañeros no son vistos como tales, es decir como amigos en la aventura de descubrir el mundo, sino que son vistos como rivales o como adversarios. A lo mejor es el momento de preguntarse si no está haciendo una presión excesiva para que su hijo sea mejor que los otros.

En un mundo muy competitivo, el niño que pierde con frecuencia se desmoraliza, pierde la motivación y puede generar resentimiento o una imagen de sí mismo como una persona que no tiene éxito. Hacer las cosas bien no significa ganar ni ser el mejor significa hacerlas con cuidado y cumplir.

Quizás, por eso resulta de terror mirar a la gente cuando maneja, intentando que el otro "no lo pase", a pesar de que "el que lo pase o no" no tiene ninguna consecuencia de importancia. Cuantos choques, con resultado de muerte o de lesiones graves, se habrían evitado si las personas hubieran sido educadas desde su infancia en la idea de que no siempre es necesario ganar a cualquier costo.

Una persona muy competitiva corre el riesgo de ser rechazada posteriormente, porque todas las personas prefieren trabajar con alguien que sea colaborativo que con alguien que sea muy competitivo.

La colaboración acerca y permite construir juntos, y permite que las relaciones sean nutritivas y que los resultados logrados sean mucho mejores de los que cada uno de ellos pueda conseguir por separado. Resulta tan verdadero aquello que juntos somos mucho más que dos, cuando se trabaja colaborativamente.

Las personas colaborativas hacen crecer a los otros, porque los nutren con su aporte y a su vez resultan fortalecidos, por lo que los otros le aportan.

En la competencia resulta difícil construir espacios de encuentro y relaciones que permanezcan. Las personas competitivas son poco felices, ya que el estar siempre en comparación con los otros se mantienen en un alto nivel de tensión. Además, cuando pierden o no alcanzan el nivel de logro deseado, suelen enrabiarse y deprimirse más de lo necesario.

Los rasgos competitivos suelen ser muy evidentes para los otros, y a partir de los ocho o diez años, los niños tienden a ser rechazados por los demás. El sentimiento de soledad que acompaña a los niños o niñas competitivos no compensa sus éxitos pasajeros.

Se trata de estimular a los niños para que hagan las cosas bien, prolijamente, pero que el placer se encuentre en la sensación de que algo está bien hecho y no en que lo hago mejor que otro.

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